La ponencia “Retos para un nuevo modelo de ciudad y una sostenibilidad sostenible” del I Simposio del Observatorio de la Movilidad organizado por EL ESPAÑOL e Invertia ha puesto en relieve el cambio de paradigma urbanístico que va a suponer el proyecto Madrid Nuevo Norte (MNN) tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

El director de Estrategia de Distrito Castellana Norte (DCN), Miguel Hernández, ha señalado en la intervención inicial que este siglo ha puesto a las personas en el centro de referencia del diseño de las ciudades, cuyo “driver” es la movilidad. En este sentido, “las ciudades del siglo XXI pretenden mejorar la vida de los ciudadanos, así como atraer y retener el talento”.

Esto se hace, según el directivo, con cuatro pilares: sostenibilidad, flexibilidad, resiliencia y competitividad. Todos ellos han sido analizados y tenidos en cuenta en el diseño de este proyecto que vio la luz verde definitiva en marzo.

“Siempre comento a mi equipo que estamos diseñando el iPhone 20 y no hay un manual”, ha recordado Miguel Hernández sobre la disrupción que supondrá Madrid Nuevo Norte en el urbanismo de la capital.

Por eso desde DCN han intentado aprender de las pistas que ofrece la historia y entender la evolución de Madrid. Desde los inicios del Paseo del Prado como un espacio de ocio entre dos partes de la ciudad ya construidas a la falta de “remate” que tiene en el norte con Plaza de Castilla o “la herida abierta” entre Sanchinarro y Las Tablas. Así, MNN va a llevar a que “lo que la ciudad creció en 400 años queremos que se haga en 50”.

Apostamos por la continuación de la Castellana como un paseo verde, al igual que en su origen, que también concluirá en un parque”, ha señalado Miguel Hernández. Además, ha puntualizado, “Chamartín transformará toda la ciudad porque el centro de gravedad se desplazará hacia el norte”.

El director de Estrategia de Distrito Castellana Norte (DCN) ha resaltado el consenso político que logró el proyecto para su aprobación. Este esfuerzo sigue vigente, pues la magnitud de MNN hace que tengan que trabajar y ponerse de acuerdo con entidades públicas como Adif, Metro, el Canal de Isabel II o la Dirección de General de Infraestructuras, así como con los casi mil propietarios “que tienen sus derechos y quieren participar”.

“Gestionar esto no es fácil, pero hemos llegado a un nivel de entendimiento por el que estamos montando los mecanismos de gestión que harán posible la viabilidad del proyecto”, ha apuntado Miguel Hernández. “Lo que nació como un proyecto urbanístico se ha transformado por la coyuntura en una oportunidad de recuperación”, ha resumido.

“Por suerte -ha concluido el directivo en su primera intervención- los ciclos políticos, económicos y del diseño urbano coinciden y parece que se alinean para que este sea realmente el momento en el que esta operación pueda llegar a ser una realidad”.

Las nuevas ciudades

Tras las palabras de Miguel Hernández, han participado el resto de ponentes antes del debate moderado por Miguel Ángel Díaz Camacho, arquitecto y director en Estudio MADC, presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, y profesor del grado en Gestión Urbana en la UCJC.

La decana de IE School of Architecture and Design, Martha Thorne, ha puesto el foco en la necesidad de una visión holística del planeamiento por parte de los arquitectos para el diseño de las nuevas ciudades. “Mantener la idea de los silos de actuación parece una idea sencilla, pero se complica mucho más”, ha afirmado. Según Martha Thorne, “estamos sometidos a muchas presiones como el cambio climático, la tecnología, renovar lo existente, etc.” entre las cuales hay conexiones.

Abogo a favor de nuevas estructuras, como MNN para abarcar nuevas formas de atender la ciudad, y del desarrollo de comunidades”, ha indicado. Ha señalado tres herramientas para sacar lo mejor en este proceso: simulaciones previas, análisis de impactos en el medioambiente y abandonar el concepto de zonificación por concepto o uso en favor de crear comunidades.

El director de Arup Cities en Europa, Flavio Tejada, ha comenzado su intervención destacando que “la ciudad probablemente sea el ejercicio más caro que hacemos como sociedad, no solo es una inversión pública o privada, también personal porque pasamos mucho tiempo en ella”.

Al hablar sobre la ciudad del futuro, el directivo ha señalado cuatro vectores clave: más próxima y cercana, la sociedad va a construir nuestras ciudades (herramientas de participación efectiva), atraer talento y dotar de identidad y valores de pertenencia, y por último, que no podemos renunciar a que la ciudad sea bella. “Debe ser un espacio en el que te sientas orgulloso como ciudadano”, ha concluido.

Por su parte, Guillermo Maldonado, director de Tema Ingeniería y consejero delegado en Tema Grupo Consultor, se ha enfocado en la movilidad sostenible. Para empezar, “no hay una receta universal” en el objetivo de hacer ciudades para que los ciudadanos elijan la movilidad más sostenible.

Ahora bien, ha expuesto que “hay un conjunto muy amplio de soluciones que podemos utilizar en nuestras ciudades”. “Antes la pensábamos desde el coche privado, ahora queremos poner al peatón arriba de la pirámide”, ha indicado Guillermo Maldonado. Tras el peatón habrá que pensar, por este orden, en la bicicleta, en el transporte público y, por último, el coche privado. “Habrá que repartir estos espacios”, ha apuntado.

El experto ha señalado que “la gran política palanca es la regulación del aparcamiento”. Ahí está el ejemplo de Londres. En este sentido, ha advertido que “Madrid, tarde o temprano, tendrá que planteárselo”. También ha destacado la peatonalización de Vigo y ha señalado a MNN como “una oportunidad para avanzar hacia un modelo más sostenible, si cabe”, basándose en la multimodalidad (autobús, Metro y tren como conexión dentro y fuera de la capital), afrontar el reto de la ciudad de los 15 minutos, y el hecho de que Madrid tiene una herida en el norte que MNN “va a coser”.

Por último, pero no menos importante, ha tomado la palabra Javier Torralba, director de Bream España. “La sostenibilidad es una obligación, no una opción”, ha afirmado. Por este motivo, un certificado de sostenibilidad como Bream promueve la construcción sostenible y todos sus beneficios. Estos son el respeto al medioambiente, el respeto por la salud y ser eficientes económicamente. “Todo ello se puede trasladar al urbanismo”, ha señalado.

Además, ha explicado, “un certificado de sostenibilidad va a permitir introducir la sostenibilidad en los proyectos”. En la fase de urbanismo, como es el caso de MNN, “garantiza mejores resultados, permite agilizar trámites burocráticos y con ello reducir tiempos y dolores de cabeza, así como contar con el respaldo de la comunidad”.

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