Una de las primeras salidas de la Alta Moda de Dolce & Gabbana. | Foto: Instagram D&G.

Una de las primeras salidas de la "Alta Moda" de Dolce & Gabbana. | Foto: Instagram D&G.

Moda FASHION WEEKS

El exceso para Dolce & Gabbana se llama "Alta Moda"

Los italianos cierran la Semana de la Alta Costura en Palermo con un desfile que habla de elegancia barroca y que se ha convertido ya en cita indispensable del calendario.

10 julio, 2017 13:30

La Alta Costura merece un final grandioso. Un final que no llega hasta que no se cierra con un broche de oro, literalmente. Y si algo pone Dolce & Gabbana es eso: oro. La opulencia es un lenguaje que dominan y que, cada año, atesora más y más adeptos. Fuegos artificiales, arte y música en directo para un evento que tiene lugar dos veces al año y que se ha convertido ya en la cita indispensable del calendario de la moda: su Alta Moda.

Clientes de todas partes del mundo, desde Tokyo hasta Hawái o San Petersburgo, se reúnen (copa de champagne en mano) para disfrutar de un espectáculo que es un auténtico viaje en el tiempo: a esa Italia de señoriales palacios (re)cargados de pinturas, esculturas y color. Una colección de inspiración aristocrática que paseó por la Piazza Pretoria de Palermo para homenajear esa ciudad que vio nacer a una de las mentes creativas de la firma, Domenico Dolce. Y para homenajearse ellos, que les gusta.

Una plaza cargada de historia que dio salida a 126 looks bajo un título, en forma de hashtag, que se ha convertido en todo un clásico: #lamoreèbellezza. Su audiencia, muy privada y muy internacional, vieron desfilar piezas donde el color se enfrentaba al encaje negro y los volantes daban movimiento a unas flores que imprimen unos vestidos que parecen no tener mesura. Un despliegue de dorados, transparencias y aplicaciones que bailaban a ritmo de ópera clásica y que le cantaban una sonata a Palermo: #DGLovesPalermo.

Uno de los impresionantes tocados repletos de plumas y colores de Alta Moda. | Foto: Instagram D&G.

Uno de los impresionantes tocados repletos de plumas y colores de "Alta Moda". | Foto: Instagram D&G.

Cada una de sus piezas tiene nombre propio y personalidad, como Angélica, en honor a esa mujer burguesa interpretada por una sensual Claudia Cardinale, cuyo romance con Tancredi (Alain Delon) es el centro de una historia donde la élite italiana se encuentra en una inevitable decadencia. La película, dirigida por Luchino Visconti en 1963 se llamaba El Gatopardo. De ahí salen esas faldas voluminosas, ese descontrol por el número de bordados y una ornamentación densa que invita al paseo lento de cada modelo.

Una colección que se inspira en su arquitectura y en numerosos motivos que se toman prestados del folclore siciliano: los encajes, los bordados florales y unas lentejuelas que acaban por rescatar esa joyería con la que la aristocracia iluminaba unas noches teatrales cargadas de amor y emoción. Algunos de los looks se accesorizan con bolsas de la compra de aplicaciones incrustadas y panes, hierbas o naranjas en su interior. Porque Palermo es todo eso a la vez.

Relive the Alta Moda dream. #DGLovesPalermo #lamoreèbellezza

Una publicación compartida de Dolce & Gabbana (@dolcegabbana) el 8 de Jul de 2017 a la(s) 6:29 PDT

Al inicio, todo eran propuestas para el día a día con un estilo muy sportswear: desde pantalones deportivos con tops decorados, hasta camisetas y blusas con mangas abullonadas. Pero al final, la esencia del trabajo de Domenico Dolce y Stefano Gabbana triunfó: vestidos con una decoración artesanal excesiva y delicada que se demuestra en faldas de amplios volúmenes de gran inspiración renacentista, trajes sastres con aires actuales y piezas clásicas engalanadas de los materiales más nobles para traer al presente esa herencia siciliana de la que tan orgullosos se sienten.

Una auténtica fiesta para todos los sentidos, -a la música y el arte del desfile se le uniría una cena posterior-, en la que lo francés, lo español y lo árabe mostraban ese legado que conquistó la isla y que se reflejó en los estampados en crepe de seda y los pesados bordados de muchas de sus piezas. Una de las salidas tenía, incluso, todas esas pegatinas de hoteles que, al inicio del siglo XX, decoraban las maletas de las socialités que mostraban, con su equipaje, un recorrido cultural inigualable. Como inigualable es el mundo personal de Dolce & Gabbana y su Alta Moda.

Last night celebrating Alta Moda at Villa Igiea #DGLovesPalermo #lamoreèbellezza

Una publicación compartida de Dolce & Gabbana (@dolcegabbana) el 8 de Jul de 2017 a la(s) 7:53 PDT