Moda DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES

Por qué es importante vestirse para trabajar

Según los estudios del Dress for success, el estilo debe formar parte de la mejora continua del nuevo profesional y es un factor importante de su éxito laboral, así como de la imagen de una empresa. La moda ha pasado a ser pura comunicación.

1 mayo, 2017 08:18

Cada mañana al elegir lo que te pones te defines. El color o el corte, por ejemplo, son o no adecuados para tu entorno y actividades del día, reafirma o distorsiona tu marca o estrategia, refleja o no tus valores internos. Nuestra sociedad interpreta que la apariencia es un reflejo de los valores internos. El “medio es el mensaje”.

Es mucho lo que comunicas en un entorno laboral antes de decir una sola palabra. Atributos como la autoridad, la confianza, la credibilidad profesional, la ambición o la creatividad son juzgados en gran medida por tu presencia. Existe una relación directa entre tu mundo, tu realidad interior y la imagen exterior que proyectas.

El concepto de power dressing es de John T. Molloy quien, en su libro Dress for Success (Vestir para el éxito), asegura que un buen guardarropa “no catapulta como un turbo necesariamente tu carrera, pero uno mediocre la hundirá sin remedio”. Según Molloy, en la medida en que un profesional reconozca este código y lo  ejecute de forma eficaz, incrementará su confianza y ventaja competitiva en un entorno personal y de negocios cada vez más complejo, porque “un buen traje te hace sentir más seguro y en control de la situación”.

En la película Working Girl (1988), que en español se tituló Armas de mujer, el personaje que interpreta Sigourney Weaver (la jefa) le dice a Melanie Griffith (su ayudante): “Considero que somos un equipo y como tal tenemos un uniforme, sencillo, elegante, impecable. Viste vulgar y solo verán el vestido. Viste impecable y solo verán a la mujer” aconsejaba.

Dress to Impress (Vestir para impresionar). El estilo y la imagen personal claves para tu éxito profesional. Isabel Janer, Associate Certified Coach (ACC) por la International Coach Federation, trabaja como Asesora de Estilo Integral y asegura que "como coach de estilo, sé que la imagen es un elemento esencial en una estrategia de desarrollo personal y profesional; existe una relación directa entre la realidad interior y la imagen exterior, y cada uno de nosotros tenemos nuestra propia llave de futuro y debemos buscar y descubrir las herramientas que mejor nos ayuden a construir nuestro estilo personal".

Y no solo se queda ahí, sino que Janer afirma que “la construcción de un mejor y más genuino estilo personal revierte favorablemente en ti, tanto en tu impacto externo para lograr tus objetivos de forma más eficaz, como en la confianza y seguridad en uno mismo que revierten en el avance en otros aspectos de tu vida”.

Y es que, tu imagen y estilo "refleja en pocos segundos la confianza en ti mismo, tu autoestima, tu estatus social y de educación, tu atractivo persona, tu personalidad, tus talentos y competencias, el grado de confianza que inspiras, tu autoridad y liderazgo”, añade. 

La idea de que la moda puede otorgar poder a la mujer para llegar más lejos viene de los años 20, cuando las mujeres se liberaron del corsé. Y ganó mayor peso en los 70, durante el movimiento de liberación de la mujer, cuando los pantalones se convirtieron en el uniforme diario de una generación. Pero, sin duda, alcanzó su apogeo en los años 80, con el fenómeno del Power Suit o Traje del Poder: vestir adecuadamente es garantía de éxito en el trabajo. Según los estudios realizados por John T. Molloy, los que visten bien ascienden más rápidamente. Cómo vestimos, por tanto, influye en la percepción que los demás tienen de nosotros.

Singularízate

"Tu imagen también proyecta mensajes-  a tu favor o en contra- y tú decides qué quieres diga de ti", asegura Isabel Janer. "El estilo personal es una herramienta clave para construir tu marca personal y cuanto más consistente sea con tu realidad interior, tus metas y tu entorno, mejor. El estilo personal es el packaging de tu marca personal, ese mix de continente y contenido. Un estilo personal propio -el tuyo-  que además de proyectar una “buena imagen” se alinea con tu identidad y con tus objetivos creando tu marca personal-profesional", añade.

Para esta experta, "tu estilo personal" es “clave para ganar”.  Si tu imagen no suma, resta. El resultado de una imagen y estilo inadecuado en el trabajo te lleva al propio sabotaje porque: "sitúa tu potencial de carrera varios puntos más abajo, advierte a los demás que eres de segunda división, no alguien a tomar en serio, baja tu credibilidad profesional y personal, obstaculiza tu comunicación y su impacto, terminas ganando menos dinero, ataca a tu autoestima y confianza, juzgan tu valía sin ofrecerte nuevas oportunidades y, por supuesto, esconde tu verdadero yo".

Si te ves incapaz de evaluar ese estilo y no sabes por dónde empezar, contratar un asesor de imagen ya no está sólo al alcance de unos pocos.  Y el aumento de la clientela de los coach de estilo y los personal shoppers demuestra que los profesionales lo consideran una inversión y una herramienta de poder personal y de negocio. Además, "las empresas que reconozcan y actúen sobre este potencial de forma consciente, lograrán impactos positivos en su cultura, productividad y marca”, añade Isabel Janer, quien propone descubrir y trabajar tres claves fundamentales:

Quiérete (por fuera y por dentro). Conoce y acepta tu realidad: lo que te va y lo que no; lo que te favorece y lo que no.

Quiere tu estilo. Ya que éste se trabaja, no se compra. Un asesor de imagen puede ayudarte a decidir el qué y el cómo, mientras que el personal shopper  puede ir de compras por ti.

Quiere tu armario. Su contenido “es el que viste” tu continente y refleja tu contenido, por lo que debes dedicarle tiempo. Un armario lógico y bien organizado te permitirá no sólo ir a tu lugar de trabajo en perfecta sintonía con el dress code de la empresa, sino también asistir impecable a todo tipo de eventos. Rebeca Ávila, editora de WorkingOutfits, además de asesora de imagen y protocolo, es una experta en los distintos códigos de etiqueta profesionales: desde casual informal, business casual, business chic hasta el famoso smart casual.

WorkingOutfits es según su fundadora, “el único site en España especializado en estilismos para la mujer profesional”, donde se trata la imagen profesional de manera integral y se dan las claves “para que sepas siempre cómo vestir y no haya invitación a un cóctel, evento o convención que se te resista”. Si quieres verla en algunas imágenes que ejemplifican los trucos y consejos que va a contarte, los tienes en esta galería.

Para hacer el ejercicio con tu propio armario, Rebeca Ávila propone empezar teniendo en cuenta una serie de factores que van a influir en el tipo de prendas y accesorios y determinar el dress code:

  • La hora del día en que transcurre el evento: si es mañana, tarde o noche.
  • El grado de formalidad: si es un evento informal, semi-formal o formal.
  • La climatología: si es invierno o verano.
  • País o región en el que tenga lugar.
  • Tipo de evento: si es un desayuno de negocios, una rueda de prensa, una inauguración, un cóctel, afterwork, network, etc)
  • Tus propios objetivos profesionales.

Casual informal, business casual o smart casual son los códigos de imagen que se utilizan, sobre todo, entre las empresas de sectores creativos, como startups del mundo de la tecnología, el diseño, la comunicación, el marketing o la publicidad. También en empresas cuyo dress code es más exigente a diario pero puede permitirlo, excepcionalmente,  en situaciones de poca formalidad o donde se busca la comodidad de los empleados, por el tipo de actividades que se van a desarrollar: reuniones de equipo, de kick off o actividades al aire libre. Pero ¿qué significa exactamente cada etiqueta y cuáles son las prendas y combinaciones más recomendadas según Rebeca Ávila?

Casual Informal

Es el que se utiliza en situaciones con muy poca formalidad: comidas con los de la empresa un sábado, casual fridays en la oficina o eventos similares.

Ellas pueden llevar:

  • Vestidos.
  • Vaqueros, camisetas y blusas.
  • Zapato plano, botín, sandalia con cuña, bailarinas.
  • Chaquetas de piel, trench, blazer o americana tipo sport.
  • Bolsos grandes.

Y ellos:

  • Jeans o pantalones tipo chino.
  • Polos, camisetas y camisas por fuera.
  • Blazers o chaquetas de cuero.
  • Zapatos oscuros e incluso zapatillas de deporte.

Business Casual

Se busca ante todo la comodidad pero sin olvidar que seguimos estando en un ámbito profesional, por lo que no es informal al 100%. En estos códigos ellos pueden llevar:

  • Blazer o chaqueta de lana.
  • Camisa de vestir con cuello y de manga larga.
  • Camiseta tipo polo en un solo color.
  • Jeans, pantalones de vestir de lana o tipo chino.
  • Zapatos mocasines de piel o zapatillas de deporte.
  • Cinturón de piel.
  • Reloj de correa metálica preferentemente.

El estilo business casual para la mujer no está tan definido como en el caso de los hombres. Las mujeres tienen muchas más posibilidades,  desde un sencillo conjunto de camisa o blusa combinado con un pantalón de corte clásico, hasta lucir un vestido de cuello barco y de un largo no superior al de la rodilla, entre otras muchas opciones.

  • Blusas o camisas de manga larga, ¾ o manga corta, evitando tirantes.
  • Vestidos o faldas a la rodilla, preferiblemente sin estampados.
  • Pantalones de traje de lana o algodón.
  • Blazer o chaqueta de manga larga o mangas ¾.
  • Zapatos cerrados, sandalias semi-abiertas o botas.
  • Accesorios discretos.
  • Pañuelos o foulards.

Smart casual

Es el informal elegante. Se busca ir arreglado sin necesidad de llevar traje. Este es el código de imagen para ir a trabajar los viernes o un evento de empresa para empleados como la cena de navidad, por ejemplo.

Para ellos:

  • Chaqueta o blazer de algodón.
  • Jersey o cárdigan en sustitución de la chaqueta.
  • Camisa de manga larga sin corbata.
  • Camiseta tipo polo de un solo color.
  • Pantalones de corte slim de algodón.
  • Traje sin corbata.
  • Pantalones vaqueros, preferiblemente azul marino.
  • Calcetines de colores y/o con estampados.
  • Mocasines.
  • Cinturón de piel o de tela.

Para ellas:

  • Camisas de manga larga o tops de manga corta.
  • Jersey con cuello cisne.
  • Traje sastre de falda o pantalón.
  • Pantalones de algodón o tweed, de color oscuro.
  • Pantalones vaqueros en tonos oscuros.
  • Pantalones capri.
  • Vestido liso con chaqueta blazer.
  • Falda lápiz a la rodilla.
  • Zapato de salón con tacón medio, zapato de cuña o zapato plano.
  • Joyería o bisutería (conjuntos discretos).

“Usted es la primera mujer que veo en una de estas fiestas vestida de mujer, y no de como una mujer piensa que vestiría un hombre si fuera mujer”, le decía Harrison Ford a Melanie Griffith, cuando se encuentran en un evento después del trabajo o afterwork.

Seminformal, Black Tie o Tuxedo

El black tie se utiliza para eventos nocturnos como entregas de premios, cócteles u otros eventos sociales que no llegan a tener el carácter de acto formal, como por ejemplo, una cena de gala. Es el equivalente del esmoquin para el hombre o del vestido cóctel para las mujeres. La denominación en Estados Unidos es tuxedo.

Algunos consejos

Rebeca Ávila aconseja “transmitir siempre una imagen profesional, aunque lleves un look casual. Es mejor pecar de elegante que de casual. Cuida tu imagen, eligiendo con cuidado cómo vas a vestir, pues las prendas y accesorios afectan a tu imagen y reputación como empleado. Y por supuesto también a la reputación de la empresa pues ella está interesada en que haya una coherencia entre su imagen corporativa y la de sus empleados”.

Esta asesora de imagen y protocolo considera que hay algunas prendas que deben evitarse en el ámbito laboral y de los negocios, como “camisetas o prendas con mensajes o logos publicitarios, camisas o camisetas de tirantes con escotes pronunciados, camisas desabotonadas, sudaderas, vestidos de playa ó piscina, gorras, transparencias, telas brillantes o chanclas”. Y matiza que “el vestuario puede ser más o menos atrevido dependiendo del lugar donde se vaya a lucir. En el trabajo, más serio, clásico y discreto. Si es para un evento social, puedes ser algo más atrevido, vanguardista y arriesgar un poco en cuanto al color y las formas”.

Los expertos en imagen coinciden en que, a la hora de vestirse para trabajar, hay que tener siempre presente el sentido común para encajar nuestro estilo con el dress code de la empresa. Pero siempre, Rebeca Ávila recomienda: “defiende siempre tu estilo personal y déjate llevar por tu instinto. Aunque estemos en un ámbito profesional, no tenemos por qué ir todos vestidos de la misma manera”.