El exseleccionador Jorge Vilda, en la Audiencia Nacional.

El exseleccionador Jorge Vilda, en la Audiencia Nacional. Europa Press

Tribunales CASO RUBIALES

Vilda niega que Rubiales le pidiera convencer a Jenni y su familia de exculparle del beso: "Pensé en ella y en la Selección"

Niega coacciones a Hermoso y tacha de mentiroso a su hermano: asegura que nunca le advirtió de consecuencias negativas si la jugadora no se prestaba.

Ante el juez, admite que debió preocuparse por el ánimo de la futbolista, pero afirma que sólo percibió "jolgorio" en el avión.

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Jorge Vilda ha declarado este miércoles en la Audiencia Nacional como acusado de supuestas coacciones contra la jugadora Jenni Hermoso y su entorno en agosto de 2023. Por ello, enfrenta un año y medio de prisión.

Estas presiones se habrían producido después de que el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, diera un beso en la boca a la futbolista en la final del Mundial de ese año.

Vilda, que era, por entonces, seleccionador femenino, ha indicado que este último nunca le pidió que convenciera a la deportista ni a su familia ni a sus amigos para que ella grabase un vídeo quitando hierro al polémico episodio.

Jenni Hermoso y Luis Rubiales en el momento del beso durante la entrega de medallas del Mundial

Jenni Hermoso y Luis Rubiales en el momento del beso durante la entrega de medallas del Mundial Cordon Press

Ahora bien, el exseleccionador, que sí conversó con el hermano de Jenni, Rafael Hermoso, durante el avión de regreso a España tras el partido, ha admitido que lo hizo teniendo en mente la situación personal y deportiva de la futbolista y, por ende, del futuro de la Selección femenina. En ningún caso, de acuerdo con su declaración, mencionó a Rubiales ni trató de salvarle.

"Tras 20 años de profesión, sé cómo afecta la presión mediática al rendimiento", ha indicado sobre la situación de Jenni tras el beso. "Y eso me estaba preocupando", ha admitido, preguntado por los motivos que le llevaron a conversar con Rafael Hermoso, al que propuso "una fórmula para normalizar la situación".

"Igual tenía que haberme preocupado por cómo estaba [la jugadora]. Pero allí [en el avión], lo que todo el mundo veía y sentía era alegría y jolgorio. A nadie se le encendió una luz de alarma", ha relatado sobre aquellas horas de vuelo. Y ha tachado de "falso" que advirtiera al hermano de la jugadora de posibles consecuencias negativas si ella se negaba a grabar un vídeo exculpatorio. "En ningún caso, eso es falso. Quien diga lo contrario falta a la verdad o miente", ha subrayado, en una alusión indirecta a Rafael Hermoso, que así lo relató cuando declaró días atrás, como testigo, en este juicio.

"Sólo trasmití mi preocupación por lo que esa carga mediática podía afectar a Jenni", ha indicado Vilda, a preguntas de su propio abogado, Luis Jordana de Pozas.

En varias ocasiones a lo largo de su interrogatorio, ha señalado que su conversación con Rafael Hermoso se debió, únicamente, a su preocupación por el impacto que el episodio del beso (y el revuelo posterior) podía tener sobre la jugadora. Sí ha admitido que, en una ocasión, vio a la deportista durante el vuelo "con cara de preocupada" mientras leía en su móvil. Pero dedujo que ese gesto se debía, precisamente, a que estaba leyendo noticias de la prensa española sobre el suceso con Rubiales "que no le gustaban".

Cuando se produjo el beso, durante la entrega de medallas posterior a la final del Mundial de Australia, que España ganó, Vilda ha asegurado que estaba preocupado por la salud de su hija, de 11 años de edad, que sufría un "dolor abdominal".

Preguntado por la fiscal Marta Durántez, el acusado ha indicado que, durante el trayecto en el autobús que trasladó a la Selección femenina desde el estadio al aeropuerto de Sídney, él estaba "muy pendiente del móvil". "Escuché cánticos de: '¡Presi, presi, beso, beso!'", ha recordado durante el interrogatorio. "Pero mi atención estaba en saber cómo estaba mi hija, que llegó justo antes de embarcar", ha indicado.

"Yo no percibí nada [en el bus], estaba muy pendiente del episodio de mi hija", ha señalado, antes de insistir en que el ambiente general posterior, ya en el avión, "fue de alegría" y de "jolgorio" generalizado.

"Mis 'wasaps' son desafortunados"

Tras la declaración de Vilda, ha llegado el turno para el interrogatorio de otro de los acusados, que enfrente la misma pena que él: Albert Luque, exdirector deportivo de la Selección masculina. Sólo ha contestado a las preguntas de su propio abogado, ya que el resto de defensas —únicas partes a las que preveía responder— no han formulado ninguna.

Luque también está acusado de un supuesto delito de coacciones, que ha negado tajantemente este miércoles. Este exdirectivo no viajó al Mundial, porque se dedica al área masculina. Pero sí se desplazó a Ibiza en fechas posteriores a la victoria. Las jugadoras de la Selección disfrutaban allí de unas vacaciones pagadas por la RFEF tras su victoria.

En todo momento, Luque ha calificado a Jenni de "amiga". Si se desplazó al hotel donde descansaba el equipo, lo hizo —ha asegurado— porque, tras mandar a la futbolista varios mensajes de WhatsApp, vio que su móvil "tenía un tick", porque ella "no lee los mensajes".

La jugadora acabó contestando a Luque y declinó "hablar con nadie". "Yo le dije: 'Jenni, estoy abajo'. Y ella me dijo: 'No voy a bajar'. Yo lo respeto y le digo: 'Un beso y disfruta'", ha relatado el exdirectivo. Según su versión, en ese momento, comunicó a otro de los acusados (Rubén Rivera, exdirector de Marketing de la RFEF) que pretendía abandonar la isla. "Él me dijo: 'Espérate, que una amiga de Jenni quiere hablar contigo'", ha indicado Luque.

En efecto, este último conversó con Ana Ecube, una invitada por parte de Hermoso a las vacaciones en la isla y que también declaró como testigo en este juicio. "Me dijo: 'Ella no quiere hablar con nadie, sólo quiere dedicarse a disfrutar'. Yo le dije: 'Estoy aquí como amigo de Jenni, quiero saber cómo se encuentra. No estoy aquí por la Federación Española [de Fútbol]'", ha narrado Luque desde el banquillo de los acusados.

El exdirectivo ha relatado que, al apreciar su "buena fe", Ecube le dio su teléfono y le propuso "desayunar al día siguiente los tres". Sin embargo, esta amiga de Jenni le habría comunicado que, la mañana posterior, "amanecieron tarde". "Me sentó mal... Me sabe mal que al menos no me reciba", ha admitido Luque, tras recordar sus habituales favores a la jugadora durante aquellas vacaciones.

El 24 de agosto de 2023, Hermoso lanza un comunicado con el que declina hacer más declaraciones. "Fue un momento difícil para Jenni, pero en el otro lado hay una persona, que es mi amigo, que es Luis Rubiales", ha admitido Luque.

"En ese momento, recibo un wasap de Ana Ecube. Me dice: 'Te mereces una explicación, al final sus agencias han hecho un comunicado...'. En ese momento, yo doy una respuesta desafortunada, de la que hoy me arrepiento, pero yo tenía malestar... Soy persona de sangre caliente...", ha relatado el acusado.

"Pero yo no estoy en contacto con Luis [Rubiales] en Ibiza", ha concluido, antes de negar que, como ésta sí declaró, ofreciese un cargo en la RFEF a Ecube si lograba convencer a su amiga de exculpar a Rubiales. "Pero si yo no sé si Ana es azafata, si es carpintera, si es abogada... Y si luego me dice que es paracaidista, ¿de qué le voy a ofrecer yo trabajo en la Federación?", ha destacado.

Rivera: "Yo era un siervo, un esclavo..."

El último de los acusados en declarar ha sido Rubén Rivera, también acusado de coacciones y que enfrenta un año y medio de prisión por un supuesto delito de coacciones.

El encargado de organizar la logística en el viaje a Ibiza ha negado que recibiese una llamada de la Federación pidiéndole organizar una estrategia para quitar hierro al beso. "En absoluto. Nunca recibí ninguna llamada en ese sentido. Yo estaba a lo mío y todos sabían que estaba a lo mío. Era la única persona acompañando a 30 personas en un viaje de este tipo con las dificultades que eso conlleva", ha explicado.

"Señorías, si me deja hacer un símil, yo era el Fernando Galindo que interpretó el genial José Luis López Vázquez en Atraco a las tres. Era admirador, amigo, esclavo, siervo...", se ha comparado.

Rivera ha aludido a la llamada que recibió de Miguel García Caba, el que fuera director de Integridad de la RFEF y encargado, por tanto, de elaborar el informe sobre el beso que Rubiales propinó a Hermoso.

"Me llama y me dice: 'Rubén, ¿estás con Jenni? ¿Me la pasas, por favor, que tiene el teléfono apagado o fuera de cobertura?' Y yo lo hago así. Se lo pasé", ha indicado.

Rivera también ha sido preguntado por el hecho de que cargase la batería del teléfono de Hermoso. "¿Qué prisa tengo yo para que Jennifer Hermoso tenga el móvil cargado?", se ha preguntado. En todo caso, ha negado cualquier presión hacia la jugadora en beneficio de Rubiales.