
Alexia Putellas declara como testigo en el juicio contra Luis Rubiales.
Alexia Putellas, en el juicio a Rubiales: "Pensé que el beso fue fortuito, pero Jenni me dijo que no, que era algo muy fuerte"
Irene Paredes ha narrado una charla suya con Rubiales: le dijo que tacharle de violador era "magnificar las cosas, pero a mí no me parece bien lo que pasó".
La jugadora de la Selección española Alexia Putellas ha declarado este lunes como testigo en el juicio contra Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El exdirectivo futbolístico está acusado de un supuesto delito de agresión sexual, por el beso en la boca que propinó a la delantera Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino de 2023, celebrada el 20 de agosto de 2023 en Sídney (Australia).
Por estos hechos, la Fiscalía pide para él un año de cárcel. Rubiales también se enfrenta a otros 18 meses de prisión por las supuestas coacciones hacia Jenni Hermoso y su entorno personal y familiar.
Por este último delito también están acusados Jorge Vilda (el entonces seleccionador femenino), Rubén Rivera, exdirector de Marketing de la RFEF, y el exdirector deportivo de la Selección, Albert Luque.
Como testigo, Putellas ha señalado que, en un inicio, pensó "que el beso fue algo fortuito", que las bocas de Hermoso y Rubiales habrían chocado sin intención a la hora de saludarse. "Pero Jenni me dijo: 'No, tía...', que era algo muy fuerte", ha precisado.
La deportista, interrogada por la Fiscalía, ha señalado que ella no apreció, en directo, el momento del beso, ya que, cuando se produjo, estaba saludando a la reina Letizia durante la entrega de medallas.
Sí ha relatado que Hermoso estuvo "llorando" y "agobiada" durante el viaje en avión de regreso a España. "Estaba agotada", ha señalado, tras relatar las quejas que Jenni le trasladó cuando miembros de la RFEF le solicitaron que grabase un vídeo para quitar hierro al asunto públicamente. "Me dijo que le estaban presionando...", ha indicado la testigo, que ha mencionado "múltiples reuniones" durante el vuelo de regreso a España para abordar el episodio del beso.

Jenni Hermoso y Luis Rubiales en el momento del beso durante la entrega de medallas del Mundial
Putellas también ha narrado los llantos, en su presencia, de Jennifer Hermoso a lo largo del viaje a Ibiza que la RFEF pagó a las ganadoras del Mundial. Ahora bien, la jugadora ha admitido que, en la isla, apenas pasó tiempo junto a la denunciante, ya que estuvo, mayoritariamente, con su familia.
Sí ha mencionado que el acusado Rubén Rivera, que acompañó a las campeonas en la isla balear, instó a Hermoso a hacer una videollamada para hablar con el departamento de Integridad de la Federación, que era el encargado de elaborar un informe sobre los hechos ahora enjuiciados. La delantera lo rechazó en múltiples ocasiones, por lo que las conclusiones de este dosier se hicieron públicas sin su valoración de los hechos.
Irene Paredes: "Eso no está bien"
También ha declarado como testigo este miércoles la jugadora de la Selección Irene Paredes, que ha narrado que, cuando Hermoso, aún en el césped del estadio australiano, les narra el beso, ella entendió, debido al alboroto de la celebración "que se había dado un beso con la reina Letizia", presente en la entrega de medallas. "Cuando ya lo entendí, le dije a Jenni: 'Pero eso no está bien...'", ha recordado Paredes.
"Jenni Hermoso estaba un poquito alucinada. Recuerdo que lo contaba [el beso] mucho, yo creo que buscando saber cómo reaccionábamos el resto", ha señalado la jugadora.
Paredes fue —así lo atestiguaron otras deportistas de la Selección— quien instó a sus compañeras a cesar las chanzas y los cánticos sobre el beso que todas ellas gritaban en el autobús entre el estadio y el aeropuerto de Sídney. Según ha declarado este miércoles, cuando conoció los detalles del episodio, le pareció "muy grave".
"Me están tachando de violador"
De acuerdo con su declaración, en otro momento posterior, en el avión de regreso a España, Luis Rubiales se acerca a ella y se queja de que "le están tachando de violador". Paredes ha relatado que, en respuesta, le dijo que "eso era magnificar las cosas". "Aunque, sinceramente, no me parece bien lo que pasó", asegura que contestó al entonces presidente de la RFEF.
Ambas jugadoras han tachado de sorprendente y "curioso" que la seleccionadora femenina Montse Tomé, que sustituyó a Vilda en ese cargo, no contase con Jenni Hermoso en la convocatoria posterior a los hechos. El próximo lunes, día 10, Tomé declarará como testigo en el juicio.
En tercer lugar, ha declarado la jugadora Laia Codina, que ha relatado, entre otros extremos, que Rivera, durante las vacaciones en Ibiza, le insistió a Hermoso para que respondiera al departamento de Integridad.
En ese momento del interrogatorio, se ha producido uno de los ya habituales rifirrafes entre la fiscal Marta Durántez y el juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto, que ha reprochado a la primera que, en su pregunta, tachara de "acoso" esta actitud.
"No se puede cambiar el hecho por una calificación del hecho que hagamos de él. Acoso no. El hecho...", ha indicado el magistrado. "La palabra acoso está en la RAE y yo creo que esta señora, que es jugadora de fútbol, la conoce perfectamente", ha indicado Durántez.
Codina ha admitido que Rivera, durante el viaje a Ibiza, "insiste más de dos o tres veces" en que la jugadora cargue su móvil y responda a una llamada de la RFEF y que hable con Luque, quien se desplazó al archipiélago para tratar de conversar con Hermoso. "Jenni se puso a llorar", ha recordado la testigo. "Otro día [de la estancia en Ibiza], Jenni estaba mal, se quería ir a casa", ha relatado Codina, a la que también le sorprendió que la denunciante no fuese convocada por Tomé.
Pasado el mediodía, ha declarado Ana Ecube, una amiga de Hermoso que la acompañó en Ibiza. Ha confirmado la insistencia de Rivera hacia la jugadora y ha relatado, incluso, que este directivo de la RFEF trató de convencerla a ella, sin éxito.
"Querían que vendiera mi alma al diablo", ha dicho, tras narrar que Luque le ofreció favores inconcretos, de parte de Luis Rubiales, si su amiga aceptaba. No obstante, ha reconocido que nunca presenció actos de violencia o amenazas (por parte de ninguno de los acusados) ni tampoco que se le explicitó que obtendría un cargo en la RFEF si lograba que Hermoso cumpliera dichas peticiones.
"En el momento que me di cuenta de que la intención no era ayudar, sino incomodar a mi amiga, cambié la perspectiva hacia él", ha señalado sobre Rubén Rivera. "La insistencia no cesó. Fueron varias veces. Jenni se puso a llorar, la situación la superaba", ha explicado.