Arlindo C.C durante el juicio en una imagen de 1999

Arlindo C.C durante el juicio en una imagen de 1999 Sandra Ruiz del Arbol Efe

Sucesos

Sale en libertad el 'violador de Pirámides'

Arlindo Luis Carbalho Corbero fue condenado a 514 años de cárcel como autor de 35 violaciones. 

25 enero, 2017 22:00

Arlindo Luis Carbalho Corbero, más conocido como el “violador de Pirámides”, en libertad. Así lo ha adelantado esta noche el programa 'Detrás de la Verdad' del canal 13 TV. Los periodistas Patricia Betancourt y David Alemán han ofrecido en exclusiva los detalles de la salida de prisión de uno de los mayores violadores en serie de España. 

Corbero ha cumplido 20 años de pena y fue condenado cuando tenía 34 años a una de las penas más severas de la historia judicial española: 514 años como autor de 35 violaciones, entre otros delitos.

La sentencia de la Audiencia de Madrid estableció que el "comportamiento sexual compulsivo" de Arlindo no le convertía en un enfermo mental incapaz de distinguir entre el bien y el mal. De hecho, según la decisión judicial, ese ímpetu sexual de Arlindo era incompatible con su comportamiento de seleccionar a sus víctimas: las elegía "jóvenes y de buena presencia". Además dejó de cometer violaciones durante algún tiempo cuando advertía que la Policía seguía sus pasos, lo que implicaba que podía vencer sus compulsiones sexuales.

Las víctimas del violador de Pirámides contaban que Corbero las asaltaba a la salida de las estaciones de metro -en especial en la parada de Pirámides en la línea 5 del suburbano madrileño- y les amenazaba con un cuchillo hasta llevarlas a un descampado, donde las violaba. Para disimular ante los transéuntes, obligaba a sus víctimas a agarrarle por la espalda "como si fueran novios", tal y como contaban las crónicas periodísticas del día en el que Corbero fue condenado. 

Durante el juicio, no  negó ni admitió ser el autor de las 43 violaciones que le imputaba el fiscal. Sí reconoció que perseguía a mujeres por las que se "sentía atraído" pero aseguró no recordar como terminaban esos seguimientos: "De pronto me veía en un sitio, solo, sin saber qué hacía allí ni qué había hecho".