
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su visita a las unidades del Ejército en Bétera (Comunidad Valenciana).
Sánchez acusa al PP de "oposición destructiva" pero su 'no es no' mantuvo a España bloqueada durante 316 días
"La responsabilidad de que Rajoy pierda la investidura es exclusiva de Rajoy por ser incapaz de articular una mayoría", reprochaba el hoy presidente al líder del PP en 2016 cuando España se asomaba a una tercera repetición electoral.
Más información: Sánchez acusa a la oposición de "causar dolor social" por tumbar su 'decreto ómnibus': "El Gobierno ha hecho su trabajo"
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusó este jueves al PP de convertirse en una "oposición destructiva" por no apoyar su decreto ómnibus, un cajón de sastre en el que convivían medidas de muy diverso calado, desde revalorizar las pensiones, prorrogar las ayudas al transporte público o el traspaso al PNV de un palacete en París.
En la guerra de relatos abierta entre los distintos grupos políticos, los socialistas responsabilizan al partido de Alberto Núñez Feijóo de "causar dolor social" por haber votado en contra de iniciativas de "sentido común", a juicio de Sánchez, sin asumir él ningún tipo de autocrítica. "El Gobierno ha hecho su trabajo", dijo. Y fue más allá: "Un proyecto político no es votar no a todo".
Sánchez, que hace nueve años hizo gala del "no es no", quiere que la oposición le dé un sí incondicional, sin haber pactado o dialogado con ella sus medidas.
Su posición política, inamovible, llevó a España a una situación de bloqueo durante 316 días, con una repetición electoral de por medio. Se trata de la segunda mayor marca en un país democrático contemporáneo, sólo superada por Bélgica, que vivió 541 días de una parálisis que comenzó en 2010.
Un Gobierno en funciones no tiene los mismos poderes que un Gobierno que está en plena actividad. Según la ley, se limita al "despacho ordinario de los asuntos públicos" y no puede tomar, salvo alguna excepción, decisiones políticas de calado. Por ejemplo, no puede aprobar los Presupuestos Generales del Estado, presentar proyectos de ley al Congreso o nombrar a nuevos ministros.
El expresidente Mariano Rajoy gobernó así durante diez meses.
Bloqueo político
El PP ganó tanto las elecciones generales de diciembre 2015 como las de junio de 2016, pero no pudo conformar una mayoría. La irrupción de los nuevos partidos en el panorama político, Podemos y Ciudadanos, enterraron el viejo bipartidismo, pero esa nueva política dejaba la formación de Gobierno —y por tanto la gobernabilidad— en el aire.
Después de que los ciudadanos tuvieran que volver a las urnas porque los políticos no se ponían de acuerdo, un gran sector del PSOE empezó a asumir que la mejor opción pasaba por abstenerse en una hipotética votación de investidura de Rajoy. Así la legislatura podría echar a andar por fin. Pero la facción más fiel a Sánchez se obcecó en el famoso "no es no", aun a riesgo de que se tuviesen que celebrar unas terceras elecciones.
"La responsabilidad de que el señor Rajoy pierda la investidura es exclusiva del señor Rajoy por ser incapaz de articular una mayoría", escribió Sánchez en su perfil de Twitter en verano de 2016.
La crisis desembocó en la dimisión de Sánchez como secretario general del partido y la creación de una gestora que dio luz verde a la abstención de los diputados socialistas para dejar que gobernara el PP.
Rajoy fue elegido presidente el 29 de octubre de 2016 tras sumar 170 votos a favor (PP, Ciudadanos y Coalición Canaria) y la abstención de 68 diputados del PSOE. Un total de 15 diputados socialistas, los más leales a Sánchez, votaron no, desobedeciendo el mandato del comité federal del PSOE.
Las palabras de Sánchez en 2016 -"la responsabilidad es de Rajoy por ser incapaz de articular una mayoría"— contrastan, años después, con la realidad a la que hoy se enfrenta el presidente. Aunque desde Davos (Suiza) trató de mostrarse triunfalista ante los inversores y las figuras políticas más influyentes del mundo, lo cierto es que el bloque que le hizo presidente en noviembre de 2023 se ha roto, sobre todo tras el sonoro portazo de Junts, clave para mantener esa mayoría.