
El director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, en La Hora del Suscriptor.
Pedro J. Ramírez, en La Hora del Suscriptor: "La prueba de que Sánchez está en aprietos es que coloca la responsabilidad al PP"
"El gran problema que tiene Pedro Sánchez es que no entiende, no acepta y no asume el modelo de la Transición, que obliga a los pactos de Estado", asegura.
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El presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, cree que la legislatura está en una encrucijada, casi en un punto de no retorno. "Las pruebas las vemos todos los días", asegura, "lo vemos en esa reacción tan antinatural, tan surrealista, con la que está intentando colocar toda la responsabilidad del decreto ómnibus en el PP".
Así lo ha señalado este jueves durante la tercera edición de La Hora del Suscriptor, el foro mensual de encuentro entre suscriptores y periodistas de este diario para explorar a fondo la actualidad y responder a las dudas de los lectores. Y el tema del día no podía ser otro: la sonora derrota parlamentaria del Gobierno esta semana.
"Si todo sale como parece, el punto final de esta legislatura sería la constatación de que no pueda sacar los Presupuestos del 2026, porque los de 2025 ya son imposibles", ha analizado el director.
Este miércoles, Pedro Sánchez se esforzaba por vender en Davos ante los inversores y algunos de los personajes más influyentes de la Tierra las bondades de España, su estabilidad política y su capacidad para hacer reformas. Mientras, a esa misma hora, una mayoría parlamentaria del PP, Vox y Junts rechazaba su decreto clave para mantener el llamado escudo social.
Cayeron las ayudas del transporte público, las moratorias antidesahucios, el fin de los cortes de suministros y la subida de las pensiones, entre otro casi centenar de medidas que llevaban cinco años en vigor. Fue, sin paliativos, la mayor derrota de Pedro Sánchez desde que entró en la Moncloa en 2018.
"Él siente un poco de rabia, de indignación en esto, como diciendo 'cómo me podéis hacer esto a mí'", asegura Pedro J. Además, cree que el relato del Gobierno —echar las culpas a la oposición y no a sí mismo— está empezando a calar en la sociedad y los medios de comunicación.
De hecho, considera que es la prueba que prueba "esa gran falacia de que el sistema mediático está inclinado hacia la derecha". "Demuestra hasta qué punto se está asilvestrando y se está domesticando una parte significativa de la fauna periodística".
"Hay que escuchar las tertulias. Yo entiendo que cuando hay un debate ideológico, la gente que tiene ideas sedicentemente progresistas, de izquierdas, contradiga las posiciones conservadoras o liberales. Pero que haya quien diga que cuando el Gobierno pierde una votación la culpa es de la oposición... hay que tener o mucha caradura, o mucho fanatismo, o muchos intereses en juego", afirma el director.
La tesis aquí es que, como se ha ido narrando insistentemente en los medios, ni Pedro Sánchez ni su equipo abrieron las conversaciones ni negociaciones hasta el último momento. Al PP directamente no le contactaron, cerrando un posible pacto que habría desbloqueado cualquier votación.

El subdirector Alberto D. Prieto, en La Hora del Suscriptor.
"Él tendría un argumento si dijera que había llamado tres veces a Feijóo, le había presentado dos contrapropuestas y había reunido a varios grupos de trabajo. Eso sería un argumento", asegura. "El gran problema de Sánchez es que no entiende, no acepta y no asume el modelo de la Transición que necesariamente obliga a pactos de Estado en grandes asuntos".
Democracia consolidada
Algo parecido opina uno de los subdirectores de Política del periódico, Alberto D. Prieto, quien asegura que precisamente por este motivo la calidad democrática de España ha ido decayendo en los últimos años.
"¿España era una democracia consolidada? Sí. ¿Lo es hoy? Está en riesgo de no serlo", valora el periodista. "Tenemos el riesgo de que todas las fronteras, líneas rojas y vueltas de tuerca que estamos viviendo con este Gobierno... el próximo Gobierno las aproveche. Con que aprovechen la mitad ya estaría".
Según Prieto, el sistema democrático español se basa "en que tengamos gente cabal, demócrata y abierta de mente, con visión de largo plazo al frente de los partidos con posibilidad de gobernar, que ahora son dos". Por eso, cuando la noche del 23J Pedro Sánchez dijo aquello de "somos más" todo habría empezado a desmoronarse.
"Cruzó una línea roja. Porque ese día la única opción lógica era un Gobierno de concentración, y eso es lo que leyó el propio Feijóo, y le ofreció un par de años en que acordaran el programa entre los dos y 'ya dentro de un par de años volvemos a competir y a ver quién gana'", dice Prieto. "Frente a eso, Pedro Sánchez optó por montar al sucesor del Frankestein".