
Oriol Junqueras, Carles Puigdemont y Jordi Turull este jueves en Waterloo (Bélgica).
La Mesa del Congreso aplaza la decisión sobre la cuestión de confianza y Sánchez se arriesga a romper con Puigdemont
No tomará ninguna decisión sobre su admisión a trámite en su reunión de este jueves y la aplaza a más adelante a pesar de las presiones de Puigdemont.
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La Mesa del Congreso de los Diputados ha aplazado su decisión sobre la proposición no de ley presentada por Junts y que exige que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. Con ello, el Gobierno se da más tiempo para negociar con Carles Puigdemont, aunque se arriesga a que este rompa definitivamente.
Junts lleva semanas amenazando con que si este jueves no se tramitaba su iniciativa, el PSOE se tendría que atener a "decisiones que no gustarían" a los socialistas. Estas podrían ser desde no abrir negociaciones para los Presupuestos hasta dar por roto el pacto de investidura y acabar con la posibilidad de cualquier acuerdo.
Sin embargo, el Gobierno no estaba conforme con que la iniciativa se tramitase y, como mal menor, ha decidido aplazar el debate en la Mesa, que se ha reunido este jueves en el Congreso para tratar este y otros temas.
Según fuentes parlamentarias, el asunto se "ha dejado en estudio" porque "podría generar precedentes" jurídicos. El argumento de la Presidencia del Congreso y de Moncloa es que una cuestión de confianza es una prerrogativa que parte del propio presidente del Gobierno y que no sirve la fórmula de la proposición no de ley para intentar forzarla.
Las mismas fuentes explican que el cupo para que las iniciativas de Junts se debatan en el Pleno del Congreso no se vuelve a dar hasta finales de febrero y que la Mesa, en realidad, no tenía por qué decidir sobre el asunto este mismo jueves.
Al margen del debate jurídico que pueda haber, la realidad es otra. Los letrados del Congreso ya dieron su visto bueno a mediados de diciembre para que se debatiera la iniciativa de Junts y dejaron en manos de la Mesa, donde PSOE y Sumar tienen mayoría, la decisión final. En diciembre la Mesa ya hizo otro aplazamiento como el de este jueves.
El texto, aunque irrelevante a fines prácticos porque no obliga al Gobierno a nada, es un duro golpe para Sánchez porque la mayoría del Congreso (Junts, PP y Vox votarían a favor) le estaría pidiendo que lleve a cabo una moción de confianza.
Las amenazas de Junts de romper con Sánchez si no se tramita han complicado la situación y Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, está hablando con Puigdemont para intentar convencerle de que presente un texto que sea menos comprometido para el Gobierno que una cuestión de confianza.
Según las fuentes parlamentarias, Junts estaría de acuerdo con el aplazamiento de este jueves y podría no suponer un conflicto. Sin embargo, el partido de Carles Puigdemont ha estado defendiendo otra línea en público.
El pasado martes, el secretario general de Junts, Jordi Turull, dijo que si la Mesa no tramitaba la iniciativa este jueves "significa que no se ven capaces de restablecer la confianza". "Lo que pase el jueves no es inocuo ni menor. Si no tramitan la iniciativa de la cuestión de confianza, significa que no son capaces de asegurar esa confianza", insistió Turull.
De hecho, Puigdemont ha convocado para este viernes a su cúpula, a la que pidió que se trasladase a Bélgica, para abordar la situación política después de la decisión que en teoría iba a tomar la Mesa este jueves. El partido todavía no ha reaccionado oficialmente a la decisión de aplazar el debate sobre su iniciativa.