La Comunidad de Madrid ha aprobado un nuevo protocolo para que sean las enfermeras quienes hagan la "valoración del paciente" y tomen decisiones sobre su salud cuando no haya médicos de familia en los centros de salud.

Ante el déficit de médicos de cabecera y de cara a las vacaciones de verano, la Consejería de Sanidad ha puesto en marcha un plan de actuación que consiste en la reorganización de las funciones de los centros de salud colocando a enfermeras y enfermeros como eje en el que pivotará el funcionamiento diario de estos centros destacando su "liderazgo" ante la falta de médicos.

Según el documento que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha enviado a varios centros de salud se deja en manos de las enfermeras la decisión en diversas actuaciones, como citar al paciente otro día si el caso es demorable, atenderle y decidir si requiere la atención de un médico que esté en otro centro o si se trata de un proceso de urgencia y es necesario llamar al SUMMA.

Tomará la "decisión final"

Sin médicos de familia suficientes a lo largo del año, la situación se agrava en los meses de verano, donde la amplia mayoría no son sustituidos en su periodo de vacaciones. Por ello, la Comunidad de Madrid "se plantea establecer un procedimiento de actuación ante situaciones en las que pudiendo precisar de la intervención de un médico de familia, este no esté presente". Ante este déficit, "la toma de decisión final dependerá de la enfermera que haga frente a esta situación". 

Sin embargo, también se darán nuevas funciones a otros trabajadores de los centros de salud. Este es el caso de los administrativos, que entran en la terna de los "otros profesionales" que deberán "reorganizar flujos de atención" para poder mantener la continuidad de los centros de salud. Por tanto, sin conocimiento médicos previos también ellos podrán decidir a quién se atiende y a quién no si su dolencia puede esperar.

Tres situaciones

Enfermeros y enfermeras serán el eslabón principal para mantener el trabajo diario de los centros de salud este verano, que seguirán funcionando pero a medio gas. Su trabajo se basará en tres posibles situaciones cuando no haya un médico de cabecera en el centro: procesos demorables, procesos no demorables y procesos de urgencia.

En el primer de ellos, el de procesos democrables, la enfermera valorará si el problema por el que el paciente acude puede esperar a ser atendido otro día. Así, los pacientes, según se lee en el protocolo, "serán citados para atención en días posteriores en las agendas de medicina del centro".

Si el paciente requiere atención ese mismo día, la enfermera o enfermero le atenderá o le derivará a otro centro de salud. "Las enfermeras del centro de salud atenderán aquellas situaciones en las que la atención no sea demorable y tras la valoración del paciente, si su problema no puede ser resuelto por la enfermera, se derivará al paciente a un dispositivo cercano".

El tercero de los procesos serán los urgentes. Aquí la Unidad de Atención al Usuario, "llamará al SUMMA para solicitar la asistencia urgente" y "comunicará con el centro más cercano asignado para solicitar la presencia de un médico". Mientras, la enfermera "iniciará las actuaciones correspondientes" hasta que llega la ambulancia o la asistencia de un médico de otro centro, que no tiene por qué ser el más cercano. 

Para conseguir eso, la Consejería de Sanidad permitirá a la Dirección Asistencial "reordenar los efectivos a fin de que se refuerce la plantilla de enfermería si fuera necesario".