Una situación nunca antes vista: el centro-derecha de un Gobierno de PP y Ciudadanos, de la mano de la izquierda carmenista, los leales a la regidora a la que, precisamente, el popular Martínez Almeida desalojó del consistorio. Pero así ha sucedido.

Pasaba la una de la madrugada del lunes 27 y la negociación continuaba en la segunda planta de Alcalá 45, sede de la Delegación del Área de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid. El campamento base técnico para conseguir un acuerdo para parir unas cuentas públicas. Quedaban flecos por cerrar, antes de anunciar, ya bajo el sol, un sí mayoritario a los Presupuestos.

Allí, ya de noche, la delegada Engracia Hidalgo recibía y devolvía centenares de mensajes de WhatsApp. Fuentes conocedoras del proceso de negociación le atribuyen un papel clave para transformar las medidas propuestas por los cuatro concejales de Recupera Madrid —Marta Higueras, José Manuel Calvo, Luis Cueto y Felipe Llamas— en enmiendas pulidas a las que dar encaje en el texto. Antes, Hidalgo debía acordarlas también con los delegados de cada área correspondiente.

El propósito: que estos cuatro ediles hijos de Carmena retirasen su negativa a los Presupuestos. Dichas enmiendas se votarán ahora en el Pleno del próximo miércoles. Sin embargo, esos cuatro carmenistas son ahora tres. Felipe Llamas ha renunciado a su acta de concejal, disconforme con la decisión tomada por el Grupo Mixto. De este modo, el Gobierno municipal podría contar con los 15 votos del PP, los 11 de Cs y los 3 del Grupo Mixto, esto es, 29 apoyos, exactamente los necesarios para sacar adelante las cuentas.

"Engracia ha hecho kilómetros en Alcalá 45 con el teléfono al oído", narra a EL ESPAÑOL un miembro de su equipo. A las tres de la madrugada, aún seguía en línea en WhatsApp. "Su móvil echaba humo", añade esta fuente, que la recuerda durante los últimos días "pegada al cargador" de su teléfono. Uno de sus interlocutores, además, se encuentra confinado por Covid-19, por lo que el móvil era la única vía de contacto.

Algunos funcionarios del equipo de Hacienda debieron interrumpir sus días de descanso navideños o cumplir jornadas maratonianas, cuentan fuentes de este departamento.

La tecla Villacís-Higueras

Sin embargo, la mano tendida a Recupera Madrid no fue la primera opción del alcalde Martínez Almeida. Pero sí ha acabado siendo la única mano que pudo estrechar.

Tras la negativa del líder de Vox en el consistorio, Javier Ortega-Smith, a negociar las cuentas con el PP, fue el propio regidor popular el que impulsó un tanteo a los carmenistas.

Y ya con Vox fuera de la ecuación, Begoña Villacís, de Ciudadanos, ganó presencia. La vicealcaldesa aprovechó su buena relación con Marta Higueras, a la que conoce personalmente y con la que tiene un cordial trato desde que la primera estaba en la oposición y la segunda era concejala de gobierno, con Manuela Carmena de alcaldesa.

Esta tecla política, unida a la dupla técnica conformada por Hidalgo y Miguel Ángel Redondo —el Delegado del Área de Gobierno de Economía, Innovación y Empleo, de Ciudadanos—, también han contribuido a apuntalar al acuerdo. 

Marta Higueras, este lunes. E.E.

Fuentes del equipo popular insisten en que se han "respetado los tiempos" para negociar con los diversos grupos políticos y recalcan que Vox siempre fue el socio preferente. No obstante, su presencia en las negociaciones incomodaba a Ciudadanos. Desde el PP, critican que los de Ortega-Smith decidieran "autoexcluirse". O, en palabras al alcalde Almeida, "priorizar su beneficio particular, antes que el interés de los madrileños".

El acuerdo

Con todas estas piezas, se ha fraguado un pacto entre el Gobierno bipartito municipal —el PP de Almeida y el Cs de Villacís— y los ediles de Recupera Madrid. Todas las partes están satisfechas, aunque ninguna lo está del todo. 

Y, aunque el texto esté pactado, cada partido reivindica su impronta a las cuentas públicas. Los ediles carmenistas ensalzan algunas de las medidas sociales y ecologistas del texto, como la subvención energética a la Cañada Real, la gratuidad del transporte de la EMT en periodos de alta contaminación, el proyecto sociolaboral para menores no acompañados en situación de exclusión social o el aumento de las ayudas a organizaciones LGTBI.

Y, especialmente, haber frenado la rebaja fiscal a los grandes propietarios que Almeida tenía en mente.

Los de Villacís elogian la dotación presupuestaria al Orgullo LGTB, las ayudas a las terrazas, la bajada de impuestos o el aumento de inversiones en escuelas infantiles, contratos de limpieza o el Samur. Unas cuentas que, desde el equipo de los liberales, califican de "equilibradas".

Martínez Almeida, por su parte, también reivindica una política "continuista" de "incentivos fiscales", inversión en infraestructuras y de rebaja del Impuesto sobre Bienes Inmuebles mediante ayudas a los titulares de una vivienda en Madrid que valga menos de 300.000 euros.

Vox, fuera

Este lunes, Vox no tardaba en criticar un acuerdo de Presupuestos que, a pesar de su condición de socio prioritario del PP, no lleva su firma. Unas cuentas que resumía como "sectarismo, chiringuitos y menas". "Efectivamente, Carmena ha vuelto", añadía un tuit de su grupo municipal. A escasos siete minutos de haberlo publicado, Vox tampoco tardó en hacer desaparecer este tuit de su perfil.

Tuit borrado de la cuenta de Vox en el Ayuntamiento de Madrid. E.E.

Precisamente fue el no de Ortega-Smith y su papel en el futuro uno de los principales asuntos por los que fueron preguntados Almeida, Villacís e Higueras en la rueda de prensa de este lunes por la tarde.

Para el alcalde, este "bloqueo" a la negociación demuestra que, "cuando llega el momento de remangarse y ser útiles, Vox prefieren quedarse en la esquina".

La vicealcaldesa lamentó vivir "un momento político en el que el no es no cotiza al alza", en relación al partido de Santiago Abascal, frente al acuerdo y el espíritu pactista.

Higueras, por su parte, reivindicó el pacto de los Presupuestos, como una oportunidad que "no podía ser desperdiciada por las fuerzas progresistas" para "sacar a Vox de cualquier decisión que tenga que tomarse de aquí en adelante en el Ayuntamiento de Madrid".