Edmundo Bal, candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid.

Edmundo Bal, candidato de Ciudadanos a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Europa Press

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Bal pide al resto de candidatos un pacto por el "respeto y la conciliación" frente a la violencia

"La violencia supone una lesión al sistema democrático. Espero que me respondan, son cinco puntos que son fáciles de firmar".

28 abril, 2021 10:04

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El candidato de Ciudadanos a la Presidencia de Madrid, Edmundo Bal, ha mandado una carta este miércoles a primera hora a sus homólogos del PP, PSOE, Vox, Más Madrid y Unidas Podemos con un pacto por el "respeto y la conciliación" frente a la violencia.

En esta misiva, se pone el foco en la "escalada de tensión y polarización" de esta campaña, y alerta de que las consecuencias de que los "actos totalitarios no se censuren sin paliativos" pueden derivar en una "espiral de enfrentamiento" entre los madrileños.

"Estoy convencido de que no habría mayor irresponsabilidad, por parte de quienes aspiramos a representar a nuestros conciudadanos, que la de trasladar a la sociedad la división y el enfrentamiento", incide Bal en la carta en la que apunta a las amenazas que han recibido esta semanas dos ministros (Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto), dos candidatos a al Presidencia de la Comunidad (Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso) y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.

Es por ello que plantea al resto de cabezas de lista tres puntos que pasan por condenar "toda expresión de violencia, incluidas amenazas, coacciones y señalamientos" independientemente de a quién se dirijan, renunciar a discursos que justifiquen "prácticas antidemocráticas, criminalicen al adversario político y promuevan el enfrentamiento entre ciudadanos", e impulsar un "pacto por la concordia y la convivencia".

El manifiesto concluye aseverando que la "unión de los demócratas en un momento de máxima tensión" es un signo de "madurez y salud democrática", además de una "responsabilidad histórica" que es necesario aprovechar para demostrar a los españoles que los políticos son capaces de ponerse de acuerdo en "reconocer el derecho de quien piensa distinto a que sus ideas puedan ser expresadas con la misma libertad que se desea expresar las propias".