El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha desvelado el objetivo de la primera ‘Hoja de Ruta hacia la neutralidad climática de la ciudad de Madrid’: reducir los gases de efecto invernadero (GEI) hasta un 65 % en 2030 respecto a 1990. Ha aprovechado para ello el marco de la Convención Europea de alcaldes del C40, la red de ciudades comprometidas con la lucha contra el cambio climático presidida por el alcalde de Los Ángeles. 

Eleva el reto de disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) diez puntos por encima de la cifra marcada por Europa en el Pacto Verde (Green Deal) del 11 de diciembre de 2019, refrendado en 2020 por el Consejo Europeo. Si de acuerdo con el inventario de emisiones de la ciudad hace 30 años se registraban 13 millones de toneladas de CO2, en 2030 se deberán rebajar hasta los 4,5 millones de toneladas.

En 2050 se mantendrían alrededor de 1,4 millones de toneladas de CO2, que se compensarían con medidas complementarias como la absorción por medio de plantaciones forestales, según el plan municipal. 

Principales propuestas

Las principales conclusiones que proyecta la hoja de ruta se centran en la importancia de la descarbonización del sistema eléctrico y la apuesta por un modelo urbano más eficiente para minimizar progresivamente el consumo de combustibles fósiles, ejes de actuación más relevantes para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. 

En este sentido, el regidor madrileño ha puesto el acento en la importancia de que las principales ciudades vuelquen todos sus esfuerzos en implementar políticas medioambientales eficaces, globales y ambiciosas que sirvan de guía al mundo y que aceleren el proceso de descarbonización hasta lograr la meta común de la neutralidad climática en el año 2050.

“Las grandes ciudades somos clave para mitigar la crisis climática porque somos responsables de gran parte de los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. Constituimos núcleos de alta intensidad energética, principal foco de este tipo de emisiones. Madrid ha dado grandes pasos en la lucha contra el cambio climático, pero las tendencias muestran la necesidad de incrementar los ritmos de reducción para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos, desarrollar una economía baja en carbono y tener mayor seguridad y resiliencia frente a los riesgos climáticos”, ha señalado Almeida.

Madrid 360

La primera Hoja de Ruta de la capital española para la descarbonización se desarrolla bajo el paraguas de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, con cerca de 200 actuaciones que contribuyen a combatir de manera global los óxidos de nitrógeno (NOx) -gases que llevan a infringir la directiva europea en materia de calidad del aire desde 2010- y el dióxido de carbono (CO2).

Entre sus medidas se encuentra una línea de subvenciones, entre otros objetivos, para fomentar los sistemas de climatización eficientes. Para ello, el Ayuntamiento ha comprometido un crédito anual de más de 13 millones de euros para particulares y el sector servicios, incluyendo las pymes, que se ampliará a 15 para cada uno de los ejercicios de 2022 y 2023.

Tres sectores clave

El sector residencial es el que debe de contribuir con el mayor volumen de reducciones (2,9 millones de toneladas equivalentes de CO2), seguido del sector servicios (2,7) y el del transporte (2,4). Es en estos tres sectores donde las administraciones deben intensificar la acción, aunque sin dejar de actuar en otras áreas como la gestión de residuos.

Tanto en el sector residencial como en el de servicios tiene especial relevancia la reducción de emisiones asociadas al mix eléctrico, es decir, a las fuentes de generación de electricidad que utilizamos en nuestra red.

En 2020, la contribución de las energías renovables a la generación eléctrica fue de un 43,6% y en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima se establece como objetivo llegar al 74% en 2030, una de las hipótesis de partida de la Hoja de Ruta madrileña.

Climatización

En segundo orden, la renovación de equipos térmicos por sistemas de bomba de calor o calderas de condensación de gas con una creciente contribución de fuentes renovables como el biometano producido en la planta municipal de tratamiento de residuos de Valdemingómez también permitiría disminuir notablemente las emisiones de CO2.

Para cumplir con este propósito, el Ayuntamiento de Madrid aprobará en marzo un instrumento estratégico: la nueva Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad, cuyo texto se centra en reducir el consumo de energía y sustituir las fuentes más contaminantes por otras más inocuas como es el caso de las calderas de carbón, cuyo funcionamiento prohíbe desde el 1 de enero de 2022.

La Hoja de Ruta señala otras actuaciones de eficiencia energética como el cambio de electrodomésticos, la iluminación o la rehabilitación de edificios (ventanas, fachadas, cubiertas, etc.), que también contribuirían al propósito global contra el cambio climático.

En el caso del transporte, Madrid 360 ya ha dado pasos como la creación de las Líneas Cero (gratuitas y cero emisiones); la ampliación histórica de BiciMAD; la construcción de 45 kilómetros de carriles bus; la futura ejecución de nuevos carriles bici como ejes vertebradores de la ciudad o el potente plan de ayudas para renovación de todo tipo de flotas.

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