De momento, Isabel Díaz Ayuso descarta cerrar Madrid. La Comunidad, en coordinación con el Ayuntamiento y el Gobierno central, ha decidido extender las restricciones a más zonas de la región, todas ellas "periféricas". El distrito de Vallecas, a partir de este viernes, quedará todavía más amurallado. Así lo ha contrastado este diario a través de fuentes cercanas a la presidenta.

La acumulación de contagios en Lavapiés -barrio perteneciente al centro de la capital- a punto ha estado de reestrenar el confinamiento en el corazón de Madrid, pero un portavoz autorizado de la Comunidad relata a este periódico que los "datos han mejorado" y que, por eso, su cierre ha dejado de estar sobre la mesa.

El blindaje de Madrid en su conjunto también ha rondado esta semana las reuniones del gabinete de crisis, pero en todo momento ha quedado pospuesto. A tenor de lo contrastado por EL ESPAÑOL, se trata de una medida que tiene valedores tanto en la Comundidad como en el Ayuntamiento. De ahí que si los datos siguen empeorando pueda cobrar más fuerza.

El Estado de Alarma -que permitiría multar y restringir con más garantías jurídicas- es otro de los puntos de debate, pero Pablo Casado trasladó su negativa a sus barones autonómicos. Ahora, en Madrid, se da este supuesto: la policía no puede multar porque el Tribunal Superior de Justicia todavía no ha dado el visto bueno a la excepcionalidad.

España ya acumula 10.000 nuevos contagios cada día. La capital sigue encabezando la cima de la transmisión del virus. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha llegado a decir: "Hay que actuar con determinación en Madrid. Vienen semanas duras, muy duras".

Una opinión que también han compartido en público José Luis Martínez-Almeida -alcalde-, Begoña Villacís -vicealcaldesa-, Isabel Díaz Ayuso -presidenta de la Comunidad- e Ignacio Aguado -vicepresidente-.

La "confusión" de las áreas

El método de las áreas sanitarias, que seguirá en marcha este viernes, no genera unanimidad entre los mandatarios. Algunos de ellos, que prefieren no revelar su nombre, apuntan opiniones de este estilo: "¡Es un lío! La gente no sabe cuáles son". La zona sanitaria permite al gobernante afinar al máximo con el confinamiento, pero el coste de oportunidad tiene que ver con el despiste del ciudadano.

La incidencia acumulada es el principal indicador que determina el cierre de una zona. Es decir: se tiene en cuenta el número de contagios por cada 100.000 habitantes en los últimos quince días. Si supera los 1.000, el confinamiento es más que probable. También influyen otros factores como las cifras cosechadas en la quincena anterior.

A falta de conocer las nuevas zonas restringidas -sólo se permite salir para trabajar, ir al médico o al trabajo- estas son las 37 que ya están confinadas -26 en la capital y 11 en municipios cercanos:

Puerta Bonita, Vista Alegre y Guayaba (Carabanchel); Almendrales, Las Calesas, Zofío, Orcasur y San Fermín (Usera); San Andrés, San Cristóbal, El Espinillo y Los Rosales (Villaverde); Villa de Vallecas; Entrevías, Martínez de la Riva, San Diego, Numancia, Peña Prieta, Pozo del Tío Raimundo, Ángela Uriarte, Alcalá de Guadaira y Federica Montseny (Puente de Vallecas); Doctor Cirajas, Ghandi, Daroca y La Elipa (Ciudad Lineal); Alicante, Cuzco y Francia (Fuenlabrada); Humanes de Madrid (Humanes y Moraleja de Enmedio); San Blas e Isabel II (Parla); Las Margaritas y Sánchez Morate (Getafe); Reyes Católicos (S.S. de los Reyes), Chopera y Miraflores (Alcobendas).

Mientras tanto, Díaz Ayuso mantiene su promesa de realizar un millón de PCR en Madrid, lo que se antoja imposible con medios únicamente regionales. De ahí su petición a la Guardia Civil, la policía nacional y la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Margarita Robles, ministra de Defensa, ya cifra en 7.500 los militares que, desde este lunes, trabajarán para garantizar que las medidas restrictivas se cumplan. Colaborarán con los test, la desinfección de los espacios públicos y el control de movimientos.

Desde que se produjo la reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, el ambiente entre ambas administraciones -hasta ahora de confrontación absoluta- sigue siendo de tregua. A ello contribuye la buena relación entre Enrique Ruiz Escudero -consejero de Sanidad- y el ministro Illa.

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