Isabel Díaz Ayuso y Enrique Sarasola. Enrique Sarasola e Isabel Díaz Ayuso. La royal suite Skyline, en pleno centro de Madrid, en uno de los hoteles de la cadena Room Mate Group, propiedad del empresario inicialmente mencionado, donde se aloja la presidenta madrileña desde el inicio de la crisis sanitaria y pasó también su cuarentena tras contagiarse de Covid-19, ha sembrado la polémica desde que se conociera su ubicación a principios de esta semana.

Todo este embrollo responde a que el propietario hotelero habría prestado este apartahotel a Ayuso, sin coste alguno, según desveló Vanity Fair. Y a un supuesto contrato que la Comunidad de Madrid ha adjudicado después a esta cadena hotelera para atender a sanitarios y ancianos de residencias por casi un millón de euros, y que posteriormente ha cambiado de cifra por un error. Frente a esto, no obstante, Ayuso ha defendido que ella pagará de su bolsillo la suite, a 80 euros la noche (con rebaja del 200% por larga estancia, según ha apuntado el hotel). Con respecto a los contratos, ha asegurado que Room Mate no se lleva ni un euro. 

Lo cierto es que al comienzo de la crisis el empresario puso a disposición del Gobierno madrileño cuatro de sus hoteles para alojar a sanitarios procedentes de otras provincias que no tuviesen donde dormir o no pudiesen volver a su casa por seguridad; y a aquellos ancianos que no tenían síntomas de coronavirus y vivían en residencias, focos del virus. Una iniciativa que ahora se ha visto en cierto modo ensuciada por la controvertida polémica y que ha llevado a algunos medios incluso a criticar las condiciones en las que vivían algunos sanitarios en los hoteles de Sarasola.

Los sanitarios con los que ha hablado EL ESPAÑOL, en cambio, han desmentido rotundamente lo anterior. En otras palabras, podría decirse que estos profesionales han podido y todavía viven a cuerpo de rey en estos hoteles, después de pasar toda una jornada en el hospital salvando vidas y en unas condiciones, por lo general, precarias. También lo merecen. En el hotel Room Mate Macarena, en plena Gran Vía madrileña, por ejemplo, está alojada Clara, enfermera en el Hospital La Paz, y 70 compañeros más. 

"Estamos muy agradecidos"

La habitación de hotel donde vive esta enfermera cordobesa.

Esta sanitaria cordobesa vino a trabajar en marzo a Madrid, ante la avalancha de contagios y el colapso en los hospitales en la capital, para ayudar. Desde entonces estuvo descansando cada día en un hotel medicalizado en Plaza Castilla hasta que hace unas semanas cerró y fue trasladada, junto al resto de compañeros, a tres hoteles Room Mate, el Macarena, Óscar y Laura. Y según dice, "no pueden estar más agradecidos". 

"En general, todos los sanitarios estamos muy contentos, estamos super bien atendidos y con muchísimas facilidades; son hotelazos de cuatro y cinco estrellas", relata esta enfermera. Como pueden observar en la imagen que ilustra este reportaje, la habitación en la que está alojada esta profesional es bastante amplia, de unos 28 metros aproximadamente, exterior, tiene buena iluminación, una cama doble, una televisión "muy grande", un escritorio, un armario y una pequeña nevera. Además de baño propio. 

En el hotel, cada sanitario tiene su habitación independiente, aunque el hotel ha dispuesto de un espacio donde, manteniendo el distanciamiento social, los médicos, enfermeros o auxiliares pueden compartir momentos tras la jornada en el centro hospitalario. "El primer día nos recibieron con una carta de bienvenida, en los espejos hay pinturas donde hay escritas frases como todo va a salir bien o ánimo, y que nos hayan dejado un espacio para hablar entre nosotros y desahogarnos después de trabajar, está genial", sostiene Clara a este periódico. 

Lo que no entiende es por qué se ha puesto ahora el foco en sus alojamientos, cuando es casi lo único que se ha hecho bien en cuanto al cuidado de los sanitarios. "Muchos solo quieren sacar carnaza, ahora buscan a sanitarios en situaciones precarias de alojamiento, cuando lo precario realmente son nuestros contratos y condiciones en el hospital", denuncia esta profesional. 

Estrella Michelín

El postre de mango que la sanitaria ha degustado en el hotel.

Si tiene que poner una pequeña pega, tal vez, sea la comida, pues según esgrime procede de donaciones y casi "todos los días se come lo mismo". "Aunque eso no tiene importancia, la realidad es que la mayoría estamos muy a gusto", concluye. 

Donde ni siquiera tiene quejas con la comida es en el Room Mate Gorka. Allí está Aurkene, una enfermera vasca que se aloja en este hotel de Enrique Sarasola en San Sebastián, desde el inicio de la crisis sanitaria. A través de sus redes sociales, esta profesional ha defendido la labor del empresario madrileño enseñando fotos de cada una de la instalaciones y servicios que le ofrece el hotel de cuatro estrellas. "Este postre de pastel de mango, ¿os parece una mierda? Es de estrella Michelín, la comida es deliciosa", ha criticado, mostrando la foto de un postre en el restaurante.  

La habitación de la sanitaria en el hotel vasco.

Esta sanitaria ha continuado describiendo su habitación. "Es un hotel de cuatro estrellas, tengo una televisión de un metro de largo, vistas a la plaza Guipúzcoa, una habitación enorme, con dos camas de matrimonio comodísimas; un baño amplísimo con una ducha ecológica que puede ser de lluvia...". Aurkene ha señalado incluso que hasta los trajes de los empleados que les atienden 24 horas son de materiales reciclados. 

Esta profesional ha manifestado incluso que cada día, el hotel le desea las buenas noches cuando le lleva la cena a la habitación, acompañándolo con un mensaje: "¡Buenas noches Aurkene, después de un largo día trabajando, es hora de relajarse y disfrutar, buen provecho!". "Os invito a preguntar a los que llevamos semanas en esos hoteles, que serían unos 120 euros la noche, todos estamos muy agradecidos", ha zanjado. 

Carta de bienvenida del hotel a la enfermera vasca.

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