F. J. Cristòfol Redacción | Agencias

Casi 300 personas fueron desalojadas este fin de semana en sendas fiestas celebradas en Málaga y Estepona. Por un lado, un concierto organizado por un bar en una plaza peatonal; por otro, una fiesta privada en un chalé de Estepona. 

El sábado a media tarde agentes de la Policía Local de Málaga desalojan un concierto de flamenco en la calle Corregidor Francisco de Molina, en el distrito de Cruz de Humilladero. En esa zona, en la terraza de una freiduría, se daban cita en torno a ciento cincuenta personas según fuentes policiales.

A la llegada de los agentes, la mayoría de los presentes sí llevaban la mascarilla, pero ocupaban buena parte de la vía pública, más allá de la fachada del local. Los policías locales observaron que en la zona de la terraza había unas treinta mesas ocupando la plaza y tres personas tocando y cantando con guitarra, altavoces y micrófono.

La Policía Local levantó acta por incumplimiento de las medidas de prevención y contención contra la covid por dos faltas leves: el incumplimiento de la distancia de seguridad y la agrupación de más de seis personas en mesas; y una muy grave: la celebración del evento produciendo aglomeraciones que impedían o dificultaban la adopción de medidas sanitarias de prevención.

También, el establecimiento fue denunciado por carecer de declaración responsable y no tener licencia de apertura, además de por la ocupación de vía pública sin autorización, entre otras irregularidades. Además, por el espectáculo extraordinario, se levantó acta por carecer de autorización y la admisión de público en número superior al aforo determinado, adoptándose la medida cautelar de suspender el concierto y desalojar el lugar.

Fiesta en Estepona

Por su parte, la Policía Nacional se encargó de disolver una fiesta en la madrugada del sábado al domingo en un chalé privado en Estepona. Han sido propuestas para sanción 67 personas por incumplimiento de las medidas sanitarias.

En el interior, más de cien personas permanecían reunidas en la casa, por lo que se solicitó colaboración a la Policía Local ante lo multitudinario del evento.

En los accesos al inmueble, la Policía localizó a dos supuestos porteros que realizaban funciones de seguridad y cobraban la entrada a la fiesta, han precisado desde la Comisaría Provincial.

Una vez dentro de la vivienda los agentes constataron como la misma había sido acondicionada como discoteca: bailarinas, DJ, equipos de música, barra con despacho de consumiciones, incluso servicio de limpieza.

Dentro de las instalaciones los asistentes al evento permanecían hacinados, sin guardar distancias de seguridad, no llevaban mascarilla, y alguno de los participantes estaban consumiendo oxido nitroso, más conocido como gas de la risa.

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