"Llevo toda la vida dedicándome a casos de violencia de género, he conocido cientos de ellos, y jamás he visto que el maltratador use a la mascota para hacer daño a la víctima o para extorsionarla. Ni lo he visto ni he sabido de casos en compañeras mías abogadas", afirma una colegiada experta en violencia contra las mujeres.

La ministra de Derechos Sociales Ione Belarra ha anunciado esta semana su pretensión de pedir una modificación del Código Penal para que el maltrato a la mascota sea considerado como agravante en los delitos de violencia contra la mujer. También que, como medida cautelar, en caso de violencia machista se produzca un decomiso preventivo de los animales de compañía.

La medida tiene simpatizantes, como el partido animalista PACMA, pero también detractores. En un sondeo rápido con una docena de abogados especializados en violencia de género, hay unanimidad: los casos de maltrato a la mascota son anecdóticos, "prácticamente inexistentes". Por tanto, consideran que la modificación del Código Penal para recoger este supuesto es "meramente estético y propagandístico". 

Su percepción no coincide con los datos que aportan desde el Ministerio de Igualdad. Según sus estadísticas, el 80% de mujeres maltratadas con animales de compañía dice que su agresor la amenaza con hacer daño a la mascota.

Las abogadas de violencia de género a las que ha consultado EL ESPAÑOL sí que reconocen que se dan situaciones de conflicto con las mascotas en casos de separación, y en ocasiones hay que mediar para que alguna de las dos partes ceda en la custodia.

Precisamente, el pasado mes de abril se aprobó en el Congreso una proposición de Ley a iniciativa del PSOE para modificar el Código Penal y que las mascotas dejen de ser consideradas objetos para pasar a ser considerados jurídicamente "seres sintientes". Esto se traduce en la práctica en que en caso de ruptura, separación o divorcio, puedan ser consideradas iguales a los hijos y realizarse custodias compartidas.

Según el sociólogo Alejandro Navas, la figura de las mascotas es cada vez más importante en las parejas: "En Occidente tenemos el problema notorio y conocido de la caída de la natalidad. Hay mucha gente que necesita compañía y afecto, y tener un perro o un gato que se alegra al verte cuando llegas a casa suple un poco esa carencia. Dan afecto pero muchos menos problemas que un ser humano". 

"La extorsión de los hijos es algo muy frecuente en el caso de los conflictos de pareja, en los divorcios y en la violencia de género. Ahora, como muchas parejas no tienen hijos, sino mascotas, el objeto de la extorsión y la violencia pueden ser ellas", explica Navas. 

Código Penal

Sin embargo, para Agustín Ruiz Robledo, catedrático de Derecho Constitucional, es complicado cambiar el Código Penal en el sentido que propone la ministra de Unidas Podemos. Por lo pronto, dice que es difícil saber dónde quiere llegar el Gobierno con su planteamiento, pues Belarra no especificó qué artículo del Código Penal quiere modificar.

"Si quiere que la agresión a la mascota sea considerada como agravante genérica, no creo que haga falta, ya que el artículo 22.4 del Código Penal ya recoge los diferentes agravantes en cualquier delito o asesinato por los motivos que sean", defiende. 

En cambio, si de lo que se está hablando es de una agravante específica, "¿de qué delito sería?", se pregunta Ruiz Robledo. "Tal y como ha explicado la ministra parece que la agravante sería sobre el delito de maltrato a la mujer. Pero eso no tiene sentido porque existe el delito autónomo de maltrato a los animales. Y si se queda en amenaza, también es un delito autónomo: el delito de amenazas y extorsión", añade.

El plan de Belarra se enmarca en el proyecto VioPet, un programa de acogida para mascotas de mujeres víctimas de violencia de género, que depende de la Dirección General de los Derechos de los Animales. La actuación se va a coordinar con el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, que también es partidaria de la propuesta.

Según el programa VioPet, en el año en que llevan funcionando han sido acogidas 157 mascotas de 300 mujeres víctimas de violencia en casas de acogida y en centros facilitados por el Ministerio de Derechos Sociales. 

Laura Duarte, portavoz del partido animalista PACMA ve con agrado la resolución tomada Belarra: "Desde PACMA denunciamos que este tipo de violencia es un paso previo, un antecedente que ejercen los maltratadores antes de atacar directamente a sus parejas. Todas las medidas que vayan encaminadas a acabar con la violencia contra las mujeres y contra los animales son siempre positivas". 

Desde el ministerio todavía no saben qué salida jurídica se le dará a esta nueva propuesta, y por lo tanto prefieren guardar silencio a hacer declaraciones. Pero los expertos advierten que tiene difícil encaje legal, ya que la agravante de género ya está contemplada en la legislación y ya existe una ley que persigue la violencia contra los animales.  

La modificación que propone Belarra no se sabe cuándo se llevará a cabo, ya que hasta ahora no ha pasado de ser un anuncio. Las modificaciones del Código Penal requieren de una Ley Orgánica y, por tanto, la ratificación de la mayoría absoluta del Congreso: 176 diputados.

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