El PSOE asegura que quiere gobernar en solitario. No es sólo una frase para ganar tiempo, no comprometerse ante la opinión pública y mantener la estrategia de cara a las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, varios ministros del Gobierno de Pedro Sánchez han asegurado a altos directivos de algunas de las empresas más importantes del país que la conformación del nuevo Ejecutivo no supondrá un pronunciado giro a la izquierda, como reclama Unidas Podemos.

Es más: que el PSOE aleje la posibilidad de un pacto con Ciudadanos, que Albert Rivera ha negado taxativamente por su cuenta, no quiere decir en ningún caso que Sánchez se disponga a nombrar ministros de Unidas Podemos y formar así un Ejecutivo de coalición, según fuentes conocedoras de estas conversaciones. 

El Gobierno quiere así salir al paso de la inquietud que ha generado en ambientes empresariales la incertidumbre sobre los pactos poselectorales. El temor más extendido es un Gobierno que ponga en peligro la estabilidad económica en un momento en el que asoman los indicadores de desaceleración, cuando no de estancamiento, en un contexto internacional desalentador.

En ese sentido, un pronunciado incremento del gasto público que ponga en riesgo el control del déficit y los altos niveles de deuda, así como una subida de impuestos o cambios en la legislación laboral alarman a los grandes empresarios. Desde la noche electoral, Pablo Iglesias ha reforzado su llamamiento a una coalición en la que su partido sería el principal garante de que se produzca el giro que no quieren las empresas.

Si con 84 no lo hubo, con 123...

El razonamiento expuesto por el Gobierno es sencillo: si en estos nueve meses, en los que el PSOE disponía de 84 diputados en el Congreso, no ha habido un riesgo para la estabilidad económica, menos aún lo habrá con los 123 logrados este domingo. 

Las fuentes consultadas, conocedoras de conversaciones entre ministros con responsabilidades económicas e importantes empresarios, insisten en que el PSOE ha trasladado un mensaje de tranquilidad que se basa en que Sánchez será quien siga tomando las decisiones sin tener que consensuar en cada momento con Pablo Iglesias los pasos que dé su Ejecutivo.

No incluir a Unidas Podemos en el Gobierno garantiza al 100% que eso sea así, ya que dejaría las manos libres a Sánchez para pactar con Podemos o con Ciudadanos en el Congreso y aplicar la conocida como geometría variable de forma más acorde con sus intereses.

Con Ciudadanos podría aprobar sin necesidad de más pactos algunas medidas que contasen con el respaldo del Ibex. La aritmética parlamentaria y la posición de más fuerza de los socialistas, con casi 40 escaños más, le permite articular diferentes mayorías con mucha más comodidad. 

La CEOE y el Santander

Las grandes empresas tienen cierto temor al escenario poselectoral. Este lunes, la CEOE, la principal patronal de ámbito nacional, abogó por un pacto entre el PSOE y Ciudadanos o, al menos, una abstención de Rivera para facilitar la "estabilidad y la moderación" que necesita el país. Este martes abogó por un Gobierno en solitario del PSOE.

El informe de los analistas del Banco Santander también se inclina sin ambages por resucitar el Pacto del Abrazo que en 2016 rubricaron Sánchez y Rivera. Detalla que la "postura liberal de Ciudadanos" tendría mejor acogida que "el populismo de Unidas Podemos".

El consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, recalcó después que el banco opera en muchos países con Gobiernos de todo tipo y que, en el caso de España, sólo espera que el nuevo Gobierno apueste por un "crecimiento inclusivo" dentro de la "sostenibilidad fiscal". "En Santander no nos posicionamos sobre pactos postelectorales. Colaboramos de forma constructiva con todos los Gobiernos", dijo la entidad en las redes sociales.