Un bombero observa uno de los incendios en Río Negro, Argentina.

Un bombero observa uno de los incendios en Río Negro, Argentina. Marcelo Martínez EFE/Greenpeace

Historias

La Patagonia argentina arde con su peor temporada de incendios en 30 años: ¿qué pasará si Milei mete su motosierra?

Los focos llevan activos desde diciembre, y se han quemado casi 40.000 hectáreas de bosques andinos. 

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El sur de Argentina está en plena temporada de incendios. Tienen frentes activos desde hace más de dos meses en la zona de la Patagonia norte. Hasta ahora han ardido cerca de 40.000 hectáreas en las regiones de El Bolsón y Confluencia. También ha afectado a dos parques nacionales. 

En las últimas semanas, se viene cumpliendo la regla del 33, como la llaman los expertos. Es decir, se están superando los 33 grados de temperatura, los vientos alcanzan más de 33 km/h y la humedad es menor al 33%. La situación es perfecta, por tanto, para que una chispa desate el infierno. 

Todos los indicios apuntan a que los focos en la zona de El Bolsón han sido intencionados. Allí, el Gobierno de Milei acusó, aun sin pruebas, a la organización de Resistencia Ancestral Mapuche, calificada como grupo terrorista, algo que Jose Huala, su líder, ha negado rotundamente. El fuego de Confluencia, sin embargo, se sabe que fue producido por un rayo

A día de hoy, la motosierra de Milei todavía no ha tocado el Sistema Nacional de Manejo de Fuego (SNMF), el organismo encargado de gestionar los recursos dedicados a la gestión de los incendios. Sin embargo, revela Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA), está habiendo una reconfiguración del organigrama gubernamental. 

Lo primero que hizo el presidente al llegar a la Casa Rosada fue eliminar los ministerios que consideraba innecesarios, como el de Medio Ambiente, el de Desarrollo Territorial y Hábitat o el de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esto no quiere decir que los servicios que cumplían se hayan desatendido, advierte Peirano, sino que "las responsabilidades están transferidas, lo que puede traer problemas de organización, pero no de actuación".

Uno de los brigadistas luchando contra las llamas.

Uno de los brigadistas luchando contra las llamas. Reuters

Los fondos del SNMF no vienen de los presupuestos del Estado sino de una asignación específica que aún no se ha tocado. Por ahora, Argentina sigue prorrogando las cuentas de 2023. Pero según la directora de AFoE, ahora que Milei ha controlado esa devaluación del dinero "puede pasar cualquier cosa".

Fuegos multiplicados por 31

Independientemente de las causas de los incendios, Iván Barberá, investigador del CONICET —El CSIC argentino—, explica las consecuencias catastróficas de las llamasAllí, igual que en España, los efectos del calentamiento global también se notan.

Como asegura el científico, las precipitaciones disminuyen y suben las temperaturas. Y las proyecciones climáticas que hacen desde CONICET aseguran que la situación empeorará. 

De acuerdo a sus modelos, "para 2050, se va a duplicar el área quemada y a finales de siglo puede aumentar un factor 31. Es decir, lo que hay ahora multiplicado por 30 veces", calcula el investigador. Eso sí, también relativiza comparándolo con otras áreas de pastizales en la región de Córdoba.

En la zona norte del país el año pasado se quemó el doble, ya que los paisajes son mucho más inflamables, pero a la vez, como los mediterráneos, se recuperan antes. El problema al que apunta Barberá es que la gestión del combustible —broza, árboles caídos, y materia seca— se hace con la filosofía de las coníferas de los Estados Unidos que necesitan esos fuegos periódicos para limpiarse y regenerarse.

Bomberos que intentan apagar el fuego.

Bomberos que intentan apagar el fuego. Reuters

La tipología de estos bosques "son muy poco resilientes a las llamas. Tardan mucho en formarse y recuperarse". Los árboles que se están quemando tardan cientos de años, o incluso miles, en formarse. La Patagonia tiene dos áreas claramente diferenciadas, la oriental y la occidental, la primera es una zona esteparia y la segunda, pegada a los Andes, de un alto valor forestal y paisajístico. 

Sin embargo, Barberá explica que esos bosques con ejemplares de robles, colihues y cedros de hasta 20 metros de altura no vuelven a prosperar del mismo pie, sino que necesitan una nueva semilla germinada. Es decir, esto dificulta la reforestación natural. De hecho, en estas circunstancias es probable que árboles de menor porte sustituyan los imponentes símbolos de la Patagonia salvaje.

Gestión forestal activa

Los incendios descontrolados suponen la aniquilación del entorno. Así como en una gestión forestal planificada, que pone la prevención en el centro, es habitual el uso de pequeños fuegos controlados en épocas húmedas, en un área tan grande como la Patagonia, el asunto se complica. 

Además del valor ecosistémico, la madera tiene un peso económico. Es una materia clave en múltiples sectores, desde mobiliario a la construcción. En 2023, según el Observatorio de Complejidad Económica, Argentina exportó 55 millones de dólares de este material.

Peirano señala que una zona bien protegida tiene pérdidas muy bajas. "En temporada alta se detectan entre 20 y 25 focos al día, para los que se activan los protocolos de detección temprana" y se mandan los recursos disponibles para evitar que se salga de control. 

"Para eso hay que tener cámaras, torres, tecnología y personas que monitoreen la situación constantemente con drones y satélites", indica Peirano. AFoA trabaja con propietarios productores madreros y con los gobiernos locales que son los primeros en responder. También resalta la colaboración con las comunidades locales a la hora de limpiar los lindes, mantener el menor nivel posible de combustible.