Una repartidora de Correos.

Una repartidora de Correos.

Guadalajara

Una repartidora de Correos de Guadalajara: "Llevo más de 20 años y es la primera vez que nos obligan a vender seguros a la gente"

"Solo les importan los paquetes porque dejan más dinero. Si es un envío barato, se queda atrás", lamenta.

Más información: Un trabajador de Correos de Toledo estalla: "Nos obligan a falsear los intentos de entrega porque no hay carteros"

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Correos atraviesa una de sus épocas más complejas. Los recortes de personal y la falta de contratación han provocado un colapso en unidades de reparto de muchas zonas de España, entre ellas Guadalajara o Toledo. En este complicado contexto, la empresa pública española encargada del servicio postal universal ha incorporado una nueva línea comercial que está generando malestar dentro de la plantilla.

Marta, (nombre ficticio para proteger su identidad), una cartera con 20 años de experiencia en la provincia alcarreña cuenta a EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha en que consiste esta nueva medida. "Nos obligan a vender seguros de una conocida empresa a la gente", denuncia.

"Dicen que tenemos que registrar una serie de contrataciones, pero yo no soy comercial, soy cartera. La gente se cabrea y nos dice, como es lógico, no quiero un seguro, quiero mi carta", explica.

Esto se une a una caótica gestión de la mensajería. "Cuando empecé era impensable que una carta se quedara sin repartir. Hoy llevo correspondencia con más de tres meses de retraso", confiesa esta trabajadora.

La falta de contratación es otro de los grandes problemas. Según el sindicato CCOO, la cobertura de personal en Guadalajara no llega ni al 30 por ciento de lo necesario y hay unidades con apenas 13 repartidores cuando lo previsto eran 34.

Falta de personal

Marta lo vive en primera persona. "Antes, si un compañero se ponía malo, te llamaban para cubrir ese día. Ahora te vas de vacaciones y nadie te reemplaza, así que cuando vuelves, el correo está acumulado".

"Yo tengo jornada parcial de seis horas y este verano he tenido que hacer el trabajo de cuatro personas con jornada completa", incide en este sentido.

Los paquetes son la prioridad

Todo ello perjudica al servicio que se ofrece al ciudadano que al final lo paga con los trabajadores. "Nos llaman vagos por la calle, pero la realidad es que no damos abasto", detalla.

Desde el prisma de esta cartera, la prioridad de Correos ha pivotado y la prioridad es la paquetería urgente. "Solo les importan los paquetes porque dejan más dinero. Si es un envío barato, se queda atrás", lamenta.

Pone el ejemplo de las cartas sanitarias para citas médicas, revisiones u operaciones que da un beneficio de 80 céntimos y las compara con la paquetería que suele dejar unos cinco euros. "Así se decide que se reparte antes", alega a lo que añade, "he entregado cartas del hospital con más de tres meses de retraso. Me da vergüenza echarlas al buzón".

Situación de Correos

Para Marta, Correos ha perdido su esencia de servicio público para convertirse en un negocio que tiene abandonado a los trabajadores, a los vecinos y a los pueblos.

"Antes pasábamos por los pueblos pequeños cada día. Los jefes nos dicen hoy no vayas allí, no hay carga de trabajo, pero esas personas tienen derecho a recibir su correo", critica.

Asegura que la plantilla está rota, desmotivada y esta sobrecarga les está generando problemas de salud. "Cada año va peor. Nos sentimos abandonados. Hay más puestos directivos que repartidores", subraya.

Tras 20 años de experiencia transportando correspondencia por hasta siete pueblos de la zona de Guadalajara, Marta tiene claro que "esto no va de sueldos. A mí me gusta mi trabajo, pero lo que me duele es no poder hacerlo bien. Todo es improvisación y presión", concluye.