El Comentario COLABORACIÓN

¿Quiénes son los tontos?

5 julio, 2017 00:00

El fin de semana los medios de comunicación nos anunciaban a los castellanos-manchegos que las empresas que están ultimando la construcción del famoso Hospital Universitario de Toledo, a través de bancos nacionales y extranjeros, habían obtenido un préstamo de más de 250 millones de euros para finalizar las obras. El consejero de Sanidad en cuestión, aprovechaba el tirón para decirnos que ahora había 200 trabajadores en el tajo, pero que a la vuelta del verano habría el triple o cuádruple.

No tuve por menos que decírselo a mi acompañante en la piscina donde me encontraba y preguntarme a la vez, si estos políticos que nos gobiernan -esta vez le ha tocado a los de la región, pero los de la nación, no son distintos-, se creen que somos tontos o estamos en fuera de juego permanentemente. El consejero dijo que no comprende cómo el Gobierno de Cospedal paralizó las obras. Algunos nos preguntamos  que cómo es posible que en los dos años y pico que llevan gobernando los socialistas en la región, las obras continúen estancadas mostrándonos cada vez cifras distintas del número de obreros que están trabajando, pocos por el ruido, se supone, porque hay menos movimiento que en un cementerio.

Cualquier persona que razone, sin ser diplomada o licenciada, sabe que las obras se paralizaron por falta de dinero, por la crisis dichosa. Y ahora, si las empresas inmersas en la construcción quieren finalizar y cobrar, han recurrido a solicitar ese préstamo tan elevado para terminarlo de una vez. Pero ya verán, por lógica, que los plazos para la inauguración que nos dicen no tendrá nada que ver con la realidad. Realmente son demasiado frívolos nuestros responsables políticos, pues nos tratan como si fuéramos tontos, y evidentemente los tontos y bobos no somos nosotros, pues la sociedad es madura y adulta como para que no les tengan que explicar de qué van ciertos temas y problemas.

Más les vale a algunos que vayan pensando qué van a hacer con el Quixote Crea, el Centro del Fuego, Centro de Día de Santa Bárbara, por  citar los más sangrantes y conocidos. Un despilfarro del que -faltaría más- nadie se hace responsable y del que nadie tiene la culpa. Aunque quizá nos la echen a usted o a mí, respetado lector. El cinismo y la estulticia llega a unos grados que parece mentira que hagan declaraciones solemnes con estos temas tan desagradables y caros de resolver.