El Clásico de este domingo fue el de las resurrecciones. Las dos principales fueron las de Vinicius y Mariano, los dos goleadores inesperados del partido que dieron el triunfo al Real Madrid. La grada se encendió con jugadores que no esperaban que fueran protagonistas y Zidane, en su plan de tener a todos enchufados, encontró nuevas razones para seguir aferrado a su idea.

Pero Zidane también resucitó a otro jugador desde el once inicial. El francés puso a Marcelo de inicio cuando todo el mundo esperaba a Ferland Mendy. Ante la estupefacción del mundo del deporte por esta decisión, el brasileño se impuso en su banda a Nélson Semedo y a Frenkie de Jong. El portugués fue un coladero por su banda y el holandés, desubicado, pasó desapercibido en El Clásico.

La actuación del lateral izquierdo, sin ser perfecta, fue completa. Dentro del caos táctico que fue el partido, Marcelo se encontró tan cómodo que tuvo una incidencia positiva. Sumó más que restó a pesar de los riesgos que suele tomar el de Río de Janeiro e impulsó a Vinicius para que por fin tuviera su gran actuación en un partido de altura.

El corte providencial de Marcelo ante Messi EFE

Sumando en ataque

Nadie va a descubrir ahora al jugador brasileño. Pero tampoco se puede negar la confianza a uno de los mejores laterales que ha visto el Madrid, La Liga y el mundo. Es a partir de eso precisamente, la confianza, la que asentó su gran encuentro. Zidane apostó por él a pesar de las críticas y Marcelo respondió con otra gran actuación en un partido tan trascendental por el hecho que el equipo venía en tendencia negativa y por lo que supone un Clásico.

El carioca sumó mucho con el balón y, aunque tuvo un error de peso en el partido en el primer balón que tocó Martin Braithwaite en un Clásico, Zidane se fue contento con su rendimiento. Ante la tímida presión azulgrana, fue un balón de oxígeno cuando Carvajal le encontraba desde la otra banda, Ramos le encontraba en el siguiente escalón de la salida del balón o Kroos se apoyaba en él para seguir madurando la posesión.

Todo el mundo conoce las limitaciones defensivas de este lateral, pero tampoco nadie puede dudar de su aportación ofensiva al equipo. Y en este Clásico, viniendo de dónde venían los de Zidane, era necesaria esa aportación. También se vio beneficiado de no tener un rival que le encarase. El bajo rendimiento de Semedo, el hecho de que Griezmann no cayera a la banda derecha y que Messi se mostró más por dentro que por fuera hicieron que el partido de Marcelo fuera más fácil.

Marcelo disparando a portería REUTERS

Para los partidos grandes

Esta apuesta en El Clásico ha dejado el mensaje en el aire de que el técnico galo cuenta con él para las grandes citas. Marcelo se apunta a la batalla de Manchester donde el equipo buscará la remontada y los cuartos de final de la Champions ante el City. Mendy no ha perdido crédito. No se puede decir que saliera señalado del encuentro del pasado miércoles. Pero Zidane podrá contar con los dos según prefiera una opción más cautelosa o más atrevida.

Su experiencia, sus galones en el vestuario y su juego ofensivo para dominar con el balón son los principales alicientes de Zidane para apostar por Marcelo. El francés sabe que el de Río de Janeiro fue uno de los grandes pilares de los éxitos que ha conseguido en su aún corta carrera como entrenador. Le quiere para el final de temporada y el lateral le ha demostrado que está para las grandes citas.

Al cañón brasileño aún le queda alguna bala que aprovechar esta temporada. Zidane confía en Marcelo y el lateral quiere dar su más que posible último servicio al mejor nivel consiguiendo que su equipo vuelva a reinar en España y Europa

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