El madridismo se divide en las horas previas a la eliminatoria trascendental ante el Manchester City entre el derrotismo, la desconfianza, el desastre, y la confianza plena en lo que diga Zidane. Los primeros suelen aparecer según se acerca la primavera, cuando empiezan a pensar que este año sí, esta vez el francés va a fracasar y se la va a pegar.

Los blancos catastrofistas llegan a este miércoles tras tres decepciones. Es lo que implica la exigencia de este club en la que pasas de la euforia a las malas sensaciones con una eliminación copera, un empate en Liga y una derrota fuera de casa. Por delante afrontan la ida de la eliminatoria de los octavos de final ante uno de los rivales más duros que te podían tocar y el segundo Clásico de la temporada en el que se decidirá gran parte del campeonato nacional.

Pero, entre los que están en el segundo grupo y no se olvidan de lo que se ha conseguido en los últimos años con Zidane a los mandos de la nave, la vuelta de la Champions League supone reencontrarse con las noches mágicas en las que vuelve el Real. Regresa ese aroma único a las calles aledañas al Santiago Bernabéu y, con él, la magia de un técnico que tiene una relación única con esta competición.

Zidane da órdenes a sus jugadores desde la banda REUTERS

Infalible en eliminatorias

El técnico francés solo sabe que ganar eliminatorias de Champions desde el banquillo blanco. Nueve de nueve en choques a 180 minutos en Europa es el balance de un Zidane que infunde respeto en el continente. Es la principal razón para aferrarse a todas las opciones que pueda tener el Real Madrid en la eliminatoria ante el City. Llega la parte trascendental de la temporada y los merengues tienen al entrenador galo de su parte.

Por el camino se han quedado Manchester City, Wolfsburgo, Roma, Bayern, en dos ocasiones, Nápoles, Atlético de Madrid, Juventus y PSG. Todos los rivales que ha ido eliminando son de una entidad notable. Y antes de todas estas eliminatorias se vieron a los mismos catastrofistas esperando que Zidane fallara y el Real Madrid cayera antes de tiempo.

Con ese precedente, ante el equipo inglés, sumado a todos los citados, es para que Pep Guardiola muestre respeto ante esta gran cita a doble partido. Seguramente llegará el día en el que la racha se rompa. El mismo técnico catalán vio como cuando cambió Barcelona por Múnich desapareció de las finales de la Champions. Pero, hasta que llegue ese momento, la confianza de la afición blanca no debería de verse afectada.

Zidane siguiendo desde el banquillo el Osasuna - Real Madrid REUTERS

Duelo inédito

Será la primera vez que estos dos entrenadores se enfrenten en partido oficial. Lo hicieron en la International Champions Cup en 2017 con triunfo de los de Guardiola. Un partido de pretemporada no se puede coger como ejemplo de nada. Ya lo vimos esta temporada con el 7-3, que luego llegó la Supercopa de España y el trofeo cayó del lado madridista.

Esta eliminatoria también será una batalla para ver si Zidane sigue engrosando su lista de triunfos frente a los principales técnicos del mundo. Tiene un récord positivo ante Simeone, Valverde, Emery, Allegri, Lopetegui, Ancelotti, Klopp y Mourinho. Solo se le resisten Tuchel y Pochettino.

El mismo Zidane admite que Guardiola es el mejor entrenador del mundo. Pero sabe que ganar esta guerra al de Santpedor es dar un golpe sobre la mesa en la batalla de ser el mejor entrenador del mundo. Una eliminatoria para callar una primavera más a los derrotistas. Un doble partido para recuperar la confianza en una plantilla que sigue aspirando al doblete.

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