Reinier Jesus es la última pieza que se suma a la cadena de fichajes de futuro que viene realizando el Real Madrid durante los últimos años. Una veda que sea abrió con el aterrizaje de un jovencísimo Martin Odegaard desde Noruega y que con el brasileño del Flamengo ha tenido su último capítulo. Entre ambos, un sinfín de nombres que han vestido la camiseta blanca y tienen algo en común, haber estado con Zinedine Zidane.

La apuesta del Madrid por fichar promesas no habría sido posible de no ser por la figura del técnico francés. Él recomendó a Raphael Varane cuando solo era un adolescente y presionó para dar continuidad a Jesé Rodríguez antes de la lesión que frenó su progresión. Siempre ha estado muy cerca de este tipo de jugadores y lo ha seguido estando ya como entrenador.

El mejor ejemplo es el de Marco Asensio. Llegó desde el Espanyol en verano de 2016. Era la primera temporada completa de Zidane en el banquillo blanco y desde la pretemporada, con su golazo en la Supercopa de Europa, fue la sensación. Pero Zidane no se dejó llevar y dosificó sus apariciones para que los focos mediáticos no acabaran quemando a la gran promesa del fútbol español. Asensio fue creciendo progresivamente con Zidane y su bache más importante se produjo con la salida de este. Con 24 años recién cumplidos, el balear sabe que tendrá otra oportunidad cuando vuelva de su lesión.

Zinedine Zidane y Marco Asensio, durante un partido del Real Madrid Reuters

De Asensio a los brasileños

Esta temporada Zidane está repitiendo el mismo proceso con Vinicius y Rodrygo. Uno del 2000 y el otro del 2001, la temporada de ambos está teniendo los altibajos que se esperan en jugadores de su edad, pero siempre han contado con la confianza de su entrenador. El mejor ejemplo es Vinicius, que pasó incluso varios partidos fuera de las convocatorias, pero nunca bajó la cabeza convencido de que su oportunidad llegaría. Y llego.

Con los brasileños, Zidane está siguiendo el 'método Asensio', mimándoles y protegiéndoles de los focos. Un caso distinto es el de Fede Valverde, que derribó la puerta por méritos propios y al que Zidane no ha puesto freno. Un futbolista muy maduro para su edad y acostumbrado de sobra al fútbol europeo y la presión que conlleva vestir la camiseta del Madrid. Encandiló a su entrenador y este le ha dado un sitio en su once pese a tener solo 21 años. La juventud nunca es un problema para Zidane.

Zidane y Vinicius en un partido del Real Madrid. REUTERS

Los cedidos que volverán

Muchos otros han pasado por sus manos, como Achraf, Odegaard y Kubo. Los tres cedidos y los tres saben que Zidane no se ha olvidado de ellos. Al primero le dio ya la oportunidad en el primer equipo y le espera de vuelta la próxima de temporada. Igual con Odegaard, a quien conoce incluso de su paso por el Castilla. Kubo, a priori, deberá esperar un poco más para regresar, aunque Zidane ya insistió el verano pasado en que se quedara en el Madrid intercalando el primer equipo con el filial.

Por supuesto, no todos han sido éxitos. Y es que por ejemplo Marcos Llorente y Dani Ceballos nunca llegaron a tener demasiada continuidad, lo mismo que le está pasando a Álvaro Odriozola esta temporada. Con ellos siempre se mostró claro y directo. Diferente es lo de Brahim Díaz, de quien quedó prendado Zidane en la recta final del curso pasado, pero al que todavía le falta tiempo de cocción para tener un hueco fijo en el primer equipo.

Ahora le llega el turno a Reinier. Ya sabe que se encontrará con un entrenador afín con los jóvenes talentos como él. Lo sabe de buena mano por sus compatriotas Vinicius y Rodrygo. Empezará jugando en el Castilla de Raúl, pero entrenará con Zidane y el primer equipo a diario. Su progreso en el filial marcará los tiempos para su salto con los 'mayores'. Zidane le esperará con los brazos abiertos.

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