Isco atraviesa, nuevamente, uno de los momentos más dulces de su carrera. Contra todo pronóstico, el malagueño ha conseguido revertir su situación y salir del ostracismo deportivo. Paso a paso ha convencido a Zidane, erigiéndose como uno de los líderes silenciosos de la positiva dinámica que lleva el conjunto blanco desde que sufriera su última derrota en octubre ante el Mallorca.

El centrocampista ha pasado de una temporada aciaga, casi apartado del equipo con Santiago Solari en el banquillo, a ser un jugador importante con Zidane. En los últimos años había vivido etapas de mucha inestabilidad, pasando de hombre clave con Lopetegui a suplente. Su regularidad brillaba por su ausencia y terminó la 2018/2019 desconectado, fuera de forma y sin aportar nada al conjunto blanco. 

Cuando Zidane llegó al equipo en marzo del año pasado quiso seguir contando con el malagueño para su nuevo proyecto en el Real Madrid. Se trata de un jugador muy del gusto del técnico francés, ya que incluso se asemeja al que fuera uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol mundial. 

Modric e Isco celebran uno de los goles ante el Granada en el primer partido de La Liga de 2017 EFE

Isco, que parecía abocado a una salida de Concha Espina el pasado verano ante la falta de minutos que sufría, cambió su mentalidad con la vuelta de Zidane al Madrid. El malagueño sacó fuerzas de flaqueza, se motivo y fijo su punto de mira en un objetivo: conquistar al galo como ya había hecho en 2017.

Zidane le ha recuperado

Dicho y hecho. Isco ha sabido aprovechar las bajas por lesión de sus compañeros para hacerse un hueco en el Real Madrid. Aunque empezó la temporada como suplente, con un James Rodríguez estelar en las primeras jornadas de Liga, el centrocampista esperó su momento para ganarse el beneplácito de Zidane.

En noviembre, ante el PSG, firmó su primer gran actuación de los últimos meses. Brilló y convenció. Zidane quedó prendado de su momento de forma y comenzó a darle más oportunidades. La baja de Hazard allanó el camino para que tuviera minutos y poco a poco se ha ido afianzado en la titularidad.

El malagueño es la estrella del 4-4-2 en rombo de Zidane. Un sistema en el que puede jugar en la mediapunta, su posición ideal en la que siempre ha brillado como futbolista. De hecho, vive un momento de forma óptimo que le permite ser ágil física y mentalmente para imprimir velocidad en el equipo. 

Isco celebra el gol

Ahora mismo es titular indiscutible. Contra el Valencia firmó su primer gol de la temporada, igualando los 49 tantos que Zidane consiguió durante su etapa como jugador del Real Madrid. 

Con él en el campo el conjunto blanco tiene mayor posesión de balón y dominio del pase, pudiendo contemporizar mejor los partidos y generar más ocasiones en ataque. En el nuevo Madrid de los cinco centrocampistas él tiene mucho que decir. 

Reedita su plan de 2017

Aunque pueda parecer insólita esta situación, no lo es. En la temporada 2016/2017 ya ocurrió algo parecido. Isco empezó la temporada como suplente y la terminó siendo titular en la final de la Champions de Cardiff

Isco frente a la Juventus en la final de la Champions de Cardiff 2017 REUTERS

El malagueño supo aprovechar, a mitad de curso, la ausencia de Gareth Bale por lesión en muchos partidos para imponerse como titular. Poco a poco fue ganando presencia con Zidane y terminó siendo, junto a Cristiano Ronaldo, la estrella del equipo que elevó su segunda Champions consecutiva de su historia. 

De Isco dependerá seguir contando con el estatus de titular que ahora ostenta. De mantenerse en forma, es una pieza clave del 4-4-2 y del mejor momento de juego que ha vivido el Real Madrid desde hace más de un año. 

[Más información: El último truco de Zidane: el Real Madrid de los cinco centrocampistas]

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