Vinicius Junior era un joven brasileño que quemaba etapas en el Mengao con la misma velocidad que se fuma un cigarrillo. El atractivo de este delantero congregó a muchos clubes de todo el mundo para hacerse con una joya con todo un futuro para brillar. Y mientras quemaba esas etapas, apareció el Real Madrid en su carrera para encauzarle.

45 millones mediante, el equipo blanco se hacía con una de las grandes promesas del fútbol mundial adelantándose al resto. Con 17 años, esa cantidad parece astronómica. Pero el fútbol del siglo XXI se aventura a que si quieres fichar a una gran estrella, o lo haces cuando acaba contrato, o lo haces de joven, o no lo haces nunca.

Vinicius felicita a Rodrygo por su gol al Brujas REUTERS

Con esa aspiración, la de tener a las grande promesas del fútbol mundial, además de seguir produciéndolas al mundo, el Madrid se llevaba a Vinicius de Río de Janeiro a la capital de España. La intención en un principio era que también quemase etapas en las categorías inferiores. 

Pero impuso el mismo ritmo que en Brasil. Del juvenil pasó rápido al Castilla, donde no duró más que la primera vuelta de La Liga. Empezó 2019 a un ritmo endiablado con la confianza de Santiago Solari y se convirtió en la gran esperanza blanca durante un año muy difícil. Ahora, acaba este año inolvidable en el Santiago Bernabéu, el estadio donde se ha convertido un ídolo y donde quiere cerrar una etapa de la mejor forma posible.

La gran ilusión

El Real Madrid encomendó durante el 2019 gran parte de su ilusión en Vinicius. El joven extremo se convirtió en el jugador más diferencial, en el que tenía la confianza del público, el que mantenía las ganas en la grada por ver al equipo cada fin de semana. Estaba en el centro del foco y el brasileño disfrutaba con ello.

Vinicius Junior, durante el partido frente al Espanyol REUTERS

Aprovechó la Copa del Rey para ir cogiendo galones durante la primera parte de la temporada. Cinco asistencias y dos goles durante el 2018 le dieron la confianza que necesitaba para salirse a partir de enero de 2019.

Una gran eliminatoria frente al Leganés y otra ante el Girona marcarían lo que sería el resto del año para el brasileño. Se echó el equipo a la espaldas y llegó a febrero en la mejor de las formas para salirse ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. Ahí llegaba la maldita eliminatoria de Champions League frente al Ajax.

Después de un gran partido de ida en el que dio la asistencia para abrir el marcador, se lesionó durante la poco dichosa primera parte en la vuelta en el Santiago Bernabéu. Todo lo que sucedió después ya es historia.

Antes, vivió su gran noche de gloria en el Camp Nou en la semifinal de la Copa del Rey. Injustamente los blancos empataron a uno, pero Vinicius se salió. Más de lo mismo fue el partido de vuelta, con un resultado aún más cruel en el Santiago Bernabéu con el 0-3 final.

Celebración de Vinicius Júnior Reuters

Su final de 2019

Después de quitarse la presión en esa primera temporada, llegaba la 2019/2020 con Zinedine Zidane en el banquillo. El de São Gonçalo tendría que asumir la llegada de Eden Hazard, un jugador de una calidad mundial que jugaba en su misma posición. Y el inicio no fue sencillo.

La lesión del belga justo antes de empezar la temporada supuso una oportunidad para demostrar que su presencia en el equipo no le iba a afectar. Pero la 'pelotita' no entraba... y tardó más de un mes en entrar.

La imagen de Vinicius tendido sobre el césped del Santiago Bernabéu por su gol ante Osasuna es una de las más especiales de la temporada. El brasileño se desquitaba por fin de esa presión que le agobiaba. Tras eso, ha ido alternando varias no convocatorias con minuto sueltos. Sobre todo después de la fatídica derrota en Mallorca.

Volvió a ver puerta frente al Brujas la semana pasada y encadena cuatro convocatorias consecutivas con dos titularidades incluidas. Su presencia de inicio en el Santiago Bernabéu ante el Athletic es más que una posibilidad.

El brasileño quiere cerrar el año que le consagró en el fútbol mundial en el estadio con el que ha entablado una sintonía especial. Vinicius Junior quiere guardar en este partido la promesa de que 2020 augurará más éxitos a través de sus botas. Y qué mejor que volviendo a ver puerta por segunda semana seguida.

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