La temporada 2018/2019 ha sido de las más inestables en el ámbito deportivo para Real Madrid y Barcelona. Los blancos han estado inmersos en una confusa temporada de transición tras la salida de Cristiano Ronaldo y Zidane el pasado año, mientras que los azulgranas han terminado la temporada viviendo una dura realidad con derrotas muy dolorosas. 

Tras el pitido final de Undiano Mallenco, durante su partido de despedida del arbitraje en la Copa del Rey, otro maremoto transoceánico se desataba en la Ciudad Condal. El Barça hincaba rodilla ante el Valencia (1-2) y se volvía a repetir una noche trágica en el seno del conjunto azulgrana. 

La debacle vivida en Liverpool no daba tregua a los azulgranas con un traspíes en la Copa del Rey. Algo que hizo que las reacciones corrieran como la pólvora tras el final del partido. Desde diferentes esferas mediáticas el club recibía con crudeza un duro baño de realidad. La 'noche de los cuchillos largos' sobrevolaba Barcelona y la situación exigía cambios en el club.

Dani Parejo levanta el trofeo de la Copa del Rey REUTERS

El Madrid se ha renovado

Mientras el Real Madrid ha superado momentos muy complicados, con la semana trágica de Solari y la eliminación en Champions y Copa del Rey, y la derrota en el segundo Clásico, el Barça se encuentra inmerso en su mes de oscuridad y confusión. 

Los blancos han ido intentando renovar su proyecto deportivo con jóvenes con gran proyección de futuro, intentando reciclar el equipo ganador que arrasó Europa de 2014 a 2018 y superando la salida de Cristiano Ronaldo el pasado verano. Con la vuelta de Zidane y la idea de revolución del próximo mercado, el aire fresco ha ido colándose en los recovecos del Santiago Bernabéu

El Barça continúa dependiendo de Messi 

Mientras tanto, la situación en Barcelona es distinta. El club azulgrana tiene por delante un camino farragoso para comenzar a ver la luz en su proyecto. En los últimos años los catalanes han intentado renovar su plantilla y crear un equipo competitivo de gran calidad, aunque es algo que se ha reflejado en éxitos deportivos. 

El equipo de Valverde ha ido cediendo terreno con el paso de los meses y, a pesar de tener una plantilla mucho más profunda que años anteriores, continúa dependiendo de Leo Messi. El astro argentino no acaba de aparecer en los momentos claves y su equipo no le realiza coberturas cuando tiene una noche menos inspirada. 

Igual que el Real Madrid tuvo que hacer con la salida de su gran estrella, el Barça tiene dos tareas por delante: la renovación de su proyecto con vistas a la plantilla y la innegable certeza de que Messi, igual que Cristiano, no es infinito (cumple 32 años en junio) y deben existir más variables y recursos más allá del genio argentino. 

Exigencias en ambos clubes 

La cúpula del Real Madrid ha sabido maniobrar, o al menos intentarlo, contra la inestable situación del equipo. Cambios en el banquillo y en la plantilla, desde Lopetegui a Zidane, pasando por Solari. Y en el equipo se espera el fichaje de Hazard, mientras se sigue de cerca a Mendy, Pogba, Van de Beek, Eriksen y Jovic; sin olvidar a Mbappé y Neymar como guindas definitivas. 

La gran duda que llega ahora al Camp Nou es si la directiva del club sabrá reconducir la situación del equipo. En las últimas semanas se ha especulado con la continuidad de Ernesto Valverde; la salida de futbolistas como Rakitic, Coutinho, Busquets o Boateng; y la incorporación de estrellas como De Ligt, Jovic. Cuestiones que Bartomeu y su círculo deberán resolver a partir de los próximos meses. 

Jovic celebra un gol en el Chelsea - Eintracht Frankfurt Reuters

Al igual que el Real Madrid lleva meses trabajando para reforzar su plantilla con fichajes de renombre, en el Barça se plantean dudas en torno a un centro del campo y una delantera entrada en años. Y es que Busquets (30), Rakitic (31) o Suárez (32) han comenzado a exigir una mínima idea de cambio generacional de cara al presente y al futuro. 

[Más información: Centenariazo del Valencia para acabar con la hegemonía del Barcelona en la Copa del Rey]

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