Brahim volvió a ser la nota positiva del Real Madrid en la derrota en Anoeta. Los de Zidane alargaron su agonía en este final de temporada con un nuevo pinchazo, pero él volvió a brillar. El partido fue lo que fue. El equipo aguantó sostenido por Brahim hasta que la expulsión de Vallejo acabó desbordando al resto de jugadores que se dejaron llevar, pudiendo haber encajado una dolorosa goleada de no ser por Courtois, que paró un penalti, y la fortuna.

La tónica es la misma que se lleva viendo a lo largo de toda la temporada. El Madrid no brilla y sí lo hacen los más jóvenes. Brahim ha sido el último en destacar, la mejor noticia del final de temporada del club blanco con Zidane a los mandos. Ahora lo es Brahim, pero antes lo fueron Reguilón, Valverde, Marcos Llorente y, sobre todo, Vinicius. El efecto que el brasileño tuvo en la afición lo está repitiendo en cierta medida Brahim, quien apenas contó para Solari desde su llegada.

Los jóvenes dan lo que pide Zidane y lo que lleva pidiendo la afición todo el curso: ambición. Brahim y Vinicius van sobrado de ello y se pudo ver en ambos contra la Real Sociedad. Brahim desde el inicio siendo el autor de un golazo maradoniano -el primero suyo con la camiseta del Madrid- y Vinicius saliendo en la segunda mitad para aportar el único resquicio de atrevimiento en el equipo en los últimos 20 minutos.

Brahim celebra con Benzema su primer gol con el Real Madrid EFE

Zidane busca ambición para su Madrid

Zidane trata de trasladar ese descaro y alegría que muestran los chicos a la estrellas con las que conquistó Europa y el mundo por tres temporadas consecutivas. Zidane confía en muchos de la vieja guardia para su próximo proyecto y los cuales ha intentado recuperar por activa y por pasiva desde que se sentó en el banquillo del Madrid contra el Celta, hace ya más de dos meses. Lo ha intentado con Marcelo, Isco o Asensio. Eran los que exportaban esa alegría en el juego del Madrid y que está temporada se ha desvanecido.

Vinicius se ha convertido en una pieza esencial para el Madrid que viene. Sin haberle visto jugar en primera persona, Zidane tenía claro que el brasileño debía de estar en su equipo. Con Brahim su destino parecía bien distinto. Las faltas de oportunidades le empujaban fuera del Madrid este próximo verano. Una cesión parecía la vía más factible para que siguiera sumando minutos y no frenará su progresión, pero entonces llegó su primera explosión de blanco.

La idea seguiría siendo la misma. Brahim necesita los minutos que no tendrá en el Madrid, pero al menos ha conseguido que algunos ya vean posible su continuidad. Él se quiere quedar, lo ha dicho a los cuatro vientos y lo volvió a hacer tras el partido de Anoeta. Zidane le ha dado muchos minutos en esta especie de sprint final, siendo titular Brahim en tres de los últimos cuatro partidos. Brahim sueña con seguir el próximo año y ser como Vinicius. El efecto generado va siendo el mismo y la fórmula de la ilusión blanca este año ha pasado por la suma de ambos.

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