La mañana del miércoles 13 de marzo escenificó la vuelta al trabajo de Zinedine Zidane en el Real Madrid. Los acontecimientos se han ido sucediendo a un ritmo vertiginoso desde que los blancos cayesen en el Santiago Bernabéu ante el Ajax de Ámsterdam, quedándose así eliminados de la Champions League después de ganar tres ediciones de forma consecutiva.

La maquinaria merengue comenzó a funcionar. Solari tenía las horas contadas, aunque se sentó en el banquillo de Zorrilla para dirigir el que sabía que era su último partido como entrenador del Real Madrid. El técnico argentino pudo despedirse con el dulce sabor de la victoria frente al Valladolid, pero su destino ya estaba sellado. En la tarde del lunes 11, la Junta Directiva reveló lo que era un secreto a voces: el rosarino era destituido.

Al mismo tiempo, el club blanco confirmó a su sucesor: Zidane. Los acontecimientos desde entonces se han venido sucediendo a un ritmo vertiginoso. Menos de horas después del anuncio, el entrenador francés era presentado de la mano de Florentino Pérez, quien no dudó en descolgar el teléfono para confiar el nuevo proyecto al mejor técnico del mundo -como así le definió-.

El look de Zidane en rueda de prensa REUTERS

Después de esa protocolaria presentación y la posterior comparecencia ante los medios de comunicación, daba inicio la segunda era Zidane. El martes la plantilla tenía día de descanso, aunque algunos como los lesionados o también Marcelo e Isco -relegados a un segundo plano con Santiago Solari por su bajo rendimiento- se entrenaron por la mañana. Ya por la tarde, fue el propio técnico galo quien llegó a Valdebebas acompañado de Bettoni y de Hamidou Msaidie.

El reencuentro

Ya el miércoles, los futbolistas blancos estaban citados a las 10 de la mañana para comenzar la sesión de entrenamiento a las 11. Antes de comenzar el trabajo, Zinedine Zidane reunió a todos sus jugadores para dar su primera charla. Esta se ha caracterizado por ser corta, pero también por el contundente mensaje que el galo quiere que cale hondo.

El entrenador blanco ha pedido a sus pupilos que borren el pasado y tengan la mente puesta tan solo en el futuro. Por ello, les ha dicho que no va a tener en cuenta la situación que ha tenido cada uno de ellos con Julen Lopetegui o con Solari. Que borren cualquier tipo de piques y rencillas. Todos ellos comienzan de cero y ha que ganar los once partidos que quedan hasta el final del curso.

"Hay que ir a ganar los once partidos", se ha ido al galo en la Ciudad Real Madrid, quien, además, también ha destacado que "no hay pasado, solo futuro. Para todos, incluido yo". Con este firme y breve discurso, Zizou ha intentado, desde el pistoletazo de salida de la nueva etapa, recuperar la sonrisa de todos y cada uno de los jugadores que forman su actual plantel.

Así fue el primer entrenamiento del Real Madrid tras el regreso de Zidane

La temporada ha sido complicada, esto es algo que sabe a la perfección el propio Zizou, quien dijo en rueda de prensa que había seguido cada uno de los partidos del Real Madrid durante este tiempo. Ahora toca coger fuerzas. El vestuario siempre ha estado al lado de Zinedine Zidane, le admiran y le respetan.

El técnico sabe lo que es estar dentro de un vestuario con tantos egos, él mismo formó parte del Madrid de 'Los Galácticos'. Por todo esto sabe cómo hablar a sus jugadores para motivarles. Para que estén enchufados y dejen atrás la gris campaña que ellos mismos han firmado. Una nueva era comienza. Once partidos para recuperar la alegría. Para recuperar el fútbol y también para no decepcionar a un Zidane que debe elegir quién no continuará a partir de verano.

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