El Inter de Milán ha anunciado a través de sus redes sociales que Mauro Icardi no continuará siendo el capitán de la escuadra neroazzurra, ahora el portador del brazalete pasará a ser Handanovic. Una decisión que llega en un momento complicado entre club y futbolista, después de los rumores de salida y de no haberse firmado todavía el nuevo contrato del jugador con la entidad italiana.

Tanto los representantes del conjunto milanés, como la mujer del ariete, Wanda Nara, llevan bastante tiempo tensando la cuerda. Desde el pasado invierno, en el que ya se rumoreaba con la posibilidad de que recayera en el Real Madrid, la relación entre el argentino, su club y la afición ha sufrido altibajos.

Con el paso de los meses, el incendio que comenzó en aquellos momentos se ha avivado con publicaciones por parte del internacional y por las palabras de los enviados y dirigentes de otros equipos como la Juventus.

Pero, además de quitarle la capitanía del equipo, el Inter ha ido un paso mas allá. El conjunto neroazzurro ha decidido no convocarle para el próximo partidos. Los de Spalletti se miden al Rapid de Viena este jueves, y el ariete no está entre los convocados por su entrenador.

El director deportivo de La Vecchia Signora, Fabio Paratici, reconoció que llegaron a tener interés por el jugador, pero en el caso de haber completado la operación, el revuelo en Italia hubiera sido importante: "Eso era desencadenar un lío increíble. Pero, como es obvio, no era nuestro primer objetivo real".

Esta decisión también llega después de unas palabras de la agente de Icardi en la que reclamaba más protección para su cliente y marido: "Salen tantas tonterías alrededor de Mauro, por ejemplo una multa inexistente. Me gustaría que Mauro estuviese más protegido por el equipo. No se entiende si estas cosas malas vienen de dentro o de fuera".

Desde hace más de un año, el argentino es visto como un posible objetivo del Real Madrid para reforzar su delantera. Pese a que Nara ha hecho publico que no la han llamado "por la renovación", la realidad es que este movimiento puede ser parte de una estrategia para amedrentar al futbolista y su entorno. Incluso, podría caber la posibilidad que en la dirección del Inter se hayan cansado y decidido venderle al final de la presente campaña.

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