El once de Solari para El Clásico generó muchas expectativas en los días previos al partido. El técnico blanco se dirimía entre varias opciones para su delantera, pero ya el martes se daba por hecho que Lucas Vázquez partiría de titular en el Camp Nou. La última prueba de que para él el gallego es un fijo en su equipo.

Y así fue. Lucas salió de inicio contra el Barcelona y Solari sentó a Gareth Bale para que Vinicius ocupara el extremo izquierdo. La razón era que quería dar más equilibrio al equipo en la transición ataque-defensa y, sobre todo, apoyar a Carvajal en su trabajo de frenar a Jordi Alba.

Lucas, generoso y goleador

Lucas Vázquez cumplió y no solo eso, sino que fue de los mejores. Estuvo generoso y, además, fue el goleador del equipo. Supo leer perfectamente una jugada que nació desde la izquierda por un centro de Vinicius que recibió Benzema en el palo largo y que remató él a gol por el centro. Lucas se entiende muy bien con Vinicius y Benzema tras ser el último mes los titulares y se vio en la conexión del gol.

Sergio Ramos y Lucas Vázquez celebran el gol del Real Madrid REUTERS

Pero hay que destacar enormemente el sacrificio que tuvo durante todo el partido. Fue más un centrocampista que un extremo, aunque se atrevió en más de un momento a encarar a sus rivales. Se le veía inspirado y en la dinámica de sus últimos partidos en los que está yendo a más. Del Camp Nou se pudo ir satisfecho, ya que cumplió con creces.

Mucho se ha criticado la 'fijación' de Solari en confiar en Lucas Vázquez. Siempre ha sido un jugador dedicado más a un rol secundario, viviendo sus mejores días con Zidane, pero al fin y al cabo suplente. Sin embargo, al argentino le ha encalidado su entrega en un equipo en los encargados de echar al resto hacia delante son Benzema y, sobre todo, Vinicius. Metió en el Camp Nou, metió contra el Girona y también ante el Leganés. Tres goles en Copa que acercan al Madrid a la final.

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