El Real Madrid en la Champions es otro, se transforma en un ser invencible como ya pasara el pasado año. Nada tiene que ver la irregularidad en Liga con la superioridad mostrada en Europa. Solo el accidente de Moscú, donde no mereció perder y se chocó contra los palos, ha impedido una fase de grupos perfecta. 

El triunfo contra la Roma demuestra que los merengues cambian por completo cuando suena el himno de la Champions. Hace menos de 80 horas, el Madrid sufría una dolorosa derrota contra el Eibar. El equipo armero logró la victoria más prestigiosa de su historia al golear en Ipurua al actual campeón continental por 3-0.

Ocho de los once futbolistas que cayeron con estrépito en tierras vascas han estado de inicio en el Olímpico de Roma donde el Madrid ha conseguido un importante triunfo ante uno de los semifinalistas de la pasada Champions. El equipo blanco ha ganado con mucha superioridad al conjunto que eliminó al Barcelona. Es decir, al que humilló a los de Messi y compañía en el mismo escenario donde los de Solari han sellado su pase a octavos de final como primeros de grupo

Gareth Bale celebra con su compañeros el primer gol del partido EFE

El Madrid estará en el bombo de las eliminatorias y, además, lo hará en el bueno. Disfrutará de la ventaja de disputar la vuelta en el Santiago Bernabéu. Cuando lo haga, ya habrá sobrepasado los 1.000 días como campeón de Europa. Un reinado que en el club merengue están convencidos de que se puede alargar un año más. Hay confianza en la plantilla y después de la derrota en Ipurua ya se apuntaba en esa dirección: "Este año se volverá a ganar la Champions". 

Además, esta campaña la final se disputará en el Wanda Metropolitano. Poder levantar una nueva 'Orejona' en el campo del vecino y eterno rival no es más que otro motivo más para enchufarse en la máxima competición continental. No se sabe por qué, pero los jugadores no salen igual a Ipurua que al Olímpico. Los rivales, los extraños horarios y los escenarios nada tienen que ver con los de la Champions. Y eso parece ser una losa en el aspecto mental de un equipo que ha ganado las tres últimas ediciones de la máxima competición continental. 

En Europa, Real

La fase de grupos del Real Madrid ha sido sobresaliente y solo ha tenido un lunar. Ese nivel, salvo el día del CSKA, también se tuvo con Lopetegui en el banquillo. Y es que en Europa el campeón ejerce de ello. La corona no pesa a un club que vive un especial idilio con esta competición. Lógicamente si hay plantilla para pasar por encima de un semifinalista de Champions, la hay para ganar en el campo del Alavés o del Eibar. Sin embargo, el prestigio se consigue en escenarios como el Olímpico de Roma.

Aún falta un partido, ya intrascendente, de la fase de grupos, pero el Real Madrid dice adiós a la Champions en 2018 de la mejor forma posible. El próximo 21 de febrero cumplirá los 1.000 días como rey supremo de Europa y bajo esa condición disputará los octavos de final. La Decimocuarta no es un sueño ni una utopía. Es un objetivo.  

[Más información: El Real Madrid, billete para octavos y primeros de grupo]

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