En la temporada 2003/2004, el Real Madrid decidía poner su banquillo en manos de Carlos Queiroz. Aquella temporada no fue especialmente exitosa, ya que el conjunto blanco acabó sin conseguir títulos. Ahora, el portugués ha dado su versión sobre lo que ocurrió en una entrevista al diario Tribuna Expresso.

"Cuando me ofrecen el proyecto no fui engañado por nadie. Sabía lo que había desde que Valdano me lo ofreció. 'Necesitamos un entrenador para este proyecto y eres tú'. Cuando tienes una oferta del Real Madrid primero aceptas y piensas después", comenzaba explicando Queiroz. Sin embargo, justo después explicaba, con una absurda excusa, por qué no consiguió los objetivos: "En el año en el que estuve en el Madrid fue un club vendedor y no comprador para cumplir la meta de cero déficit que el presidente había prometido a los socios. La política se basaba en esto: seis galácticos, todos del medio campo en adelante y 'Pavones' atrás. Solo que en esa plantilla también estaban Makélélé y Morientes y ambos se fueron".

Concretamente, Queiroz asegura que no se enteró de la salida del delantero. "Con Morientes, después de la Supercopa, hablé con él y le dije: 'Hasta el martes' y me contestó '¿Martes? ¿No sabes que me han cedido al Mónaco?'. No sabía nada pero, bueno, todavía tenía a Makélélé" A partir de ese momento tomó la decisión de "poner a Helguera de central y hasta fue bien...", pero luego llegó el adiós del Makélélé: "Se va al Chelsea porque no vendía camisetas y para que Beckham pudiese jugar en el medio. Beckham jugaba en la banda y cuando llegó al Real Madrid ahí ya tenía a Figo".

Carlos Queiroz Reuters

El fallido fichaje de Milito

Queiroz vuelve a excusarse con los problemas en la defensa. "Además, había perdido a Hierro. Necesitaba un central y contraté a Milito", asegura. Pero todo se fue al traste. "Firmó tras pasar los exámenes médicos y por la tarde ya no estaba apto...", afirma. "También propuse a Luisao, del Benfica y a Pepe, que estaba en el Marítimo. Ese año habría costado un millón y medio de euros y, años más tarde, le compraron por 30."

"Hubo tres pecados mortales cuando estuve en el Madrid. Los de las tres M: Milito, Makelele y Morientes", continúa con su discurso. "Esos tres pecados mortales costaron tres o cuatro entrenadores después de mi etapa y muchos millones de euros para reconstruir el Madrid. Estos tres pecados marcaron la historia. Una historia que fue mal", destaca.

Volvería al Madrid

Sin embargo, a pesar de todos estos lloros, afirma que "no estoy arrepentido. Diría que sí otra vez". Reconoce que "la idea no estaba mal: mezclar cracks con chicos en formación". Pero ha tras esto decidió darle un palo a los canteranos: "Ahora, los jóvenes tienen que ser buenos y no de los que los clubes españoles no querían ni cedidos."

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