El encuentro entre el Alavés y el Real Madrid se fue al descanso sin que el marcador se moviese. Así, en Mendizorroza el equipo blanco ha superado las seis horas sin perforar la malla rival. Una marca negativa de los de Julen Lopetegui que preocupa bastante a afición y club, aunque hay motivos para confiar en que la dinámica cambie.

El inicio de esta mala racha tuvo lugar en la visita del conjunto merengue al Sánchez Pizjuán. El equipo blanco llegaba a tierras sevillanas después de imponerse por la mínima al Espanyol en el Santiago Bernabéu, donde la mejor versión de los madridistas no salió a relucir. Aprovechando esto, el Sevilla no tardó en mostrar sus cartas desde el principio y acabó ganando ante su afición por 3-0.

Posteriormente, llegaba uno de los encuentros más atractivos de La Liga de cada año. Se trataba nada más y nada menos que del derbi madrileño contra el Atlético, con el coliseo blanco como testigo. Tal y como se esperaba, al encuentro no le faltó ni una pizca de intensidad, y el cansancio acabó haciendo mella en los futbolistas de ambos equipos, pese a que los blancos buscaron constantemente el gol sin éxito. Por tanto, el encuentro terminaba en empate sin goles, y suponía el segundo partido consecutivo sin ver puerta.

Gareth Bale conduce el balón ante el defensa uruguayo del Atlético de Madrid, Diego Godín EFE

Después de esto, tocaba cambiar el chip y poner el 'modo Champions', ya que el CSKA de Moscú era su próximo objetivo en territorio ruso. Sin embargo, los hombres de Lopetegui iban a ver como el partido se les ponía cuesta arriba desde el minuto 2 de juego, ya que los locales se adelantaron e hicieron todo lo posible por mantener la ventaja hasta el final, completando su objetivo con éxito.

De esta manera, y ya teniendo en cuenta los primeros 45 minutos disputados en la nueva jornada liguera en Mendizorroza, el Real Madrid ha llegado a la cifra de las seis horas sin marcar. Dicha situación parecía impensable a principios de la temporada, pero las circunstancias han hecho que el conjunto de Concha Espina se muestre desafortunado de cara a puerta.