La pretemporada del Real Madrid ha tenido un nombre propio. Vinicius llegaba con mucha presión y ha logrado superar todo tipo de muros y condiciones hasta convencer al Real Madrid. Los amistosos durante la gira por Estados Unidos llegaron a su punto culmen en el Santiago Bernabéu.

Y es que el delantero brasileño es una de las grandes apuestas del club merengue en estos últimos años. Un fichaje joven pero con altas cifras económicas que aumentó la presión sobre el jugador. Además, esta crítica no hace más que aumentar si el equipo que está de por medio es el Real Madrid.

Pero nada de eso ha tenido consecuencias. Finalizada la pretemporada del equipo de Lopetegui, Vinicius ha aprobado con nota y afronta un año repleto de retos. Tiene ejemplos suficientes en el equipo para seguir evolucionando y deberá adaptarse al plan joven que ha impuesto la entidad en las últimas temporadas. Él es un jugador diferente.

Vinicius, durante el partido ante la Roma. EFE

Su papel en la pretemporada

Vinicius ha contado en todos los partidos que hasta el momento ha disputado el Real Madrid. No ha marcado ningún gol ni ha dado ninguna asistencia para enmarcar -más allá del pase habitual-. Pero, pese a ello, ha dejado su impronta en el terreno de juego siempre que ha contado con minutos.

El debut era lo más esperado y lo hizo como titular. Grandes detalles técnicos ante el Manchester United y primer paso al frente en el Real Madrid. Desde entonces, su vía para contar con presencia en el campo ha sido por medio del banquillo. Vinicius no tiene sitio en el once titular habitual del cuadro de Lopetegui, pero sí puede entrar en al rotación como revulsivo. Ese papel que parece que va a desarrollar es el que ha tenido en los amistosos.

Tanto ante la Juventus como contra la Roma y en el Santiago Bernabéu frente al Milan, Vinicius saltó al césped desde el banquillo y con el objetivo de desequilibrar. Una función a la que puede adaptarse perfectamente.

Marco Asensio dispara a portería frente a la Roma REUTERS

Los ejemplos a seguir

El papel de secundario es algo a lo que los más jóvenes tienen que enfrentarse, bien en el Real Madrid o en cualquier otro equipo de primer nivel. Pero eso no significa que se tenga cerrada la puerta del éxito. Los ejemplos que se pueden ver en el actual primer equipo son Asensio y Lucas Vázquez.

Ambos formaron parte del plan B que instauró Zidane en el equipo. Ese plantel que resultó vital tanto para el doblete como para la última Champions cosechada la pasada temporada. Salieron del banquillo para cambiar los encuentros y terminaron como los dos jugadores que más partidos distintos jugaron y que más veces entraron al campo.

Sin embargo, ha habido cierta evolución desde que llegaron al Real Madrid. Pasaron de ser meros suplentes a una opción que salvara al equipo. Este último año fue el paso final. La Champions, el escenario favorito, contó con algunas titularidades de los dos madridistas. Clave fue el encuentro ante el PSG donde ambos conquistaron París.

Vinicius celebrando un gol con Asensio

La personalidad clave de Vinicius

Fue una de las cosas que más gustó cuando se le fichó. Sin meterse en problemas, sin realizar declaraciones polémicas y sin pedir una cosa u otra al Real Madrid y al Flamengo. Se despidió entre lágrimas del cuadro brasileño pero ha cambiado ese rostro por una sonrisa constante en los entrenamientos del Madrid.

Se ha integrado y sabe cuál será su papel. Salir desde el banquillo para revolucionar los partidos. Algo que al igual que él tendrán que hacer los menos habituales. Vinicius encaja en ese estilo de jugador y no pondrá problemas a entrar en la rotación de ese modo.

La Supercopa de Europa podría ser el primer escenario en el que hacer de las suyas de forma oficial y, de momento, ha demostrado estar preparado para esa posibilidad.

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