El árbitro que pitó la final del Mundial de Alemania en 2006, Horacio Elizondo, ha querido dar su versión de los hechos respecto a la, tal vez, expulsión más famosa de la historia del fútbol, la de Zinedine Zidane después de propinar un cabezazo a Materazzi en el Francia - Italia, encuentro que acabó proclamando a la Azzurra como nueva campeona del mundo.

ASÍ VIVIÓ EL MOMENTO

El argentino narró en un ciclo de conferencias llamado Ted, que en "un momento veo que Materazzi está tirado en el piso, a unos treinta o cuarenta metros. Procedo a interrumpir el juego. Rápidamente, a través de los intercomunicadores les pregunto a mis asistentes". A lo que ambos le contestaron, sorprendentemente, que no habían interceptado nada en el juego.

Procedió declarando que el cuarto asistente del juego, el español Luis Medina Cantalejo, al que él mismo bautizó como 'su ángel de la guardia', sí que vio el momento clave de la final entre Francia e Italia en el país europeo. Este le comentó por aquel entonces que "terrible, terrible el cabezazo de Zidane sobre Materazzi. Coño, cabezazo de Zidane sobre Materazzi", recalcando que "cuando veas el vídeo no me vas a creer". Elizondo terminaba confesando que al no recibir una respuesta más técnica y clara, ante el único apasionado y exaltado testimonio de Cantalejo, aseguraba que "lo único que le faltó decir fue un 'olé'" para rematarlo. Doce años después los entresijos de esta acción, que aún hace correr ríos de tinta, han salido a la luz.