Otro final agónico en el Mundial. Tal y como ocurriera con el España-Rusia, Croacia y Dinamarca acabaron en la tanda de penaltis un partido igualado en el que la favorita -los de Modric- no dieron todo de sí mismos y vieron como los daneses merecieron más en los primeros 90 minutos.

El partido comenzaría de manera vertiginosa con un gol en el minuto 1 de Jorgensen que puso los pelos de punta a los croatas. Por suerte para ellos, apenas tres minutos después, Mandzukic, que se aprovecharía de un rebote de un defensor rival, devolvería la igualdad al marcador que no se movería en el resto del partido.

La Croacia de Modric no es España

A partir de ahí, la nada. Dinamarca estuvo bien, mientras que Croacia apenas tuvo oportunidades. Ambos equipos acabarían suplicando por llevar el partido a la prórroga ante el miedo de recibir un gol en los últimos minutos.

MODRIC FALLÓ UN PENALTI EN LA PRÓRROGA

Esa media hora sería más de lo mismo aunque todo pudo cambiar en los instantes finales. Un gran pase en profundidad de Modric para Rebic dejó a este solo ante Schmeichel. El croata esquivó con gran destreza al guardameta del Leicester y cuando se disponía a disparar a portería vacía Jorgensen -el autor del gol inicial- aparecería de la nada para derribar al delantero cometiendo un penalti muy ajustado. El '10', Luka Modric, no estaría acertado y Schmeichel mostró un adelanto de lo que se vendría en la tanda de penaltis.

La Croacia de Modric no es España

DUELO EN LA PORTERÍA

Con el tiempo cumplido, los equipos se abrazaron. Dos naciones pendientes de la suerte y, sobre todo, dependientes de la habilidad de sus porteros. Tanto Subasic como Schmeichel estuvieron muy acertados. Igualdad hasta el quinto penalti -Modric se rehizo y marcó el suyo-, pero Subasic detuvo el de Jorgensen -héroe y verdugo de Dinamarca-. Rakitic no fallaría y marcaría la pena final dando a Croacia el pase a cuartos de final. Espera Rusia, la anfitriona. Podría haber sido España...