El próximo 11 de julio se cumplirán ocho años de una de las entradas más feas de la historia del fútbol. Nigel De Jong protagonizó una escena que estremeció a todos aquellos que contemplaban la final del Mundial de Sudáfrica. En un balón dividido, en carrera y con inercia, elevó su pierna hasta tal punto que impactó con el pecho de un Xabi Alonso, que se retorció de dolor en el suelo, atónito por lo sucedido.

De Jong ha querido excusarse, en una entrevista concedida a FourFourTwo, y ha manifestado que "sólo quería disputar el balón". En ningún momento, ha dicho, tuvo ningún tipo de mala intención ni quiso hacer daño al que será entrenador del Infantil A el próximo curso. El holandés ha calificado lo sucedido como un "incidente desafortunado" y ha concluido su entrevista con una afirmación, que pone de manifiesto una máxima del fútbol: lo que sucede en el campo, se queda en el campo.

LA JUSTIFICACIÓN POR LA PATADA

"Yo sólo quería disputar el balón, ese era mi único enfoque. No vi venir a Alonso porque estaba en mi ángulo ciego. No esperaba ser expulsado porque sentí que, obviamente, era un desafortunado incidente. Tuve suerte de que un árbitro inglés dirigiera el partido. Pensé que me daría el beneficio de la duda porque alcé mis manos inmediatamente. Nos hemos visto pero nunca hemos hablado de ello, es solo un momento en la historia del fútbol. Ese incidente sucedió en un mundial y por ello ganó mucha atención. Tal vez algún día nos veamos, tomemos una cerveza y nos riamos al respecto"

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