De ídolo en los terrenos de juego, a promesa en los banquillos. Así es Raúl González Blanco, un deportista que desde que su niñez, vive por y para el fútbol. Un exfutbolista que puede presumir de haber sido leyenda en todos los equipos  en los que ha jugado, acumulando más de 400 goles en su haber. Y ahora, como ya hiciera como jugador, está comenzando a despuntar con éxito desde sus inicios.

Raúl ha pasado de correr hacia donde va el balón, a enseñarlo. Su primer logro en los banquillos llegó el pasado mes de septiembre. Raúl, a los mandos del Cadete B del Real Madrid, se coronó campéon del torneo de San Gabriel, conocido como la Challenge Cup. Y sí, lo hizo frente a su eterno rival: el Barcelona (2-0).

Su buen hacer en la cantera madridista le valió un ascenso. Concretamente fue hace poco más de un mes. El icónico siete merengue aterrizaba en Juvenil B de La Fábrica. Un nuevo reto en su corta carrera en los banquillos, pero que no ha tardado en refrendar con más títulos. 

Liga y MIC: dos títulos más en su palmarés 

Hace unas semanas se coronaba campeón de liga. Su equipo de categoría sub19 certificó su gran año en la temporada regular. Los blancos ganaron el Grupo 12 de la División Nacional. Pero el histórico siete del Real Madrid siempre destacó por su ambición. No iba a conformarse solo con un título. 

Así fue. El pasado domingo Raúl y sus mirlos habían llegado a la final del Torneo Internacional de Fútbol Base 2019 (MIC) y se jugaban el título en todo un derbi. Y es que Raúl es un deportista de tradiciones. Si su primer título como entrenador fue contra su eterno rival, le faltaba repetir contra el Atlético de Madrid. Dicho y hecho, así fue en la gran cita del MIC.

Durante el que hasta ahora era el partido más importante de su carrera como entrenador, Raúl se mostró tranquilo. Intenso, pero tranquilo. Aunque conforme avanzaba el partido y crecía la tensión, su nerviosismo aumentaba. El madrileño no paraba de repetir a sus jóvenes pupilos la importancia de la intensidad. "¡Más, más, más!", jaleaba desde la banda a sus jugadores. 

Daba igual si sus jugadores marcaban o recibían goles. Raúl no podía estar quieto en la banda; aunque nunca abandonaba el área técnica. No era su estilo. Sus pupilos sentían verdadera pasión por él. Seguía siendo un icono para el madridismo. Era la estrella del torneo. El centro de atención en la final. Y no solo porque llegó al partido escoltado por policías.

El Juvenil B de Raúl gana el MIC 2019.

Raúl González, ídolo de masas

Raúl no pudo evitar los focos ni cuando sus futbolistas levantaron el título. Se impusieron por 3-1 al Atlético de Madrid y ganaron la final, pero la atención seguía siendo opacada por el '7'. Sus propios futbolistas no dedicaban todo su tiempo a festejar, si no que hacían cola a su lado para hacerse una foto junto a él y la copa. 

Un exjugador que ha escrito enciclopedias de fútbol en decenas de idiomas. Todo sobre los terrenos de juego. A base de goles. A base de vaselinas. Al estilo Aguanís. Pero ahora comienza a escribir sus primeros relatos en los banquillos. Deseando que, como él hacia en antaño, algún mirlo derrochando gol haga volar a su entrenador. Porque ahora el entrenador es él. 

[Más información: El Juvenil B de Raúl se proclama campeón del MIC en el derbi madrileño]

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