Partido sin sal el vivido en Milán que acabó llevándose el Madrid. Tavares fue el mejor de un conjunto blanco que acabó liderando Rudy para que el triunfo cayera del lado merengue. El equipo de Messina remó durante 39 minutos para terminar muriendo en la orilla. [Narración y estadísticas: Olimpia Milán 73-78 Real Madrid].

El Mediolanum Forum retumbaba en esta noche de martes, pero no por el acoso de la afición italiana, sino por el ambiente de entrenamiento que imperaba en el feudo de los de Messina. El coronavirus o mejor dicho, el temor por el contagio  que invade al mundo, 'obligó' a que el duelo entre Olimpia Milán y Real Madrid se desarrollara a puerta cerrada. 

Milán domina desde el triple

Después de que ambos conjuntos posaran para nadie mientras que el himno de la Euroliga sonaba de manera triste por la megafonía, el partido más desolador de los últimos años arrancaba con el Milán marcando las distancias desde el perímetro. Sin fallo desde la línea de tres, el equipo de Messina mandaba por 12-5 en el ecuador del primer periodo. 

El Madrid necesitaba encontrar el camino correcto hacia el aro y es que los malos porcentajes de Carroll, rarísimo en él, habían dejado al Madrid algo descolgado en el luminoso. Con Thompkins tirando del carro merengue, el partido pedía la activación de Campazzo, pero Laso daba las riendas a Laprovittola mientras que abogaba por la zona 2-3 en defensa.

La probatura no le salía como debía al conjunto blanco y la grieta que había hecho Milán desde el triple se ampliaba antes del final del primer periodo. Con 25-11 se bajaba por primera vez el telón de esta función sin público. Los porcentajes de tiro blanco, por debajo del 30% tanto en tiros de dos como de tres, reflejaban de manera evidente la desconexión que vivía el Madrid desde el arranque.

El Madrid coge aire

Esa desvinculación no cesó en el comienzo del segundo periodo y es que, mientras Felipe y Scola sudaban la zona como hace 15 años, Milán ampliaba su ventaja hasta los 17 puntos. El equipo de Laso necesitaba mejorar en ambos lados de la cancha y fueron Rudy y Tavares los que cogieron la bandera merengue.

Con el balear siendo el único que veía el aro de su tamaño real y con el caboverdiano intimidando como solo él sabe, el Madrid se ataba la bandana y obligaba a Messina a parar el choque tras un parcial de 0-10. La fiesta merengue no había hecho nada más que empezar. Mientras que Tavares repartía tapas como si estuviese en Granada, Felipe Reyes daba un nuevo clínic de cómo rebotear y el Madrid igualaba el partido a falta de cuatro minutos para el descanso.

Los últimos instantes del segundo acto quedaron para que Campazzo y Mejri sustituyesen a Laprovittola y Tavares, el ex de Joventut fue de menos a más, y para que el Madrid volviese al paupérrimo nivel del primer acto. El pívot tunecino, endeble cual espejismo, permitió a Gudaitis campar a sus anchas en el zona, mientras que Moraschini seguía haciendo 'pupa' desde el perímetro. 

Con 45-35 se puso punto y seguido al partido del silencio. Y tras un descanso en el que Laso seguro que tuvo que contar hasta diez para no mandar a Mejri a Madrid, el conjunto merengue debía repetir el camino que le llevó a la igualada. 

Esa senda no se iba a volver a dar en el arranque del tercer periodo y es que la versión más gris de Campazzo no ayudaba a que el conjunto blanco recortara distancias. El base argentino cometía su tercera personal antes de tiempo y Laprovittola volvía a la pista para comandar, con el incombustible Tavares, la reacción blanca.

Rudy cambia el sino

Sin embargo, la respuesta no acabó de cuajar y la crisis en anotación que golpeó a ambos conjuntos atascó el marcador antes de que la tercera bocina sonara. 55-46 mostraba el luminoso cuando el último cuarto de este partido, guionizado por Messina, entró en acción.

Pero toda película necesita un giro y ese lo quería dar el Madrid en los últimos diez minutos de choque. Rudy alzaba la voz cuando el equipo de Laso más lo necesitaba y ponía al conjunto merengue por encima en el marcador cuando el partido parecía teñido de rojo. Thompkins se unía a la fiesta del balear y Messina que se agarraba la cabeza mientras que pedía tiempo muerto.

El parcial a favor del Madrid no paraba de crecer (0-16) y los blancos veían muy cerca la posibilidad de llevarse un partido que nunca lideraron. Moraschini quiso abrir el paraguas de los transalpinos, pero la tormenta Fernández estaba activada y, a falta de cinco minutos, había llevado a su equipo a liderar el partido por seis de ventaja.

Tavares intenta taponar durante el partido entre Real Madrid y Olimpia Milán

Poco a poco, y tras unos ataques defectuosos del conjunto madridista, el Olimpia Milán se ponía a dos a falta del mismo número de minutos. Todos los focos apuntaban a Rudy y fue Tavares, el señor de las alturas, el encargado de cerrar el partido. Sin embargo, el choque no estaba clausurado y seis puntos en un abrir y cerrar de ojos del equipo milanés, les ponían a dos a falta de 25 segundos.

Tuvo la oportunidad el Olimpia de empatar el partido desde el triple, después de que Campazzo anotara un tiro libre, pero el balón quemó en exceso y un airball de Micov acabó con las esperanzas del Milán. El Madrid, con más sudor que equilibrio, acabó llevándose un partido que siempre se recordará por la crisis del coronavirus.

Olimpia Milán 73-78 Real Madrid

Olimpia Milan: Sykes (10), Roll (5), Moraschini (21), Micov (13), Tarczewski (2) - quinteto inicial - Della Valle (5), Gudaitis (9), Rodríguez (5), Nedovic (3), Crawford (0), Brooks (-), Scola (0).

Entrenador: Ettore Messina.

Real Madrid: Campazzo (8), Carroll (2), Garuba (4), Thompkins (13), Tavares (13) - quinteto inicial - Rudy (16), Laprovittola (13), Felipe (4), Nakic (-), Taylor (5), Mejri (0).

Entrenador: Pablo Laso

Árbitros: Chirstodoulou, Rocha, Koljensic.

Parciales: 25-11|20-24| 10-11| 18-32|

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 27 de la Euroliga disputado en el Mediolanum Forum, Milán (Italia). 

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