Luis María Anson

Luis María Anson

Primera palabra

Memorias desde el corazón, Jesús por Mariñas

25 junio, 2021 18:32

Jesús Mariñas está considerado como el periodista más representativo del mundo del corazón. Ha dedicado su vida entera a la profesión y sus éxitos se cuentan por centenares. Es equilibrado, riguroso y flexible.

En el libro de memorias que publica ahora, Jesús por Mariñas (La Esfera de los Libros), ha contado con la colaboración de Pedro Narváez, una de las plumas cimeras del periodismo, y se ha adornado con 32 fotografías en las que aparece junto a los personajes más relevantes del famoseo.

Desde una sinceridad implacable con él mismo y con los demás, porque la verdad es lo que nos hace libres, Jesús Mariñas narra el enamoramiento que padeció Cary Grant por Carlos Larrañaga; la relación íntima que el autor del libro mantuvo con Vicente Parra; la perversidad de Gala junto a Salvador Dalí; el análisis de Vilallonga y López Vázquez; su amistad indeleble con Montserrat Caballé; el duelo de Julio Iglesias y Raphael; los secretos de las altas camas, aunque habría que poner en duda algunas de sus afirmaciones sobre la duquesa de Alba y el bailarín Antonio; también ciertas aventuras de Bárbara Rey; el amor secreto de Nati Mistral; los sueños de Celia Gámez y Sara Montiel; toda su verdad sobre Isabel Pantoja y Encarna Sánchez; las radiografías de Lola Flores y Carmen Sevilla; Lina Morgan, la grande; el retrato de Marisol y Rocío Dúrcal…

Cincuenta años de famoseo desfilan por el libro de memorias de Jesús Mariñas. El autor, además, no se queda en la anécdota. Penetra en la sustancia de un sector de la sociedad agigantado por los canales de televisión. Los famosetes, no todos, claro, son para Mariñas los bufones de la Corte que, en lugar de entretener al Rey, ofrecen sus miserias al regocijo de los espectadores, porque la soberanía nacional no reside ya en el monarca sino en el pueblo.

La actriz que nunca hubiera pasado de las representaciones de aldea; el cantante sin otro horizonte que el festejo pueblerino; el humorista de cenáculo y burdel; la prostituta de copa y cama; la reina de la belleza local, que hace cincuenta años se convertía a los dos meses en foto de álbum y sepia, todos ellos seres insignificantes, si acceden ahora a la televisión se convierten de la noche a la mañana en estrellas fugaces. Es un fenómeno nuevo en la sociedad que exige la reflexión sociológica.

Christine Ockrent subrayó agudamente este fenómeno para añadir que a continuación se produce la venganza de los don nadie contra las élites. Un cantante fugitivo de la vieja Operación Triunfo, al llegar a un acto público, le chupaba al consagrado, tras décadas de esfuerzo, las cámaras y los focos. Una actriz ombliguera y procaz que mueva el rabel en una serie de televisión, eclipsa en público a la que lleva muchos años interpretando a los clásicos y a la vanguardia. El putón verbenero que encumbra la pequeña pantalla se coloca en las fiestas por encima de la esposa del político o del diplomático. Es el desquite de los insignificantes.

El fenómeno social está ahí. En una semana, la televisión crea un cantante que vende más que Serrat. Una actriz de serie audiovisual cobra diez veces lo que una actriz de teatro consagrada. Y, claro, los insignificantes se vengan de los antiguos ninguneos, se mofan de la calidad y la excelencia y lo trastocan todo. Hacen bien en aprovechar el oropel. A la rebelión de las masas del hallazgo orteguiano, que significaba el acceso del pueblo a la soberanía política, ha sucedido el desquite de la insignificancia y la destrucción de los valores del esfuerzo y la dedicación. Es la gran victoria de los fuegos artificiales. El famosete triunfa en las pantallas y en el estucado de las revistas cordiales.

El lector, en fin, encontrará en las memorias de Mariñas juicios profundos, reflexiones de alcance filosófico sobre una sociedad que el autor conoce mejor que nadie. Y además, el gran periodista anuncia que no tira la toalla. “No tengo intención de retirarme”, afirma.