Ángela Cervantes (i) protagoniza 'La furia', de Gemma Blasco, apuesta de Ringo Media en el European Film Market

Ángela Cervantes (i) protagoniza 'La furia', de Gemma Blasco, apuesta de Ringo Media en el European Film Market

Cine

España lidera el European Film Market de Berlín: así se negocia la venta de nuestro cine en el extranjero

La industria audiovisual española duplica su presencia en la cita comercial que se celebra en la Berlinale, una de las tres más importantes del mundo.

Más información: La Berlinale arranca entre polémicas y atrapada en el fuego cruzado de la campaña electoral en Alemania

Publicada

Lo explicábamos al defender que el año pasado sí había cine español en el Festival de Berlín, aunque no lo vieras. España florecía lejos de las alfombras rojas, creciendo hasta un 40% en la tremenda plataforma de speed-meeting que es el European Film Market (EFM).

En este mercado, productores, compradores y agentes de ventas, distribuidores e inversores se dan cita para cerrar acuerdos comerciales sobre, como mínimo, un tercio de películas y series –hechas y por hacer– del año que entra. El resto quedarán para los dos mercados de Cannes, tanto el de cine como el de televisión, y para otros eventos de nicho.

Del 13 al 19 de febrero, durante ocho días, se espera que unos diez mil representantes de la industria (que el año pasado llegaron a los doce mil) se encuentren para repartirse el pescado: 664 películas y series llegadas de todo el mundo, que vender por todo el mundo.

Ser visible en este evento es tener un altavoz de alcance global. Aquí nacen los futuros éxitos, aunque desde las salas aún tardemos en detectarlos. Y la gran noticia, naturalmente, es que España es el País Foco de esta edición, es decir, el principal protagonista de los eventos promovidos por el mercado.

Ignasi Camós, director del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), ha detallado en una entrevista con Cineuropa que en Berlín esperan la asistencia de “alrededor de 400 profesionales españoles de distintas áreas, desde cineastas hasta productores y distribuidores. Todas las comunidades autónomas presentes tendrán sus espacios tanto en el stand de España, como en el programa de industria”. En total: 83 empresas, el doble que el año anterior.

Ana Rujas y Javier Rey en '8', de Julio Medem. Foto: Morena Films

Ana Rujas y Javier Rey en '8', de Julio Medem. Foto: Morena Films

Entre los títulos que se ofrecerán a la venta internacional, y que aún no hemos visto en España, se encuentran —por ejemplo— Matices, serie de SkyShowtime en clave de thriller con Maxi Iglesias, Hovik Keuchkerian, Juana Acosta y... Elsa Pataky. O la película 8, la historia de amor en ocho planos secuencia escrita y dirigida por Julio Medem, con Javier Rey y Ana Rujas. Que ‘ocho’ acabe por verse en un cineclub australiano, y subtitularse en mandarín, depende en parte de estos ocho días de mercado.

Pedro Collado busca a coproductor en el pajar

El foco es vital cuando tratamos con, decíamos, unas diez mil personas y casi siete centenares de proyectos. Por ello, la organización del Co-Production Market (la parte del mercado dedicada a obras más o menos terminadas en busca de coproducción) selecciona cada año unos pocos títulos que respaldar. Esta edición, cinco de treinta y cinco proyectos escogidos son españoles: allí estarán las nuevas películas de Ainhoa Rodríguez (directora de Destello bravío) y Pedro Collantes (director de El arte de volver), así como el debut en la dirección de largometrajes del guionista Arnau Vilaró (conocido por su trabajo en Alcarràs).

Cada uno de ellos llega con unas necesidades específicas. Por ejemplo, Konbini, la película con la que ha sido seleccionado Pedro Collantes y que está producida por la española Aquí y Allí Films (Alumbramiento) y la japonesa Culture Entertainment (Drive My Car), tiene ya los dos coproductores principales asegurados y en marcha, y ahora busca un tercer coproductor minoritario.

Collantes nos cuenta: “Nos interesa encontrar un coproductor minoritario europeo, que nos permita acceder a los fondos europeos”, además de comprometerse a llevar adelante la historia que tienen entre manos. Por lo demás, están muy abiertos a “encontrar un coproductor que, además, sea una agencia de ventas y pueda ayudar a colocar la película” en su territorio.

Ambiente en una edición anterior del European Film Market de la Berlinale. Foto: Berlinale / EFM

Ambiente en una edición anterior del European Film Market de la Berlinale. Foto: Berlinale / EFM

A pesar de que aún quede un año para arrancar el rodaje de Konbini y por mucho que en la era del correo electrónico, este coproductor minoritario fuera fácilmente pactable de forma telemática, estar presencialmente en el Co-Production Market da una visibilidad y un retorno indispensable: “Son tres días de reuniones a fuego”, explica, “ganas muchísimo tiempo”. El speed-meeting también “te ayuda a ver si lo estás comunicando bien, si se entiende, si interesa y qué tipo de preguntas te hacen”. El primer público, comentábamos, siempre es invisible.

Mireia Graell y la película aventajada

La productora catalana responsable de Ringo Media llega a Berlín con algo de carrerilla. Su caballo ganador es La furia, debut de la directora Gemma Blasco, protagonizado por Ángela Cervantes y Álex Monner, con cameo de Ana Torrent. Además de ser una tragedia sobre temas vigentes (“la violencia sexual, el asco y la vergüenza”), la película viene acreditada por estrenarse mundialmente en el prestigioso festival South by Southwest (SXSW) de Austin, hará unas semanas.

Haberse visto antes en otro festival reconocido “hace que destaques”. Súmale que “el SXSW también programa películas algo más transgresoras, de un gamberro americano”, lo cual facilita comunicarla en el pajar de géneros y registros que es el mercado berlinés.

En su caso, Filmax es la compañía que han contratado para que la muevan por entre círculos internacionales. Hace meses estuvieron en el Marché de Cannes, con la película aún no acabada: “Ellos la presentan como un adelanto de lo bueno que viene y lo que se va a ver. A los compradores ya les gusta este chup-chup”. En Berlín, con el respaldo de las críticas desde Austin y el tráiler final ya montado, esperan poder lucirla con toda su gloria.

“A mercados como Berlín o Cannes va todo el mundo, lo cual es bueno y malo a la vez. Todos andamos muy ocupados, pero te puedes reunir con cualquier persona”, explica. Para un debut con nombres potentes pero sólo reconocibles en el ámbito nacional, ello pide vender la película a granel, territorio por territorio, sin cerrarse puertas a las ofertas de jugadores de ámbito global (Netflix, por ejemplo).

Begin Again vende cine español

Gloria Bretones es codirectora general de Begin Again, agencia de ventas de películas españolas al extranjero. Ellas —en la plantilla, son todas mujeres— fueron las responsables de mover El año del descubrimiento (2020), de Luis López Carrasco, por festivales como Mar de Plata, Cinéma du Réel o Róterdam, donde tuvo un recorrido espléndido a pesar de la pandemia.

Desde esta temporada y por primera vez, además de vender cine español internacionalmente, Begin Again será distribuidora de cine internacional en nuestras salas. Este EFM, comenta Bretones, “va a servirnos para establecernos como doble contacto”, aprovechando su rol afianzado como exportadoras de cine para empezar, también, a adquirir licencias.

Que el mercado sea presencial “permite vender títulos con distribuidores fuera de tu círculo habitual de contactos”, localizando “nuevas empresas con las que tengamos afinidad editorial”. Bretones explica que, con sus compradores recurrentes, “la mayoría de acuerdos ya están cerrados antes del mercado”. Vender una película con quien ya tienes trato, explica, pide sólo una cadena de correos electrónicos, compartir enlaces de visionado y firmar un contrato... Eso, y muchos años de confianza previos.

En cualquier caso, el EFM es especialmente importante para quienes compran películas acabadas (es decir, tanto distribuidoras como plataformas) porque “es el primer mercado del año. Allí las películas suelen venderse a precios más económicos, en tanto que aún no han tenido un recorrido de premios y críticas que las avalen y, por lo tanto, los precios de salida suelen ser más bajos”, por mucho que tengan un enorme potencial comercial y no sean necesariamente de autor.

Añádele que “las distribuidoras aún traen la cartera llena”, y tienes un oasis para la compraventa de todo lo que veremos en carteleras a lo largo de los siguientes meses. Hay que tener el ojo puesto en los acuerdos que del EFM salgan.

Quienes montan la barraca

Joan Ruiz es coordinador de Catalan Films, la marca para la internacionalización del audiovisual catalán del Instituto Catalán de las Empresas Culturales (ICEC) del Departamento de Cultura de la Generalitat. Básicamente, su misión y la de todo su equipo es posicionar Cataluña en el panorama internacional. Ruiz lo formula con atino: “Dar visibilidad a nuestras producciones, facilitar la expansión de la industria y generar oportunidades de negocio y coproducción en un contexto altamente competitivo”. Aquí, trabajan específicamente para lubricar los tratos del centenar de empresas y los 170 profesionales acreditados provenientes del ámbito catalán (si tomamos las cifras de Camós, eso es poco menos de la mitad de acreditados españoles).

Stand de Catalan Films en el MIPTV de Cannes. Foto: Catalan Films

Stand de Catalan Films en el MIPTV de Cannes. Foto: Catalan Films

“Hemos diseñado una estrategia de promoción integral, combinando campañas de comunicación, eventos de networking y encuentros estratégicos para maximizar el impacto de las empresas catalanas en el mercado”, continúa. Al equipo de Catalan Films lo encontraréis siempre conversando con alguien, ya sea en el stand que montan en el mercado o en los cócteles que organizan: “Entre nuestras iniciativas clave destacan las Catalan Capsules, una serie de reuniones con representantes de mercados estratégicos como los países bálticos, Colombia, Reino Unido, Italia y los países nórdicos, que permiten explorar sinergias, incentivos y nuevas vías de financiación”.

Entre líneas, a Joan Ruiz se lo lee satisfecho. No es para menos. Yo los describiría como facilitadores profesionales, match-makers en un sector abarrotado de propuestas y sin fórmulas claras. Celestinas, si se quiere, que saben que el audiovisual se hace sólo de encuentros.