
Aitana Sánchez-Gijón en la ceremonia de los Premios Goya 2025.
Aitana Sánchez-Gijón recibe el Premio Goya de Honor: un discurso contra "los nuevos imperialismos"
La actriz ha dedicado el galardón a sus compañeros de profesión. "Disfruto más del trabajo de mis compañeros que del mío propio", ha dicho.
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Aitana Sánchez-Gijón (Roma, 1968) ha recogido el Premio Goya de Honor por su trayectoria como actriz en la 67.ª edición de la fiesta del cine español. Es la novena mujer reconocida con esta distinción y, a sus 56 años, la actriz más joven en lograrla.
La actriz ha dedicado su discurso, sin papel y maravillosamente interpretado, a sus compañeros de profesión. "Disfruto más del trabajo de mis compañeros que del mío propio", ha asegurado. Mención especial a Bigas Luna y a Patricia Ferreira, directores ya fallecidos con los que trabajó, y al auge del papel de las mujeres en el cine español: "¡Iba siendo hora!".
La intérprete ha tenido también palabras muy cariñosas para el teatro, que tantas alegrías le ha reportado a lo largo de su prolífica carrera. "El escenario es el gran maestro del actor", ha dicho. No ha faltado la reivindicación social en el discurso de la actriz. "No hay que tener miedo a la cultura", sino "a la guerra, a la ignorancia, al fanatismo, a los nuevos imperialismos y a las limpiezas étnicas", ha deslizado.
Antes de despedirse con un precioso homenaje a su madre, a la que ha interpelado en italiano —la actriz nació en Roma—, ha aludido a la precocidad de su carrera. "Recibo este premio cuando aún me siento como esa niña, con todo por hacer, el mismo temblor, el mismo vértigo y las mismas ganas de desentrañar el misterio", ha dicho. Y ha concluido: "Muchas gracias por tanto amor. Nos vemos en el cine".
Hasta el momento, no había recibido aún ningún Goya por sus interpretaciones, así que el de Honor ha sido el primero de sus 38 años de carrera. No obstante, ha brillado con luz propia a las órdenes de directores como Gonzalo Suárez, Fernando Fernán-Gómez, Pedro Almodóvar, Pilar Miró, Bigas Luna, Manuel Gutiérrez Aragón y Jaime Chávarri.
Ganadora de la Concha de Plata a la mejor actriz por Volavérunt (1999), adaptación de Bigas Luna de la novela de Antonio Larreta, son inolvidables también sus papeles en películas como Bajarse al moro (Fernando Colomo, 1989), que le reportó una gran popularidad, y Celos (Vicente Aranda, 1999).
Antes de cumplir los 30 trabajó en Hollywood –Un paseo por las nubes (Alfonso Arau, 1995), Y llegó el amor (Juan José Campanella, 1997)–, aunque regresó en cuanto pudo, y fue nombrada presidenta de la Academia de Cine, cargo que ocupó hasta el 2000.
En sus últimos trabajos en cine ha interpretado a una actriz –Madres paralelas (2021), por la que recibió una nominación al Goya como mejor actriz de reparto– y a una productora teatral –Que nadie duerma (2023)–. Hace solo unos días, el pasado viernes 31 de enero, estrenó la película Tierra baja, dirigida por Miguel Santesmases, en la que encarna a Carmen, una mujer que abandona su profesión como guionista de cine.
Su carrera destaca por las interpretaciones de grandes personajes como La Regenta, en la exitosa serie de televisión homónima de Fernando Méndez-Leite, y Yerma (1999), película de Pilar Távora también homónima. En las tablas ha encarnado a personajes clásicos como Medea en el montaje teatral homónimo de Andrés Lima, papel por el que recibió el Premio Max en 2015 como mejor actriz protagonista.
También en el teatro ha sido musa de Mario Vargas Llosa. Ha trabajado en tres obras del Nobel peruano: La chunga (2013), Los cuentos de la peste (2015) y El hombre de negro (2019). Su último éxito en teatro es La madre (2024), escrita por Florian Zeller: una producción teatral dirigida por Juan Carlos Fisher.
En una entrevista reciente con El Cultural, la actriz consideraba que el reconocimiento del Goya de Honor, que le llega cuando aún es joven, tiene que ver con su "precocidad" como actriz. "Siendo una niña ya aparecía en televisión. Desde entonces, he estado siempre en un lugar de visibilidad, formo parte del paisaje, hay una sensación de familiaridad. Diría que eso ha influido en este reconocimiento, que a mí también me parece prematuro", explicó.
En efecto, tenía solo 13 años cuando se enroló en el grupo de teatro La Barraca de Aranjuez con Alicia Hermida y dio sus primeros pasos en la profesión en el medio televisivo en la serie Segunda enseñanza, de Pedro Masó, cuando tenía 16. Después, se fogueó sobre las tablas con pequeños papeles en obras como La gran pirueta (1986), de José Luis Alonso de Santos. Muy pronto, a principios de los noventa, se convirtió en una de las actrices más populares del medio gracias a películas como Boca a Boca, de Manuel Gómez Pereira, y El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró, además de las citadas anteriormente.
Sánchez-Gijón nació en Roma en 1968, fruto del matrimonio entre un catedrático de Historia y traductor español y una profesora italiana de Matemáticas. Se llama Aitana por su madrina, la hija de Rafael Alberti, que se encontraba en el exilio en 1968, cuando nació la actriz. Su padre, huido de la dictadura, conoció en Roma al poeta, quien dedicó unos versos a su alumbramiento.
Llegó a España solo un año después de nacer, pero lleva muy adentro la razón de sus orígenes. Su temperamento está marcado por una ideología que, históricamente, ha abrazado la causa feminista. "A mí lo que me extraña es que no estemos cortando cabezas por las calles", dijo en la citada entrevista.