
Ayomi Domenica Dias interpreta a Sofía
'El desafío de Sofía': la odisea de abortar en tiempos de Bolsonaro
En el debut de la brasileña Lilah Halla, el mundo de la capitana del equipo de voley de un empobrecido barrio de São Paulo se vuelve un atolladero terrorífico.
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El debut de Lillah Halla (São Paulo, 1981) comparte con las fantásticas El acontecimiento (Audrey Diwan, 2021) y Nunca, casi nunca, a veces, siempre (Eliza Hittman, 2020) la congestión nauseabunda de quien ha de abortar pero no puede; ni hacerlo ni decirlo. En el Brasil de Bolsonaro, interrumpir el embarazo se condena social y penalmente. Por ello, también para la capitana del equipo de voley de un empobrecido barrio de São Paulo, de un día para otro y por desliz, el mundo se vuelve un atolladero terrorífico.
María Elena Morán (Volver a cuándo, edita Siruela) coescribe esta lucha a contrapelo y a contratiempo, aunque las que nos meten el miedo en el cuerpo son algunas confiadas decisiones de Halla en la dirección, como la blancura inquietante de la clínica de abortos que Sofía visita y que luego se descubre, en efecto, sede de un grupo de ultraderecha que empieza a perseguirla.
Pero Sofía (la debutante Ayomi Domenica Dias, carismática y algo obtusa) está del todo determinada y, a pesar del mareo, emprende aquellas conversaciones incómodas que tanto echamos en falta en los dramas mal escritos. Es más: tanto su padre (Rômulo Braga), un apicultor igual de flexible que preocupado, como su maternal entrenadora (Grace Passô) responden afables y dispuestos.
De hecho, la propia película abandona la eficaz focalización en primera persona de sus referentes para dar cabida, también, a las compañeras del equipo de voley, un grupo de amigas queer absolutamente aspiracional. En acelerado montaje, se alterna la lucha de Sofía lejos de la cancha con los entrenenamientos previos a un partido clave. Así, el drama se infusiona con la adrenalina en ascenso del género deportivo. Aquí, Halla se acerca más a un Quiero ser como Beckham (Gurinder Chadha, 2002) con conciencia de clase que a Las mil y una (2020) de Clarisa Navas.
Amparada detrás de la tropa de trans mágicas de Três Tigres Tristes (Gustavo Vinagre, 2022) o las bolleras guerreras de Matorral seco en llamas (Adirley Queirós y Joana Pimenta, 2022), avaladoras del libérrimo cine queer brasileño, la fotografía de Wilssa Esser picotea sin complejos con el puro-rojo y el puro-azul de un insolente marco antirrealista.
Asimismo, los bajos mortuorios de la banda sonora de Maria Beraldo chocan con interludios de puro phonk a cargo de Badsista, y cuanto mayor es la adversidad, más duro pegan esos sintetizadores. Todo ello tensiona un visionado en claroscuros, que acaba de enriquecerse con el terco interés sensorial marcado por la directora. En la ruinosa cocina de Sofía hierven siempre cazos de la miel de su padre, y tarareos, gemidos y motores de nevera se confunden en la banda de sonido. Esta vale la pena verla con ojos y oídos bien abiertos.
Sólo así encontraremos la certeza que por unidad temática vertebra su disparidad formal: que sólo nuestra red de afectos puede convertir los limones en limonada, y que el amor no lo arregla todo pero sí nos permite levantarnos una vez y otra. Levante, título original, se traduce como un ¡Arriba!
El desafio de Sofía
Dirección: Lillah Halla.
Guion: Lillah Halla y María Elena Morán.
Intérpretes: Ayomi Domenica Dias, Loro Bardot, Grace Passô, Gláucia Vandeveld, Rômulo Braga.
Año: 2023.
Estreno: 7 de febrero