Maud y su hermana en una clase de balé. Una de las escenas más emocionantes del documental

Maud y su hermana en una clase de balé. Una de las escenas más emocionantes del documental Eady East Prod

Cine

Discapacidad, sueños y humanidad: las lecciones de Pascal Plisson en 'We Have a Dream'

El director francés retrata la lucha de cinco niños contra las adversidades de la discapacidad en su nuevo documental que se estrena este viernes.

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Gabriel Lavao
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En el universo cinematográfico de Pascal Plisson, la fragilidad de la infancia y la fugacidad de la adolescencia se presentan como historias que desafían los límites de lo convencional, evocando la esencia de los momentos cruciales que nos definen. Con su más reciente documental, We Have a Dream (Eady East Prod, 2023), que se estrena este viernes, el director francés nos invita a sumergirnos en la vida de cinco jóvenes de diferentes rincones del planeta, unidos por una circunstancia común: su discapacidad

En lugar de ser una barrera, esta condición se convierte en la fuerza que impulsa a cada uno de ellos a perseguir sus sueños con una determinación implacable. Con la sensibilidad que caracteriza su obra, Plisson evita los clichés y los melodramas fáciles, ofreciendo una mirada honesta y poética de lo que significa ser humano en un mundo que aún lucha por integrar a todos sus miembros.

Ojos que no ven

"Me interesaba explorar cómo, pese a vivir con discapacidades, estos niños y jóvenes tienen aspiraciones igual de ambiciosas que cualquier otra persona. Quiero que el público vea que, con apoyo, pueden alcanzar sus metas", explica Plisson. "Mi idea era mostrar el aspecto poético y positivo del asunto, pero nunca dañar la imagen de los niños", resume.

La prioridad del cineasta francés era narrar estas historias sin caer en la seductora trampa de los estereotipos y las lágrimas fáciles: "Lo importante era mostrar su humanidad, sus luchas y logros desde una perspectiva igualitaria. La idea era crear un puente entre sus vivencias y quienes ven estas historias desde fuera".

En el caso de una de las protagonistas francesas, el proyecto comenzó con una propuesta inesperada. Maud tiene 15 años y nació en París de manera prematura. Las complicaciones que sufrió al llegar al mundo obligaron a los médicos a tener que amputarle una pierna. Y por si esto no fuese suficiente, la joven francesa nació con un alto grado de discapacidad auditiva.

Pascal Plisson, Maud y su hermana presentando el documental el pasado 16 de enero en el Cine Embajadores

Pascal Plisson, Maud y su hermana presentando el documental el pasado 16 de enero en el Cine Embajadores Gabriel Lavao

Sin embargo, la ambición de ser bailarina de esta joven no se ha extinguido ni lo más mínimo. "Cuando Pascal se puso en contacto conmigo y con mi familia, mis padres tenían sus reservas. Temían que participara en un documental que pudiera sobreexponerme. Pero al final confiamos en su visión porque quería mostrar nuestra historia sin centrarse solo en mi discapacidad", relata Maud.

Corazón que siente

Los primeros días de rodaje supusieron un reto de adaptación para los dos. Plisson se enfrentó al arduo desafío de capturar la belleza auténtica de cada una de las historias: "Me llevó unos siete meses de preparación y estuve en contacto con 20 niños, 20 historias fascinantes que contar. Me di cuenta de que no quería ofrecer un catálogo de historias, si no centrarme únicamente en cinco, de tal manera que se genere una sensación de intimidad", ilustra Plisson.

"Confiamos en su visión porque quería mostrar nuestra historia sin centrarse solo en mi discapacidad"

El director de Camino a la escuela (Ymagis, 2013) relata como esta película supuso un reto diferente a sus previos trabajos: "Cada historia era un mundo diferente, y quería que todas fueran tratadas con la misma sensibilidad". El director continúa: "Rodar fue un aprendizaje constante. Tuvimos que encontrar un equilibrio entre contar estas historias y respetar la intimidad de cada persona".

A pesar de que algunos de los niños se mostraron un poco reacios al comienzo, el espíritu familiar detrás de las cámaras disolvió esas barreras rápidamente: "Hemos intentado hacer un equipito con ellos, hacer piña de tal manera que nosotros les dejábamos incluso trastear con las cámaras y los cascos. Ellos participaban en el proyecto de rodaje e incluso de montaje. Así que también ha sido educativo para ellos", relata el director.

Cabral y Antonio, padre e hijo, ven sus discapacidades como una herramienta de superación personal y son protagonistas de un viaje emotivo durante el filme

Cabral y Antonio, padre e hijo, ven sus discapacidades como una herramienta de superación personal y son protagonistas de un viaje emotivo durante el filme Eady East Prod

La joven Maud, por su parte, recuerda esos primeros días como una experiencia emocionante y catártica: "Conocí a gente maravillosa, viajé por distintas localidades de Francia y tuve oportunidad de asistir a programas de televisión".

"Una de las cosas más bonitas fue visitar escuelas primarias y poder hablar con niños sobre lo importante que es aceptarnos tal como somos. Sentí que mi historia podía marcar una diferencia en ellos", añade Maud.

Inspiración por doquier

El documental es un manantial de inspiración pura, parecido al que vemos en los paisajes mostrados de Kenia y Nepal durante el filme. Las historias de los cinco niños no solo inspiran al espectador delante de la gran pantalla, sino que también a los protagonistas que habitan detrás de ella. Para el director, conocer a estos jóvenes fue un recordatorio diario de cómo la voluntad puede superar las barreras más desafiantes del estado físico y espiritual.

El rodaje le proporcionó un espacio de reflexión introspectiva a la protagonista también: "Ver otras historias, como la de las niñas nepalíes que comparten conmigo la pasión por la danza, me hizo apreciar aún más mi situación. Vivo en Francia, un país con un sistema de seguridad social fuerte que me proporciona las herramientas que necesito para vivir de manera independiente. Eso no ocurre en muchos lugares del mundo", reflexiona Maud.

Nirmala (izquierda) y Khendo (derecha) son dos de las protagonistas que perdieron una pierna tras un terremoto. Durante la película vemos el viaje de superación que afrontan y como se preparan para un baile importante

Nirmala (izquierda) y Khendo (derecha) son dos de las protagonistas que perdieron una pierna tras un terremoto. Durante la película vemos el viaje de superación que afrontan y como se preparan para un baile importante Eady East Prod

Este contraste no solo subraya las desigualdades globales, sino que también refuerza la importancia de la solidaridad y el esfuerzo colectivo: "Es un recordatorio de que debemos luchar para que las condiciones adecuadas sean un derecho universal", matiza la joven bailarina.

Dos caminos divergentes

Desde su estreno en Francia hace dos años, la película ha dejado una huella en todos los involucrados. La protagonista reflexiona sobre los cambios en su vida tras ver su historia proyectada en la gran pantalla: "Aunque siempre he aceptado mi discapacidad, verme en la gran pantalla me ayudó a entender que tener una prótesis o una discapacidad también puede ser algo bonito. También me ha dado confianza para hablar sobre el tema con mis amigos, incluso sobre las partes más difíciles".

El director habla de los cambios que ha habido desde entonces gracias a la película, refiriéndose a uno de los protagonistas que sufre de albinismo y vive en Ruanda: "Un país donde muchos padres no se atreven a llevar a sus hijos discapacitados a la escuela porque temen que se les agreda. Pero el documental ha dado la vuelta al país, se ha visto por todas partes y desde ese momento se está observando un cambio. Hay muchos padres que ahora se están atreviendo a llevar a los niños a la escuela".

El impacto de We Have a Dream se extiende más allá de sus protagonistas. Pascal Plisson espera que la película inspire a la gente a reconsiderar cómo perciben la discapacidad y a actuar para crear un mundo más inclusivo: "Lo importante es que las historias no se queden en la pantalla. Queremos generar un cambio real, desde cómo se perciben las discapacidades hasta cómo se apoyan en diferentes partes del mundo", explica Plisson.

Xavier (derecha) es uno de los protagonistas que afronta su albinismo en el país de Ruanda

Xavier (derecha) es uno de los protagonistas que afronta su albinismo en el país de Ruanda Eady East Prod

Por su parte, la joven protagonista envía un mensaje claro a los espectadores: "No importa cuál sea tu situación o de dónde vengas, lo importante es que tomes las riendas de tu vida y luches por tus sueños. Siempre habrá críticas, pero no deben frenarte. Aprende a quererte tal y como eres".

Día de la educación

El documental se estrena el 24 de enero en España, Día Internacional la Educación. Todos los filmes de este director tienen la educación y enseñanza como nexo y catalizador. Con esto en mente, el director deja un mensaje para todos esos que aún siguen en la escuela e incluso para el resto, que sigue recibiendo lecciones a diario de parte de esta vida tan bella e irremisible: "La educación es clave. Es crucial en la instrucción y para dotar a los chavales y a las personas de las aptitudes y las capacidades que permitan construir su porvenir y también, por supuesto, proporcionarles un empleo o un oficio".

Pascal Plisson y Maud posan en la presentación del documental el pasado 16 de enero en Madrid

Pascal Plisson y Maud posan en la presentación del documental el pasado 16 de enero en Madrid Eady East Prod

"Es vital la integración de las personas con discapacidad en los centros normales en condiciones de total normalidad, así como su acceso a una educación que les proporcione un futuro mejor", concluye Pascal Plisson.

Con historias que conmueven y desafían percepciones, We Have a Dream se posiciona como una obra que trasciende la pantalla, invitando a todos a reflexionar, actuar y soñar. Una película que no solo inspira, sino que también recuerda que la lucha por la inclusión y la igualdad son un sueño compartido que debemos seguir persiguiendo.

*Gabriel Lavao, autor del reportaje, es alumno de la segunda promoción 2024-2025 del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL/UCJC.