Image: Gerardo Herrero

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El Cultural

Gerardo Herrero

"Para ningún empresario es divertido despedir empleados"

5 marzo, 2010 01:00

Gerardo Herrero

Hoy se estrena su película 'El corredor nocturno', con Leonardo Sbaraglia como protagonista

Juan Sardá
Ante la cantidad de trabajo que despacha Gerardo Herrero (Madrid, 1953) cabe hacerse la pregunta de dónde sacará el tiempo. Este fin de semana es actualidad por partida doble. Como director, estrena El corredor nocturno, una película inquietante y profunda en la que refina una capacidad como director que muchos veces se ha puesto en duda. Es una película enigmática e intrigante sobre un hombre (Leonardo Sbaraglia) que conoce a un misterioso personaje (Miguel Ángel Solá) que le propone un negocio oscuro y le revela los aspectos más sórdidos de su personalidad. Un thriller psicológico repleto de metáforas y misterio que se suma a la nominación al Oscar de El secreto de sus ojos, película que ha producido. Herrero habla con El Cultural desde el set de Balada triste de trompeta, superproducción de Álex de la Iglesia que está produciendo.

PREGUNTA.- El corredor nocturno quizá sea su mejor película...
RESPUESTA.- Tengo la impresión de que me ha quedado bien aunque siempre sea difícil quedarse satisfecho del todo... La mejor, no lo sé. Galíndez también me gusta bastante. Pero sí, estoy contento.

P.- El filme está ambientado en Argentina, un país que le da suerte. Allí suceden producciones suyas de éxito como El secreto de sus ojos o El hijo de la novia.
R.- Desde luego que me da suerte. Hace tiempo que tenía ganas de rodar en Buenos Aires, es una ciudad que me entusiasma y conozco muy bien. He buscado un enfoque distinto, más moderno y más internacional. Podría ser Madrid o Chicago. Reflejo ese mundo corporativo y su arquitectura, que se parece un poco e todas partes. En Estados Unidos sobre todo te encuentras a muchos tipos como el personaje de Sbaraglia, ejecutivos corriendo por las calles.

P.- Sin duda, El corredor nocturno es un filme que admite numerosas lecturas.
R.- Hay quien ve el mito de Fausto, un hombre que vende su alma al diablo a cambio de algo y quien ve el mito del doctor Jeckyll y Mister Hyde, un hombre escindido en dos partes. Yo tengo un punto de vista pero prefiero que sea cada espectador el que saque su propia conclusión. Desde luego, sí es un filme que lidia con ese lado oscuro que todos tenemos. Todos somos capaces de hacer cosas moralmente reprobables en un momento dado.

P.- ¿Qué es lo que le entusiasmó de la historia al leer la novela?
R.- Llegó a mis manos por casualidad. Por una parte, me gustó esa parte del dilema moral. Por la otra, me interesó que se pudiera hablar sobre el mundo del trabajo. Las películas muchas veces obvian este aspecto de la vida cuando la realidad es que todos pasamos muchas horas trabajando. Es algo que nos define al cien por cien. Además, hacía tiempo que estaba buscando un thriller psicológico, es un género en el que quería meterme de lleno.

P.- Algunos quizá vean en El corredor nocturno una crítica a la maldad del sistema capitalista y empresarial.
R.- Es una lectura muy simple que no me interesaba. Yo no estoy poniendo en cuestión el sistema, es el que es. Estoy hablando de la naturaleza humana en un determinado contexto. Por una parte, todos queremos prosperar, tener una casa mejor. El que diga que no aspira a lograr más poder miente. Por la otra, nos enfrentamos a situaciones duras. Por ejemplo, para ningún empresario es divertido despedir y menos ahora que hay crisis. Yo muestro las contradicciones del personaje, sin más.

P.- Hay algo onírico en todo el filme, que remite a una película tan en el candelero como Shutter Island.
R.- Aún no he podido ver la película de Scorsese. Lo que sí me fastidió fue ver Caché porque hay un elemento que podía ser parecido, pero después me di cuenta de que son cosas distintas. Realmente me cuesta mucho concretar con esta película porque lo que quiero es abrir interrogantes. No me parece bueno que parezca que mi forma de ver la película es la correcta o la única. Creo que cada espectador podrá encontrar algo de sí mismo.

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