No hay vuelta de hoja. El acero europeo no es tan competitivo como el que se produce en China y Rusia. La última víctima es la histórica planta en Sestao de Acerías Compactas de Bizkaia (ACB), heredera de los antiguos Altos Hornos de Vizcaya, que ha bajado la persiana este mes hasta nuevo aviso, o de forma “temporal indefinida”, como lo define Arcelor Mittal.

Las pérdidas eran inasumibles por mantener las puertas abiertas. El gigante del acero se anotó pérdidas de 400 millones de dólares (360 millones de euros) por su actividad asociada a la fábrica de Sestao, según consta en los datos enviados a la SEC y la CNMV. Pese a que no lo detalla en la documentación, la supervivencia de la planta pinta complicada.

“Todo dependerá de cómo evolucione el mercado de aquí a final de año”, aseguran fuentes próximas a la empresa. El ERE afecta a la totalidad de la plantilla (335 trabajadores), aunque alrededor de 20 operarios (6%) seguirán desempeñando labores de mantenimiento. En mejor momento, los antiguos Altos Hornos llegaron a emplear a 14.000 personas.

El diputado general de Vizcaya, Unai Rementería, ha lanzado una petición de ayuda al Gobierno en Madrid para que use el Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) -dotado con unos 207 millones- con el objetivo de ayudar a Arcelor en su planta de Sestao. Según Rementería, “los datos claman al cielo. ACB paga por su consumo energético hasta un 38% más de lo que abonaría en Alemania”, dijo durante el pleno de las Junta Generales Vizcaínas celebradas este miércoles en Guernica.

Los trabajadores del acero piden a la UE que frene a China

Boom exportado de China

El coste de producir bobinas de acero (laminado en caliente) en la ACB de Sestao es hasta un 30% superior al del mismo producto procedente desde China o Rusia. Entre los principales factores que cita Arcelor para justificar el cierre se encuentra el alto coste de la electricidad de la que se nutre la planta o el encarecimiento de la chatarra -materia prima principal con la que produce las bobinas-. Son dos de los principales argumentos, pese a que destaca la capacidad tecnológica de la planta.

Como adelantó EL ESPAÑOL en noviembre, el telón de fondo es la competencia desleal (tirando los precios o dumping) que China está desplegando en el mercado del acero a nivel mundial. “Es el mayor consumidor y productor de acero del mundo por un amplio margen, y el equilibrio entre su producción doméstica y el consumo ha sido el factor que ha influenciado los precios en los últimos años”, admite Arcelor, que ha sufrido un terremoto en sus cuentas de 2015.

El grupo registró unas pérdidas de 7.225 millones de euros en 2015 por el deterioro del precio de sus inventarios y la caída en los precios de venta. No sólo ha tenido consecuencias para Sestao, Arcelor tuvo que vender su participación del 35% en el Grupo Gestamp y ampliar capital en 2.700 millones con el objetivo de reducir su deuda. Se prepara para lo que viene.

La propia Arcelor tiene perfectamente identificado el problema. “Después de un crecimiento poderoso desde 2000, la demanda china de acero ha comenzado a caer como resultado de la debilidad del sector inmobiliario y la producción de maquinaria”. Según sus datos, esta situación ha disparado las exportaciones netas se disparó a 30 millones de toneladas entre 2013 y 2014; y otros 18 millones de toneladas de 2014 a 2015.

“El riesgo que tiene China es que su acero está subvencionado y puede bajar de precio de una manera escandalosa. La Comisión tiene que tomar medidas antidumping. Si quieren competir, que lo hagan al mismo nivel que está compitiendo Europa”, aseguró recientemente a EL ESPAÑOL José Ramón Manso, representante de la UGT en la planta de Arcelor Mittal en Sestao, durante una protesta en Bruselas.

La Unión Europea (UE) está valorando asignar a China con el estatus de ‘economía de mercado’, con lo que eliminaría algunas barreras arancelarias sobre el acero chino. Al mismo tiempo mantiene una investigación abierta sobre el posible dumping de los productos asiáticos, aunque todavía tardará meses en pronunciarse. Puede que llegue demasiado tarde para Sestao y otras plantas. España se juega una buena porción de su sector industrial en ello. La destrucción de empleo podría oscilar entre 136.600 y 273.300 empleos, según los cálculos del sindicato.

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