Los inversores están con los nervios a flor de piel y esto se nota. Cualquier movimiento del mercado, hasta el mínimo paso en falso, provoca una venta masiva de acciones en el mercado. Los ahorradores no quieren sustos y, en cuanto el escenario lanza una alerta, recogen sus inversiones. Es así como se gestiona este mundo de volatilidad que tienen que afrontar en 2016.

El Ibex empezó la sesión en verde, al igual que los principales índices europeos, pero la sesión tardó bien poco en torcerse. En los primeros minutos de la sesión, el selectivo español ganaba un 0,5% y encaraba el nivel de los 8.550 puntos, sin embargo, todo se torció rápidamente. Y eso que no hubo malos datos macroeconómicos. Bastó una alerta de Goldman Sachs de que el precio del petróleo seguirá bajo durante una década, para que el crudo retomase su desplome y arrastrase consigo a los mercados.

El índice español pasó de ganar un 0,5% a perder un 2,5% en menos de dos horas. Un descenso de 250 puntos que borra todas las ganancias del final de la semana pasada. Este batacazo lleva al Ibex a cotizar por debajo de los mínimos del año (al cierre de sesión), que marcó el 20 de enero en los 8.281 puntos.

Con esta caída, el Ibex vuelve a ser el peor índice de los grandes de la eurozona. El EuroStoxx se deja un 2%, el Cac francés, un 2,3%, el Dax alemán, un 2,2% y el Mib italiano pierde un 1,7%.

Escalada de la prima de riesgo

El desplome de la bolsa se extiende hoy hasta la prima de riesgo, que escala de golpe 10 puntos básicos hasta superar los 145 puntos. Una subida que lleva al riesgo país español hasta su nivel más alto desde septiembre de 2015, en plena campaña electoral catalana. En ese momento, cuando las encuestas empezaban a dar mayoría de votos para los partidos independentistas, la prima de riesgo española llegó a alcanzar los 147 puntos básicos.

La subida del riesgo país se produce por la relajación de la rentabilidad del Bund alemán, que cae hasta el 0,253%, su nivel más bajo desde abril de 2015. Pero también se debe a un nuevo repunte de la rentabilidad que exige el mercado al bono español. El título a 10 años escala por encima del 1,7% por primera vez en dos semanas.