El equipo fundador de Indexa Capital.

El equipo fundador de Indexa Capital. Indexa

Mercados Tecnología y finanzas

Los inversores autómatas 'conquistan' los mercados españoles

La tecnológica Indexa Capital arranca su actividad como gestor de inversión automatizado en un mercado de 13.000 millones.

16 diciembre, 2015 02:02

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Mueven en el mundo más de 13.600 millones de euros del dinero de inversores particulares. Y ahora inician su particular ‘conquista’ de los mercados financieros en España. Son los conocidos como ‘robo-advisor’, sociedades gestoras de fondos con base en internet y en las que la automatización de su tarea toma protagonismo.

En territorio español, la tecnológica Indexa Capital arranca ahora su actividad para sumarse a otros actores que ya mueven centenares de millones. El emprendedor e inversor privado de startups tecnológicas François Derbaix lidera este nuevo proyecto. En el equipo fundador se une a Unai Ansejo y el exdirector general del banco online Self Bank, Ramón Blanco. Tras más de un año de gestiones arrancaron.

¿Cómo funcionan?

El funcionamiento de este tipo de plataforma se basa en una gestión ‘pasiva’ de los fondos. El inversor contesta a un cuestionario con el que se fija el nivel de aversión al riesgo. A partir de ahí, un algoritmo es el que muestra la cartera de inversión modelo diseñada por un comité asesor.

En caso de que esa cartera de valores se desvíe de ese perfil de riesgo planteado por el inversor particular, el sistema será el que modifique las posiciones y asigne mayor o menor peso a la bolsa, a la deuda o a las materias primas, entre otros activos. En el caso de Indexa Capital, según explica en su blog, el mínimo de inversión es de 10.000 euros. Cuenta con 5.000 compañías y más de 100 países para componer sus propias carteras.

Entre sus ventajas destaca una mayor rentabilidad respecto a la inversión de las entidades ‘tradicionales’. Desde la tecnológica, esperan que la rentabilidad que ofrezcan a sus clientes (descontando una comisión del 0,72% frente a más del 3% de la banca) sea un 3% superior a la media de entidades financieras y fondos de inversión.

El origen del ‘robo-advisor’ español

El origen de Indexa Capital hay que buscarlo en otro proyecto emprendedor. Hace año y medio, el equipo fundador ponía en marcha Bewa7er, el mercado secundario para startups. No era más que una plataforma web que permitía a inversores comprar y vender derechos económicos sobre participaciones en compañías no cotizadas. Contaba con inversores destacados como Cabiedes & Partners (Kantox, Gigas, BlaBlaCar) o Yago Arbeloa.

Ante las dificultades para lograr la aprobación del regulador decidieron aparcarlo para retomarlo con posterioridad. Y en paralelo crearon Indexa Capital como filial de la primera sociedad. Para arrancar hicieron una ampliación de capital de algo más de un millón de euros con los mismos inversores.

Presentaron el proyecto a la CNMV en febrero. El pasado viernes recibieron el número de registro para poder operar. Su objetivo ahora es acelerar el crecimiento. “Queremos crecer muy rápido en los próximos tres años y alcanzar los 200 millones de euros de patrimonio en ese tiempo", explica el consejero delegado y fundador, Unai Ansejo.

Un sector en auge

Esta gestión automatizada de fondos es una tendencia en los mercados financieros. Fuentes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) confirman que se trata de una “moda” que se mantendrá en los próximos meses. Hoy por hoy cuentan con un par de actores pero esa cifra se incrementará a medio plazo.

De hecho, desde la propia compañía fundada por François Derbaix confirman que hay otros operadores que han solicitado su autorización al organismo regulador para sumarse al segmento.

Un primer actor, nacido en 2014

Indexa Capital es la primera agencia de valores que tiene esa gestión ‘robotizada’. Sin embargo, existe un jugador que lleva en el tablero español algo más de un año. Es Feel Capital y es lo que se conoce como una EAFI (Empresa de Asesoramiento Financiero Independiente). Un asesor que, entre sus servicios, cuenta con esta automatización.

Uno de sus analistas, Sergio Royuela, explica a EL ESPAÑOL que desde que arrancaran en noviembre de 2014 han acumulado más de 3.000 clientes, con casi 900 millones de euros bajo asesoramiento. “Esperamos que la actividad aumente considerablemente, pues seguimos viendo que existe mucha más querencia por estos servicios por parte del inversor medio en España”, recuerda. Según sus previsiones, esa cantidad de fondos bajo su paraguas se duplicará en el próximo año.

Pero, ¿quiénes son los inversores tipo? Según Royuela, la cartera media de cada cliente es de 100.000 euros y su aversión al riesgo es media-alta (entre 40 y 50 en una escala de 100). “Y son principalmente hombres”, apunta.

Los ‘autómatas’ en el mundo

La llegada de gestores ‘autómatas’ a los mercados de inversión no se trata sólo una tendencia en España, sino también en potencias financieras como Reino Unido o Estados Unidos. En el último mercado, una compañía como WealthFront, fundada en 2011 y que ha reunido casi 130 millones de dólares en cinco rondas de financiación con destacados fondos de capital riesgo norteamericanos, cuenta con 2.500 millones de dólares bajo gestión.

En todo el mundo, según un estudio de la analista suiza MyPrivateBanking Research, estos servicios aglutinaban a finales del pasado año más de 14.000 millones de dólares.

Retos que superar

Pese a que existe demanda de estos servicios, tienen varios retos por delante. Uno de ellos es evidente: lograr la confianza del inversor. Pero hay más. Otro tiene que ver con el negocio. La reducción al mínimo de las comisiones cobradas a los inversores (y, por ende, de los márgenes comerciales de las compañías) obliga a que el volumen tenga que ser mucho mayor para alcanzar una rentabilidad suficiente.

A su favor, según explica en un artículo el inversor del fondo de capital riesgo de la Fundación José Manuel Entrecanales (FJME), Samuel Gil, estos proyectos cuentan con un ecosistema en el que el ahorro ganará aún más importancia en el futuro y con una banca tradicional cuya confianza está en mínimos. “Y la confianza de las nuevas generaciones en comprar todo tipo de productos y servicios online (incluso los financieros) es muy elevada y creciente”, reconoce.

Otro ‘frente’ para la banca tradicional

Estos servicios automatizados representan un nuevo frente para la banca tradicional. Se enmarcan en lo que se viene a denominar industria ‘fintech’ (mezcla de finanzas y tecnología). Después de que los préstamos entre particulares, los pagos móviles o los intercambios de divisas hayan sido elegidos como terreno de juego para pequeñas startups, ahora les toca el turno a la gestión de fondos de inversión.

Al igual que el resto se trata de un desafío para la industria financiera. Y la transparencia, la explotación de internet como ‘base de operaciones’ y el abaratamiento de los precios (debido a unos costes mucho menos elevados que los actores tradicionales) son sus características principales.  

En el último año, la inversión en estos proyectos alternativos a la banca se ha disparado. Según la firma de análisis de capital riesgo CBInsights, hasta septiembre se han inyectado casi 10.500 millones de dólares en compañías 'fintech', el triple que un año antes.