Carlos Slim ha llegado a Prisa con voluntad de hacer ruido. Lejos de las primeras informaciones que apuntaban a que no tenía interés en influir ni en participar en la gestión del grupo, las informaciones confirmadas por EL ESPAÑOL indican que su apuesta es a largo plazo.

De hecho, estas mismas fuentes del entorno del consejo de la compañía indican que su voluntad es aumentar su participación "en un par de puntos" -desde esta semana tiene el 4,3% de Prisa- para ser un accionista "relevante" en el grupo. 

Esto le convierte en una pieza clave en la disputa por el control de Prisa que mantienen el presidente no ejecutivo Javier Monzón con Amber, principal accionista. Una batalla que se ha intensificado tras la imputación del expresidente de Indra en la operación Púnica.

¿A quién ayudará Slim? Los dos bandos dicen que cuentan con su apoyo, aunque las fuentes consultadas por este diario apuntan a que Slim no se ha comprometido formalmente con nadie y que incluso podría llegar a apoyar a Amber y a su fundador Joseph Oughourlian, si es que ve "un buen negocio" y si sus intereses coinciden con el fondo de inversión.

Lucha por el control de Prisa

Inversores que conocen de cerca los movimientos del magnate mexicano indican que su entrada en el primer editor de medios de España no es ni mucho menos casualidad y que responde claramente a "razones políticas". Con una fortuna de 58.000 millones de dólares, según Forbes, una inversión cercana a los 40 millones como la que ha realizado en Prisa, no parece ser financieramente relevante en su porfolio.

De hecho, esta inversión política tiene más que ver con este interés de querer tener voz en la compañía. Algunas fuentes apuntan a que le han pedido que se sume al proyecto y otras a que lo ha hecho por voluntad propia, aunque lo cierto es que cualquier movimiento que realice en adelante será clave para decidir la actual lucha de poderes que hay en el editor español.  

Como ya ha contado este periódico, Amber -principal accionista- y HSBC consideran que Javier Monzón debe abandonar la compañía para evitar que su imputación en la operación Púnica salpique la reputación del grupo. Monzón, apoyado por Santander -con un 4,1% del capital- sostiene que hay que esperar a que avance la investigación.

Monzón debe declarar el 4 de octubre, momento tras el cual se esperan novedades. En el entorno de Monzón se confía en su desimputación, al mismo tiempo  que la Comisión de Nombramientos realiza un informe para valorar el alcance del paso de su presidente no ejecutivo por los tribunales.

Accionistas de Prisa

Un nuevo episodio de la disputa por Prisa. De un lado, Monzón lidera el bando de Santander y Telefónica que buscan mantener la 'españolidad' de la compañía. Por otro, Amber, un fondo de inversión, busca rentabilizar su presencia en Prisa al borde de 30% del capital, lo que le obligaría a lanzar una Opa por la compañía.  

Un proceso en el que la irrupción de Slim es clave. Actualmente, su porcentaje de participación (4,3%) solo le deja por debajo del 29,8% de Amber, el 9,4% de Telefónica, el 9,1% de HSBC, el 7,6% de los hijos de Jesús de Polanco y el 5% del también mexicano Roberto Alcántara. Y está por encima del 4,1% de Santander.

Si decidiese subir entre un 1% y un 2%, automáticamente quedaría cerca de los Polanco. Por el momento, ha confirmado que no quiere tener un asiento en el Consejo de Administración, pero nadie lo descarta en el futuro y en la medida que vaya ganando terreno. 

¿Qué hará entonces? Fuentes financieras indican que "Slim siempre juega para sí mismo", lo que confirma que no se ha comprometido con ninguno de los bandos en Prisa. Todo dependerá de la evolución de los acontecimientos, de cómo avance la imputación de Monzón y, lógicamente, de con quien coincidan sus intereses económicos... y políticos. 

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